El medicamento contra la obesidad semaglutida no solo ayuda a bajar de peso a personas con VIH (virus de la inmunodeficiencia humana), sino que también reduce ciertas condiciones asociadas con la acumulación de grasa, que son especialmente comunes en personas infectadas, de acuerdo con un nuevo estudio presentado en la “Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas” en Denver, Colorado, Estados Unidos.
A finales de 2022 había 39 millones de personas con VIH a nivel mundial, dos tercios de ellas en la región de África, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El uso de tratamiento antirretroviral se asocia con un ligero aumento de peso y del índice de masa corporal (IMC), especialmente en aquellas personas que antes de iniciarlo eran delgadas o de edad avanzada.
“El número de personas con sobrepeso u obesidad está aumentando entre las personas con VIH, lo que genera interés tanto entre los pacientes como en proveedores médicos en fármacos como la semaglutida”, indica Daniel Lee, doctor del Centro Médico de la Universidad de California en San Diego.
En ese nosocomio, que trata a personas con complicaciones metabólicas de la terapia contra VIH, alrededor del 20 por ciento de los pacientes ya recibe semaglutida u otros medicamentos de la misma clase.
“Aunque la creciente incidencia de obesidad en personas con VIH es similar a la tendencia en la población general, ciertos medicamentos antirretrovirales utilizados para suprimir el VIH podrían contribuir aún más al aumento de peso y a las afecciones relacionadas con el peso en estos individuos”, refiere el estudio retomado por la revista científica Nature.
BAJAR DE PESO TENIENDO VIH Y EL USO DE UNA INYECCIÓN SEMANAL
La semaglutida, comercializada como Wegovy para la obesidad y Ozempic para la diabetes, imita una hormona llamada péptido 1 similar al glucagón. Este ayuda a reducir los niveles de azúcar en sangre y controlar el apetito. En personas con sobrepeso u obesidad, el fármaco promueve una pérdida de peso sustancial.
Para el estudio, investigadores de la Red de Sistemas Clínicos Integrados de Centros para la Investigación del Sida, un grupo de hospitales de VIH en Estados Unidos, describieron su análisis del uso de este medicamento por parte de 222 personas infectadas. El fármaco se asoció con una pérdida de peso promedio de 6.5 kilogramos en aproximadamente un año, o 5.7 por ciento del peso corporal inicial.
El tratamiento antirretroviral se ha asociado con una acumulación anormal de grasa, por lo que bajar de peso con VIH representa un reto. Una situación que afecta entre 30 y 40 por ciento de las personas con VIH es la enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica, que se caracteriza por la acumulación de grasa en el hígado. De acuerdo con Nature, a medida que la afección progresa, puede provocar insuficiencia hepática y enfermedades cardiovasculares.
Los investigadores evaluaron el uso de una inyección semanal de semaglutida durante aproximadamente seis meses en personas con VIH y enfermedad hepática esteatósica. Los resultados, presentados el pasado 5 de marzo, demostraron que 29 por ciento de los participantes tuvieron una resolución completa de la enfermedad hepática.
“Lo que vimos fueron reducciones clínicamente significativas en la grasa del hígado incluso durante ese corto periodo”, sostiene Jordan Lake, médico especialista en enfermedades infecciosas del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en Houston.
LIPOHIPERTROFIA
No obstante, los participantes que tomaron semaglutida perdieron volumen muscular, un efecto también observado en otros individuos que cnsumieron el medicamento. Las personas de 60 años o más fueron las más afectadas. Por tal razón, los investigadores apuntaron que las personas mayores con VIH, que son especialmente vulnerables a la pérdida muscular relacionada con la semaglutida, deben ser vigiladas de cerca por los proveedores de atención médica.
Durante la conferencia también se examinó el uso de semaglutida para una condición llamada lipohipertrofia, en personas con VIH, caracterizado por la acumulación de grasa abdominal. Allison Eckard, pediatra especializada en enfermedades infecciosas de la Universidad Médica de Carolina del Sur en Charleston, junto con sus colegas, escaneó los cuerpos de personas con VIH y lipohipertrofia, descubriendo que este fármaco ayuda a reducir la grasa del abdomen.
Además, el equipo demostró que un marcador sanguíneo de inflamación llamado proteína C reactiva disminuyó casi un 40 por ciento en los participantes que tomaron semaglutida en comparación con los que no lo hicieron.
“Ese podría ser un efecto importante, porque incluso el VIH bien controlado conduce a un estado crónico de inflamación. Si hay un aumento de la inflamación, puede provocar enfermedades de órganos terminales de todo tipo, incluidos ciertamente resultados cardiovasculares, pero también hígado, riñón, cerebro, función cognitiva, lo que sea”, coinciden los expertos. N