Con manos hábiles y cuatro décadas de experiencia, Aristo Torres mezcla las hojas de tabaco en una fábrica de puros del norte de Nicaragua, la mayor parte de los cuales se exportan a Estados Unidos.
Para elaborar el puro “tenemos que saber ligar los tipos de tabaco que tenemos, mi labor es el bonchero”, que consiste en hacer la tripa o mezcla de hojas del cigarro, explica el trabajador de 56 años de piel morena y cabello entrecano.
Los puros de Nicaragua son apreciados porque el tabaco se cultiva en suelos volcánicos y por su proceso de manufactura, coinciden tabacaleros, comerciantes y consumidores que asisten al 11º Festival Puro Sabor en la ciudad de Estelí, unos 150 kilómetros al norte de Managua.
“Los tabacos nicaragüenses todos tienen una estabilidad de sabor fuerte, son ricos en sabores, tienen muy buen cuerpo, son redondos, son tabacos que son dulces, algunos son ‘spicy’ (picantes), y siempre tienen una característica muy importante y es que el tiraje y la forma en que queman es perfecto”, comenta el colombiano Andrés Díaz Cote, de 57 años, asiduo fumador de puros desde hace 25 años.
El negocio tabacalero en Nicaragua surgió en la década de 1960 por iniciativa de inmigrantes cubanos que huyeron de la isla tras la revolución de 1959. Encontraron en las tierras del departamento de Estelí suelos volcánicos ricos en minerales y nutrientes que, combinados con el clima tropical, eran adecuados para el tabaco. Desde entonces, el negocio ha crecido y ahora los puros nicaragüenses están entre los mejores del mundo, según especialistas del sector.
“Los puros nicaragüenses se fuman en más de 90 países alrededor del mundo. Aquí en Estelí tenemos más de 150 compañías que trabajan relacionadas a la industria del tabaco entre agricultura, procesamiento, materiales de empaque y fábricas de puros y las mejores marcas del mundo están siendo reconocidas como de Nicaragua”, dice Juan Ignacio Martínez, presidente ejecutivo de Joya de Nicaragua, la tabacalera más antigua del país.
“LOS MEJORES PUROS DEL MUNDO VIENEN DE NICARAGUA”
“Creo que los mejores puros del mundo, ahora mismo, vienen de Nicaragua. Como puedes ver, son muy populares, ya sea en Estados Unidos o si vendemos en 92 países de todo el mundo. A la gente le encantan los puros nicaragüenses”, comenta a la AFP el empresario estadounidense Rocky Patel, quien también produce cigarros en Honduras y República Dominicana.
Con la pandemia del covid-19, los tabacaleros nicaragüenses temieron una baja en el negocio, pero fue al revés. En medio de las restricciones de circulación, muchas personas acondicionaron espacios para trabajar y fumar en sus hogares, con lo que aumentaron las ventas.
“La gente comenzó a consumir más, pues nos ha beneficiado y continuamos, porque logramos captar nuevos fumadores”, explica el presidente de la Cámara Nicaragüense de Tabacaleros, Manuel Rubio.
Un total de 85 por ciento de la producción va a Estados Unidos, con ventas por unos 400 millones de dólares en 2023. El resto va mayormente a países de Europa, indica Rubio. En Estados Unidos los puros nicaragüenses se ven favorecidos porque los cubanos no se pueden vender.
La Cámara agrupa a 26 empresas tabacaleras en las que, además de nicaragüenses, participan descendientes de cubanos e inversionistas estadounidenses, canadienses y europeos.
MÁS DE 65,000 PERSONAS TRABAJAN EN PLANTACIONES
“Para este año estamos proyectando un crecimiento de alrededor de un 10 a un 15 por ciento en varias de las compañías grandes” en todas las áreas, desde el cultivo de unas 4.900 hectáreas hasta la logística y manufactura de cigarros, explica Rubio.
Unas 35,000 personas trabajan en forma directa en el rubro en el departamento de Estelí, desde donde se ha extendido a Jalapa, en el departamento norteño de Nueva Segovia. También hay planes de expansión a Somoto, departamento norteño de Madriz, y hacia el sur en Ometepe, la isla más grande del lago Cocibolca.
En el país son más de 65,000 personas las que trabajan en plantaciones, secadoras, centros de tratamiento y fábricas de cigarros. Mientras los asistentes al Festival conocen al detalle los procesos de elaboración de puros, las manos de Torres continúan en la mezcla de hojas de tabaco, oficio que dice disfrutar y en el que lleva 39 años.
“Para mí hay algo especial porque todo lo hago con mucha dedicación. Cada día tenemos que ir aprendiendo un poco más para irnos experimentando en darle el gusto al cliente. Si no le damos el gusto al cliente no estaremos haciendo nada”, concluye Torres. N
(Con información de AFP)