La posibilidad de que personas infectadas por el virus del ébola en África diseminen globalmente la enfermedad a nivel mundial es cada vez mayor, advirtió este miércoles 8 de noviembre el doctor Rafael Delgado, investigador y profesor del Departamento de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, durante la conferencia de médicos ‘Virus Ébola: una emergencia en África con potencial impacto global’.
Delgado aseguró: “La posibilidad de que personas infectadas en África, sobre todo en zonas densamente pobladas y ciudades con conexiones internacionales, diseminen globalmente el problema es cada vez mayor. La internacionalización de las infecciones emergentes es un hecho y necesita de medidas de vigilancia específicas a nivel local y global”.
Los médicos indican que los brotes más recientes de contagios de ébola registrados en Uganda entre septiembre de 2022 y enero de 2023 fueron producidos por la variedad Sudán del virus, para la cual no existe ni vacuna ni tratamiento y cuya tasa de mortalidad asciende al 40 por ciento.
Además, en febrero pasado, en la zona continental de Guinea Ecuatorial, se detectaron casos de enfermedad por virus Marburg, un filovirus muy relacionado con el ébola que provocó la muerte de nueve personas.
EL VIRUS DEL ÉBOLA, UNA ALARMA SANITARIA EN EL MUNDO
En este sentido, el profesor Delgado explicó que la sensación que existe sobre el aumento del número de brotes de ébola se debe tanto a la mejoría de las infraestructuras diagnósticas en África como, también, a los cambios demográficos, sociológicos y urbanísticos que se están produciendo y que favorecen la interacción de la sociedad con la fauna salvaje y las movilizaciones por todo el continente.
No obstante, este virus se transmite por contacto directo con sangre y fluidos de personas infectadas, y no por vía respiratoria como el SARS-CoV-2, por lo que sería “difícil” que se produjese una extensión pandémica similar al coronavirus, aunque sí cadenas de transmisión en áreas densamente pobladas donde las medidas de detección rápida, aislamiento y rastreo de contactos no están bien establecidas.
Pese a que a la capacidad diagnóstica en el continente africano, todavía queda una “gran labor por hacer” en los sistemas de sanidad y de salud pública en los países en vías de desarrollo donde el ébola es uno más de todos los “graves” problemas sanitarios a los que se enfrentan, advierte el experto.
Sobre las dos vacunas contra el ébola aprobadas por la Agencia Americana del Medicamento (FDA) y la Agencia Europea del Medicamento (EMA), el doctor Delgado dijo que solo son eficaces para la variedad Zaire del virus, pero no para otras como, por ejemplo, la que originó el brote en Uganda.
EL ÉBOLA NO PODRÁ ERRADICARSE
Es por ello que esta protección parcial de las vacunas no favorece una respuesta “rápida” ante un brote de una enfermedad cuyo principal mecanismo de transmisión es el contacto con enfermos. “Otra dificultad es el carácter impredecible de la aparición de los brotes de contagios”, enfatizó el experto.
Con estos argumentos, el experto rechaza la idea de que el virus ébola se pueda erradicar. “Me temo que van a pasar muchos años antes de disponer de vacunas y tratamientos efectivos que permitan controlar el ébola. No debemos olvidar que el virus forma parte de un grandísimo número de virus causantes de enfermedad, que son muy distintos unos de otros pero que tienen como rasgo común ser muy mutables.
“Ello quiere decir que no solamente nos enfrentamos en realidad a muchos virus que son distintos unos de otros a pesar de llamarse todos ‘ébola’, sino que el virus puede escapar a la acción de las vacunas y de los tratamientos”, dijo el investigador del Centro de Biología Molecular, Severo Ochoa.
CONSECUENCIAS DEVASTADORAS DEL ÉBOLA, ADVIERTEN MÉDICOS
Por su parte, Delgado indicó: “La epidemia de virus ébola que tuvo lugar en África Occidental en 2014-2016 y la reciente pandemia de covid-19 han sido una demostración de cómo agentes que infectan en la naturaleza en zonas remotas a especies tales como murciélagos con potencial para producir enfermedades graves en humanos, se pueden diseminar globalmente de una forma extraordinariamente rápida con consecuencias devastadoras.
“Todo esto necesita de un abordaje especial que sólo puede realizarse en un contexto de estrecha cooperación internacional, así como fomentar la investigación en todos los aspectos relacionados con las infecciones emergentes para disponer de herramientas preventivas y terapéuticas eficaces”. N