A sus 29 años de edad, Enrique sufrió un terrible accidente al perder el control del tráiler que conducía, lamentablemente como consecuencia perdió la pierna derecha, la autoestima, la alegría y el trabajo.
Tiempo después encontró en el fútbol freestyle una motivación para salir adelante, tras varios años de práctica y determinación, logró dominar el balón y ahora es una forma de llevar el sustento a su familia.
A pesar de su discapacidad, todos los días sale a los semáforos de Zona Río a realizar increíbles coreografías, dominando con alta precisión, habilidad y carisma el balón.
Su sueño más grande es un día poder construir una casa para su madre y su pequeño sobrino, quienes están radicando en Pachuca, además de conseguir una prótesis para su pierna.
También le interesa formar un equipo de fútbol para amputados y conseguir un trabajo donde ya no tenga que hacer tanto esfuerzo físico, ya que a sus 41 años de edad se le está volviendo difícil. N
Fotos: Luis Bautista Foto/ Border Zoom