Siempre hemos visto el tiempo como un bien intangible que a todos nos gobierna cada día. Desde las ciencias puras hasta las ciencias sociales, hemos buscado comprender la percepción y la relación de los seres humanos con el tiempo. Este año fue publicado un estudio realizado en la Escuela de Negocios Anderson de California para comprender cómo la visión del tiempo influye en el bienestar emocional.
No cabe duda de que vivimos en una cultura que asocia éxito profesional con vivir ocupados. A quien dice no tener tiempo es quien mejor se cotiza en las instancias corporativas. Sin embargo, vivir apurados puede traer algunos efectos perjudiciales a la salud física y mental, tales como el estrés, la ansiedad y el agotamiento. Quien no tiene tiempo es pobre de espacio de reflexión, conexión humana profunda y plenitud personal.
Pero la idea de falta de tiempo afecta a lo que se conoce en psicología como bienestar subjetivo, o comúnmente llamado felicidad. Y la felicidad es un elemento clave en la definición de calidad de vida de las personas.
Durante los últimos años han aparecido diversos estudios que buscan identificar las claves de una vida feliz. De todos los aspectos, la percepción del tiempo no solo es uno de ellos, sino que hasta ahora se ha creído que está fuera del rango de acción de las personas.
PERSPECTIVA DEL TIEMPO Y BIENESTAR SUBJETIVO
La especialista en marketing conductual Tayler Bergstrom se ha centrado en estudiar la relación entre la perspectiva del tiempo y el bienestar subjetivo. A través de encuestas a gran escala estudió cómo la capacidad de considerar eventos pasados, presentes y futuros como un todo integrado se relaciona con el bienestar integral de las personas.
Los resultados del estudio publicado este año muestran una conexión significativa entre una visión amplia del tiempo y un mayor bienestar subjetivo. La vida vista como una amplitud de tiempo donde hemos experimentado diversos momentos de aprendizaje nos sirve de base para tener una mayor sensación de satisfacción con la vida, mayores emociones positivas como un todo y, por ende, una menor probabilidad de depresión y ansiedad.
Es parte del equipaje psicológico humano por defecto enfocarnos en lo que deseamos y en lo que sentimos que no hemos logrado o que nos falta. Es necesario hacer el ejercicio consciente de identificar lo que sí obtuvimos y lo que sí hemos logrado.
Nuestra mente necesita anclas positivas para que pueda experimentar satisfacción cotidiana. Pero, en una sociedad tan enfocada a valorar a las personas por el próximo logro y no en quien ya es, resulta normal vivir preocupados por obtener logros en el tiempo que nos queda.
ACCIONES QUE NOS PUEDEN AYUDAR
La pregunta del millón entonces es: ¿cómo podemos incorporar una visión ampliada del tiempo que nos permita mejorar los niveles de bienestar subjetivo emocional en el día a día? Existen cinco acciones que pueden ayudar.
1. Reflexiona sobre tu pasado. Hoy somos el resultado de muchos sueños que tuvimos en el pasado. Es importante reflexionar sobre esas experiencias pasadas para poder contextualizar nuestras vidas.
El problema de vivir en el futuro es que olvidamos ese camino recorrido que nos proporcionó lecciones importantes. Esto amplía la perspectiva del tiempo y nos ayuda a reconocer que, tal como llegamos aquí, podremos avanzar hacia donde queramos.
2. Definir metas de largo plazo. En un mundo que exige resultados inmediatos es un gran poder emocional tener objetivos que nos obliguen a considerar el futuro y a organizarnos de forma anticipada.
Tal vez puedas preocuparte por no tener la estabilidad económica que esperabas alcanzar a los 40 años, pero si observas que a futuro aún dispones de unos 30 años más para lograrlo, entonces establecer una meta de diez años resulta razonable y posible.
3. Practicar la gratitud diaria. La gratitud nos permite reconocer y apreciar todas las experiencias vividas como eslabones que nos ayudaron a llegar hasta donde estamos hoy. Aprender a ver la vida como un continuo devenir de momentos de crecimiento y conciencia pueden ampliar la perspectiva temporal y aumentar los niveles de satisfacción con la vida.
NO SE TRATA DE QUE NADA MALO NOS PASE
4. Practicar la atención plena. Lo maravilloso de llevar la mente al presente a través de la atención plena o mindfulnesses que les resta enfoque a las angustias de lo que vendrá, pero también nos ayuda a observarnos como un punto en una línea muy larga que contiene instantes valiosos de los que incluso ya pudimos habernos olvidado.
5. Armoniza el pasado, presente y futuro. Lo que nos va restando felicidad es el ancla constante en un punto del tiempo. Es necesario ver a la mente como un péndulo que naturalmente se puede mover de pasado a futuro y viceversa, pero pasando cada vez con más frecuencia en el presente. Hay que saber darle el justo espacio, uso y valor a cada uno de estos puntos del tiempo para reforzarnos que estamos en evolución constante.
Cuando seamos capaces de vernos en perspectiva amplia con respecto al tiempo y confiemos más en nuestros recursos, los niveles de bienestar subjetivo naturalmente se incrementarán. No se trata de que nada malo nos pase, sino reconocer que podremos gestionarlo efectivamente. De esta forma cultivaremos una relación más saludable con el tiempo y experimentaremos una mayor satisfacción y felicidad en el proceso. N
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Joselyn Quintero es especialista en neurofinanzas, autora de varios libros, conferencista y directora de Armonía F. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad de la autora.