Entre 60 y 80 por ciento de los residuos marinos es plástico. De acuerdo con Greenpeace, en su mayoría son fragmentos menores a los cinco milímetros (microplásticos). Ante ese panorama, una nueva investigación reveló que un hongo marino es capaz de descomponer el plástico de polietileno (PE), siempre que haya sido expuesto primero a la radiación ultravioleta de la luz solar.
El hongo Parengyodontium album vive junto con otros microbios en finas capas de basura plástica en el océano, según investigadores del Instituto Real de los Países Bajos para la Investigación del Mar (NIOZ), cuyos resultados fueron publicados en la revista científica Science of the Total Environment.
El grupo de trabajo descubrió que este hongo es capaz de descomponer partículas de PE, el más abundante de todos los plásticos que han acabado en el océano. Para el estudio, los implicados aislaron el hongo marino cultivándolo en laboratorio, en plásticos especiales que contienen carbono.
“Estos llamados isótopos 13C permanecen rastreables en la cadena alimentaria. Es como una etiqueta que nos permite seguir a dónde va el carbono. Luego podemos rastrearlos en los productos de degradación. Lo que hace que esta investigación sea científicamente sobresaliente, es que podemos cuantificar el proceso de degradación”, indica la autora principal Annika Vaksmaa.
EL HONGO MARINO CONTRA EL PLÁSTICO DEL MAR
Desde el laboratorio, Vaksmaa y su equipo observaron que la descomposición de PE por Parengyodontium album se produce a un ritmo de aproximadamente 0.05 por ciento al día. En ese sentido, la mayor parte del PE que utiliza el hongo se convierte en dióxido de carbono (CO2), que el hongo excreto nuevamente.
“Aunque el CO2 es un gas de efecto invernadero, este proceso no es algo que pueda plantear un problema nuevo: la cantidad liberada por los hongos es la misma que la pequeña cantidad que los humanos liberan al respirar”, agrega.
Además, investigadores encontraron que la presencia de luz solar es esencial para que el hongo utilice plástico de polietileno como fuente de energía. En palabras de la científica, en laboratorio, P. album solo descompone el PE que ha estado expuesto a la luz ultravioleta al menos durante un corto periodo. Esto significa que en el océano el hongo sólo puede degradar el plástico que inicialmente flota cerca de la superficie.
“Ya se sabía que la luz ultravioleta descompone mecánicamente el plástico, pero nuestros resultados muestran que también facilita la descomposición biológica del plástico por parte de los hongos marinos”, precisa.
Sin embargo, una gran cantidad de plásticos diferentes se hunden en capas más profundas antes de exponerse a la luz solar, P.album no podrá descomponerlos todos. Vaksmaa espera que existan otros hongos, aún desconocidos, que también están degradando el plástico en partes más profundas del océano.
A tenor de NIOZ, cada año los humanos producen más de 400,000 millones de kilogramos de plástico, y se espera que esta cantidad se triplique al menos para el año 2060. N