Por primera vez se secuenció el transcriptoma de la piel y los tejidos del músculo esquelético (ARN) de un espécimen de tigre de Tasmania disecado de 130 años.
El ejemplar estaba conservado a temperatura ambiente en el Museo Sueco de Historia Natural de Estocolmo. Esto condujo a la identificación de firmas de expresión genética específicas de tejido que se asemejan a las de los mamíferos placentarios y marsupiales actuales.
El tigre de Tasmania, también conocido como tilacino, era un notable marsupial carnívoro que alguna vez estuvo distribuido por todo el continente australiano y la isla de Tasmania. Esta extraordinaria especie desapareció después de la colonización europea, cuando fue declarada plaga agrícola y en 1888 se fijó una recompensa de 1 libra por cada animal adulto sacrificado.
El último tigre de Tasmania vivo conocido murió en cautiverio en 1936 en el Zoológico Beaumaris en Hobart, Tasmania. Los transcriptomas recuperados eran de tan buena calidad que fue posible identificar el ARN codificante de proteínas específicas de los músculos y la piel, y condujeron a la anotación de genes faltantes de ARN ribosómico y microARN.
“Esta es la primera vez que vislumbramos la existencia de genes reguladores específicos del tilacino, como los microARN, que se extinguieron hace más de un siglo”, afirma Marc R. Friedländer, profesor asociado del Departamento de Biociencias Moleculares de la Universidad de Estocolmo.
GRACIAS AL ESTUDIO DEL TIGRE DE TASMANIA SE PODRÍA RECUPERAR ARN DE OTROS ANIMALES EXTINTOS
Este estudio pionero abre nuevas oportunidades e implicaciones interesantes para explorar las vastas colecciones de especímenes y tejidos almacenados en museos de todo el mundo. En esos lugares las moléculas de ARN podrían esperar ser descubiertas y secuenciadas.
“En el futuro, podremos recuperar ARN no solo de animales extintos, sino también genomas de virus ARN como el SARS-CoV2 y sus precursores evolutivos de la piel de murciélagos. Así como de otros organismos huéspedes que se encuentran en colecciones de museos”, afirma Love Dalén, docente de genómica evolutiva en la Universidad de Estocolmo.
De acuerdo con National Geographic, el tilacino era un marsupial que llevaba a sus crías en una bolsa como la de un canguro, pero tenía la apariencia más a un perro delgado con una cola rígida y gruesa. Estuvo en la tierra durante millones de años, quizá desde principios del Pleistoceno, recorriendo gran parte de Australia y Nueva Guinea. N
(Con información de AFP)