Este mes de marzo se cumplen ya cinco meses de un conflicto con profundas repercusiones humanitarias. El ataque perpetrado por el grupo radical Hamás contra la población civil e inocente de Israel el 7 de octubre de 2023 ha quedado registrado en la memoria histórica para algunos como un acto terrorista, y para otros, como una reacción a la política israelí llevada a cabo por décadas contra el pueblo de Palestina y sus derechos humanos.
Desde 1948 que se proclamó la creación del Estado de Israel los palestinos han visto progresivamente avanzar la ocupación de sus territorios frente a la expansión de los asentamientos judíos. En consecuencia, en estos más de 70 años de conflicto y guerras continuas se han acumulado decenas de miles de muertos, al tiempo que cada vez se suman más desplazados quienes al día de hoy viven en graves condiciones de miseria y hacinamiento, lo que nos hace preguntarnos: en el caso de Palestina ¿dónde ha quedado la Declaración Universal de Derechos Humanos?
Los ataques de Hamás de ninguna manera justifican la desproporcionada respuesta militar del gobierno israelí contra los habitantes de la Franja de Gaza, la cual, sin lugar a dudas, ya alcanza niveles de limpieza étnica. Cinco meses van de continuos bombardeos que han destruido centenares de viviendas, hospitales, escuelas e infraestructura urbana en general. Y no solo eso, también han sido devastados campos de refugiados que estaban bajo protección de las Naciones Unidas.
Cada día se suman más muertos del lado palestino que a estas fechas superan los 30,000, de los cuales se estima que aproximadamente 70 por ciento son mujeres y niños y más de 70,000 han resultado heridos. A ello hay que añadir más de 7,000 desaparecidos y un millón 700,000 desplazados. Y estas cifras no parecen detenerse.
MASACRE Y GENOCIDIO CONTRA EL PUEBLO PALESTINO
De lado de Israel también ha habido bajas, las cuales se aproximan a las 1,500 personas. Todos estos datos, proporcionados por la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados de Palestina en Oriente Medio (UNRWA), dan cuenta fehaciente de la masacre y genocidio contra el pueblo palestino, así como de las condiciones deplorables en las que viven los desplazados y heridos.
Los ataques israelíes también han costado la vida a más de 150 colaboradores de la UNRWA, al tiempo que esta agencia ha visto afectadas sus instalaciones por los ataques israelíes, lo que limita su capacidad de dar atención a los heridos, refugiados y desplazados palestinos.
La crisis humanitaria es absoluta; los requerimientos de atención médica, apoyo psicosocial, seguridad alimentaria, agua, saneamiento e higiene de los sobrevivientes está al borde del colapso. No obstante, los países al seno de las Naciones Unidas siguen debatiendo si se debe o no sancionar al Estado de Israel.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) se encuentra paralizada, ya que por más esfuerzos e iniciativas que buscan poner un alto al fuego y establecer condiciones que permitan llevar la ayuda humanitaria que apremia, el veto de Estados Unidos al seno del Consejo de Seguridad anula cualquier posibilidad de acción de este organismo.
Por otra parte, países como México y Chile pidieron el pasado mes de enero a la Corte Penal Internacional que investigue “la posible comisión de crímenes en el conflicto entre Israel y los militantes de Hamás”. Si bien esta iniciativa pareciera loable, no es sino una tibia posición al solicitar una investigación por la “posible comisión de crímenes” cuando los datos de la propia agencia de Naciones Unidas para los refugiados en esta zona dan cuenta de manera continua y pormenorizada de las condiciones que se viven en la Franja de Gaza.
LOS DERECHOS HUMANOS DE PALESTINA NO SON PRIORITARIOS EN LA POLÍTICA INTERNACIONAL
Y si bien algunas voces se levantan para señalar el genocidio del pueblo palestino, como lo hizo en fecha reciente el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, la respuesta de Israel ha sido contundente, pues declaró al presidente brasileño persona non grata y le exigió una disculpa por haber equiparado lo que está ocurriendo en la Franja de Gaza con el Holocausto, lo que ha dado por resultado una aguda crisis diplomática entre ambos países.
Y mientras todo esto ocurre, la tragedia humana se vive todos los días frente a una comunidad internacional impávida ante la masacre. El doble rasero de la política internacional es la constante, ya que por una parte se sanciona sistemáticamente al gobierno de Vladimir Putin por su ofensiva militar contra Ucrania y se señalan los crímenes de lesa humanidad cometidos por las tropas rusas, según los medios occidentales. Y por otra parte, no hay, al día de hoy, una sola sanción contra Netanyahu ni su gobierno.
Muy por el contrario, el presidente de Estados Unidos está solicitando al Congreso la aprobación de un multimillonario paquete económico para continuar su apoyo militar a Israel y Ucrania. La defensa y promoción de los derechos humanos del pueblo palestino seguirán siendo no prioritarios en las agendas de la política internacional. N
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Luz Araceli González Uresti es profesora investigadora de Relaciones Internacionales de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tec de Monterrey. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad de la autora.