Durante más de 15 años, decenas de miles de personas han transitado por Baja California, desde la zona fronteriza en Tijuana hasta la Bufadora en Ensenada. A lo largo de este trayecto, 46 construcciones miran hacia el mar. Estos edificios, años atrás, tenían un valor de 3 billones de dólares, englobando 12,500 unidades habitacionales y generando alrededor de 65 mil empleos. Además, estos lugares guardan innumerables historias personales, familiares y profesionales que quedaron sin escribir en estas playas, ubicadas junto a una de las carreteras más bellas de México. La crisis inmobiliaria de 2008 dejó estas construcciones en el olvido.
Estas construcciones abandonadas eran parte del célebre Cocotren, también conocido como el corredor costero Tijuana-Rosarito-Ensenada. Este proyecto, que en su momento fue considerado el más trascendente del estado, se extendía a lo largo de 145 kilómetros y conectaba las tres ciudades mencionadas. Cada edificio poseía un sello distintivo, una personalidad única y características singulares que les otorgaban una identidad irrepetible. Cada uno albergaba un espíritu propio, que pareció desvanecerse hace 15 años pero que ahora muestra señales de renacimiento.
Álvaro Andrés Álvarez Bustamante, a través de su arte y arquitectura, ha dado vida a esta historia. Utilizando madera, papel, metal y pintura, ha creado un altar para el espíritu de cada edificio, que presentó en una fecha muy especial en la cultura mexicana, el Día de Muertos, el 2 de noviembre.
“Cada obra es una escultura pictórica en donde el alma y el espíritu del edificio pueden descansar antes de dar su siguiente paso. La presentó el día de muertos para relacionarlo con la espiritualidad mexicana, con nuestra relación con la muerte y con la vida después de la muerte”.
En una entrevista concedida a Newsweek en Español Baja California, mientras recorría algunas de sus obras al pie de los edificios abandonados, Álvaro Álvarez relató que, “metafóricamente, estas obras están abriendo un portal entre la vida y la muerte”. Sin embargo, en un sentido físico, el proyecto “46 Renacimientos” marca el comienzo de una revitalización.
Nos compartió detalles sobre una de sus obras titulada “La Elegancia”, un proyecto que involucró una inversión millonaria y que contaba con 100 unidades habitacionales distribuidas en dos torres. Al igual que las otras 45 construcciones del Cocotren, esta obra fue interrumpida en 2008. Sobre esto, Álvarez señaló que “tener estas construcciones abandonadas en un entorno tan hermoso crea un contraste significativo”.
“Quiero demostrar que podemos resurgir por nuestra propia cuenta con la resiliencia que nos caracteriza en la frontera”, expresó Álvarez. “Relatar esta historia positiva es también un mensaje para otros artistas de la región, invitándoles a contar cómo el corredor costero Tijuana-Rosarito-Ensenada (Cocotren) ha impactado sus vidas y trabajos creativos”.
Después de 15 años, ha surgido un renovado interés, tanto de los inversionistas originales como de nuevos interesados, en reanudar estas construcciones. La idea es retomar los proyectos originales y transformarlos en unidades habitacionales, poniendo énfasis, en algunos casos, en áreas de atención médica para personas enfermas y adultos mayores. Nombres tan reconocidos como Donald Trump o Tiger Woods han estado vinculados con este corredor turístico que conecta estas tres ciudades fronterizas.
Asimismo, señaló que la madurez inmobiliaria adquirida en el estado, sumada a la inversión predominantemente de empresarios mexicanos, ha llevado a decisiones que no solo representan un beneficio económico para la población local, sino también para el ecosistema. Vivimos en una era donde la tendencia es ser más “eco friendly”. Esto se refleja en la consideración de utilizar materiales menos perjudiciales para el medio ambiente, especialmente ante el auge inmobiliario que ha caracterizado a Baja California en años recientes.
Es vital subrayar que este proyecto brinda una oportunidad única para sensibilizar a la comunidad acerca de la metamorfosis que está experimentando la región. Actualmente, es evidente cómo la línea costera ha evolucionado en los últimos años, mostrando construcciones verticales que sorprenden a muchos, y con diseños innovadores que atraen a inversionistas tanto nacionales como internacionales.
A través del proyecto “46 Renacimientos”, encabezado por el artista y arquitecto Álvaro Álvarez, se nos invita a apreciar la trascendencia de este momento.
Como Álvarez destaca, “Ahora que vamos a renacer arquitectónicamente, es vital dejar constancia de este periodo positivo que estamos atravesando. Estos edificios, que alguna vez fueron esqueletos abandonados en la costa, nos brindan ahora la oportunidad de narrar nosotros mismos nuestra historia de resurgimiento y revitalización”. N