Personas que afirman sufrir el síndrome de La Habana, un trastorno inexplicable que ha afectado a decenas de diplomáticos estadounidenses, se han sometido a pruebas médicas que no han revelado lesiones cerebrales importantes, según un estudio de una agencia de salud de Estados Unidos.
La investigación, realizada por científicos de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y publicado este lunes 18 de marzo en la revista JAMA, examinó a 81 pacientes que experimentaron “incidentes de salud anormales”, según la terminología utilizada en Estados Unidos.
Estos trastornos (migraña, mareos, náuseas, problemas de visión, etcétera) afectaron por primera vez a los diplomáticos estadounidenses y canadienses destinados en Cuba en 2016, de ahí su nombre “síndrome de La Habana”.
Asimismo hubo quejas de dolencias inexplicables por parte de funcionarios estadounidenses en China, Rusia, Europa e incluso Washington, lo cual motivó una investigación más a fondo del gobierno de Estados Unidos.
Los científicos han multiplicado las hipótesis sobre el “síndrome de La Habana”, sin aportar una explicación. Los investigadores de los NIH intentaron identificar lesiones cerebrales comparando los resultados de las resonancias magnéticas entre pacientes que afirman tener el síndrome y un grupo de control.
“El estudio no reveló ninguna diferencia importante en la estructura o función del cerebro entre los individuos de los dos grupos”, señalan.
En otro estudio de los NIH, también publicado este lunes en JAMA, los investigadores intentaron identificar diferencias en los marcadores biológicos entre las personas afectadas y un grupo de control. Tampoco detectaron “diferencias importantes, con la excepción de evaluaciones objetivas y autodeclaradas de desequilibrio y síntomas de fatiga, estrés postraumático y depresión”.
Sin embargo, ambos estudios, fueron criticados en un editorial, también publicado por JAMA el lunes y escrito por David Relman, microbiólogo de la Facultad de Medicina de Stanford.
EL ESTUDIO PARA CONOCER MÁS DEL SÍNDROME DE LA HABANA UTILIZÓ TÉCNICAS AVANZADAS DE IMÁGENES CEREBRALES
Según este investigador, que ha trabajado sobre estos “incidentes de salud anormales”, si bien el estudio de los NIH utilizó técnicas avanzadas de imágenes cerebrales, la tecnología actual de resonancia magnética es potencialmente insensible o está mal calibrada para determinadas características de estos trastornos.
Según Leighton Chan, autor principal de uno de los dos estudios y citado en un comunicado de los NIH, a pesar de estos resultados “es importante reconocer que estos síntomas existen, causan alteraciones significativas en la vida de quienes los experimentan y se ven afectados y pueden ser bastante duraderos, incapacitantes y difíciles de tratar”.
El síndrome de La Habana ha dado lugar desde el principio a especulaciones generalizadas sobre su origen. Al comienzo algunos funcionarios le restaron importancia y lo atribuyeron al estrés, pero otros sospecharon que Rusia u otro país llevaron a cabo campañas contra estadounidenses.
La Habana ha desmentido en reiteradas ocasiones cualquier ataque de ese tipo. Hace un año, las agencias de inteligencia estadounidenses consideraron “muy improbable” que una potencia extranjera o un arma hayan provocado este síndrome.
En 2017 el gobierno del expresidente Donald Trump alegó estos misteriosos síntomas, descritos como ataques sónicos, para reducir al mínimo el personal en la legación diplomática estadounidense en Cuba. N
(Con información de AFP)