En Latinoamérica urge un cambio de hábitos financieros y una mayor adopción digital para que las microempresas, así como las pequeñas y medianas, puedan crecer. Para ello es importante entender que las necesidades específicas de cada sector difieren en gran medida, por lo que, para generar este cambio y disminuir la brecha, las soluciones de educación financiera y plataformas de inclusión deben estar enfocadas en dicho contexto.
En Latinoamérica nueve de cada diez empresas son micro y generan 60 por ciento de los empleos en toda la región, indica la OCDE. En el caso de México, 52.8 por ciento del ecosistema empresarial está compuesto por microempresas.
La mayoría de las microempresas se crean por necesidad y se mantienen en este estatus durante toda su vida porque se enfrentan a varias barreras que inhiben su productividad, rentabilidad y expansión. El acceso a herramientas de financiamiento pertinente, asequible y responsable, así como las habilidades digitales, siguen siendo limitantes constantes que imposibilitan la estabilidad y el crecimiento.
Las microempresas son importantes y valiosas fuentes de sustento para los hogares de bajos ingresos en los países emergentes, especialmente en aquellos en los que los sectores rurales y agropecuarios son medulares, como es el caso de México.
¿CÓMO AYUDAR A LAS MICROEMPRESAS?
Es precisamente en estos dos últimos sectores en donde la brecha digital y las problemáticas para obtener financiamiento se acentúan, pues las condiciones de acceso, aprendizaje y aplicabilidad no siempre son las adecuadas, ya que hay un profundo desconocimiento de las necesidades específicas que este rubro sostiene, así como de los retos a los que las y los microempresarios se enfrentan día con día.
A través de años de investigación se han descubierto las principales necesidades que requieren ser atendidas con urgencia con el fin de permitir el crecimiento sostenido. Una primera es la confianza digital, esto es, brindar la suficiente accesibilidad a los usuarios para interactuar con una plataforma sin fricciones.
Se trata de ir un paso más allá y desarrollar plataformas y contenidos que permitan impulsar las capacidades digitales, al ofrecer la tranquilidad de acceder a un portal de enseñanza virtual con pasos sencillos.
Por otro lado, es importante considerar el estilo de vida de quienes tienen un micronegocio. Usualmente, se trata de personas que hacen de todo, es decir, son padres o madres, dueños del negocio, pero también los que entregan a domicilio, compran la materia prima, hacen la limpieza, atienden, entre otras muchas actividades que terminan por absorber todo su tiempo, vida personal, familiar y, también, conduce a mezclar sus finanzas.
APROVECHAR LAS OPORTUNIDADES PARA CRECER
Asimismo, de acuerdo con la ASEM, uno de los principales factores que incrementan la dificultad de mantener un emprendimiento casi en 51 por ciento son las múltiples y diferentes alternativas de financiamiento, crédito, seguros o herramientas financieras. Al haber tantas opciones, la necesidad de entender la manera en cómo funcionan estas soluciones para aprovecharlas al máximo se convierte en una oportunidad. De acuerdo con el Inegi, 75.5 por ciento de los microempresarios mexicanos jamás ha solicitado un crédito o alguna herramienta financiera.
Sin embargo, algo que caracteriza a los microempresarios es su deseo de aprender y su gran capacidad de resiliencia. Se trata de negociantes curiosos, sobre todo en lo que se refiere a entender cómo funcionan las finanzas de su negocio, pues, a pesar de que vean que su empresa les genera flujo de caja o cierta ganancia, al final del mes no están seguros de si eso es verdaderamente crecimiento o desconocen si pueden tener más ingresos o no.
Asimismo, no saben si están haciendo un adecuado costeo de sus productos o, si el precio que están usando es el adecuado y aquel que les está dando el margen necesario para poder tener una utilidad sostenible.
Lo anterior nos deja ver que las y los microempresarios están listos para aprender y usar las soluciones que les beneficien, quieren hacerlo. Pero necesitan tener herramientas que sean fáciles de usar, que les generen confianza y, sobre todo, que se adapten a su estilo de vida, posibilidades y contextos.
TRES PILARES QUE BENEFICIAN
De ahí que se requiera de una plataforma que ayude a los microempresarios a suplir sus necesidades a partir de tres pilares o enfoques: administración del negocio, manejo del negocio y financiero, y producto y promoción del negocio.
Esos tres factores encauzan al microempresario a que aprenda, entienda y aplique los conocimientos que le posibiliten crecer, pero, sobre todo, optimizar gastos, herramientas, canales, etcétera, para vender más.
Más allá de la eficiencia operativa, las microempresas que adoptan la digitalización tienen el potencial de acceder a formas alternativas de financiación, agilizar los pagos y obtener nuevas maneras de cobertura de seguros. Usar soluciones digitales ayuda a crear pequeños rastros y datos alternativos que se pueden utilizar para evaluar el riesgo crediticio con mayor eficacia.
Existe una inmensa oportunidad de realizar un esfuerzo concertado y coordinado para apoyar a las microempresas a través de promover el uso de los servicios financieros digitales que posibiliten mejorar el acceso a la financiación responsable. Para aprovechar esta oportunidad, las múltiples partes interesadas del ecosistema pueden promover la educación financiera. Ello, mediante plataformas que se adapten y comprendan las necesidades de las y los microempresarios y les permitan desbloquear todo el potencial que las herramientas financieras y digitales tienen para hacer crecer su negocio. N
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Liza Guzmán es vicepresidenta de Estrategia de Clientes de Accion. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad de la autora.