En todos los aspectos de la vida, el miedo a perder se convierte en una emoción avasalladora que no nos permite tomar decisiones racionales, mucho menos enfocarnos en lo que es realmente importante. Un ejemplo de esto es toda la conversación alrededor de la modificación del nombre de la red social Twitter, cuyo dueño decidió cambiarlo a X. Esta resistencia a soltar lo que ya no es surge de buen ejemplo para observar la conducta humana ante lo que ya no está.
En esta oportunidad vamos a conocer cinco formas de cómo podemos manejar el miedo a perder, a fin de tomar decisiones más objetivas y razonables.
1. TENER OBJETIVOS CLAROS PARA ENFRENTAR EL MIEDO A PERDER
En las finanzas conductuales se comprende que las decisiones tomadas en caliente (con las emociones alteradas) no son las mismas que tomaríamos desde la cabeza fría (calma y tranquilidad).
La necesidad de tener objetivos claros nos ayuda a comprender la utilidad de lo que estamos haciendo y el nivel de involucramiento que nos representa cualquier cambio externo.
Un ejemplo es la imperturbabilidad de los inversionistas expertos ante las variaciones de mercado, comparado con la alta sensibilidad de los inversionistas más novatos.
2. ABRAZAR LA DIVERSIFICACIÓN
Si nos vamos al mundo de las relaciones, podemos observar que cualquier separación puede resultar devastadora para uno o ambos integrantes de la pareja, y el motivo es simple: la falta de diversificación afectiva, el aislamiento de la persona de todo su mundo social para dar y recibirlo todo de una sola fuente.
En el mundo de las inversiones ocurre lo mismo cuando vaciamos nuestros bolsillos a un solo activo financiero y apostamos (porque ya es una apuesta) a que esta sube para sentirnos bien, pero igualmente la baja nos angustia y desespera. Tener una diversificación financiera es tan importante como tener una vida social nutrida y activa.
3. SOLTAR LA IDEA DEL MOMENTO PERFECTO
La idea del momento perfecto se vende a diestra y siniestra por las redes sociales, siendo un canto de sirena para los que tienen miedo a perder. En lugar de esto, lo mejor es utilizar esquemas de inversión sistemática, que implica invertir una cantidad fija de dinero en intervalos regulares, independientemente de las condiciones del mercado.
Lo importante es el aprendizaje en escalas pequeñas, que va aumentando a medida que aprendemos y nos sentimos cómodos con un nivel de riesgo más, pero bajo escenarios manejables.
4. ENFOCARNOS EN LA INFORMACIÓN RELEVANTE
La tendencia de los medios a mostrarnos todo como urgente nos lleva fácilmente a confundir entre estar informados y estar sobreexpuestos a las noticias. Cuando llevamos cierto orden y claridad en nuestras vidas, las noticias tienen un peso relativo, mas no primordial, para tomar decisiones de vida.
Tal ves recuerdas, en la entrada al milenio, el efecto Y2K, y cómo estuvimos saturados de posibles peligros, al punto de entrar en pánico y creer incluso que íbamos a perder todo nuestro dinero, envueltos en un descontrol tecnológico. Una cosa es la prudencia, otra es la paranoia.
5. APOYARNOS EN PROFESIONALES
Con frecuencia olvidamos que cada uno de nosotros somos una combinación de diversos elementos, características y rasgos de personalidad, lo que implica conocernos antes que dejarnos asesorar por cualquiera que se venda como tal.
Cada terreno tiene un bloque de conocimientos, empíricos y probados, que evitan que caigamos en errores previsibles. Para evitar pérdidas innecesarias (o para abrazar maduramente la posibilidad de estas pérdidas) es necesario sentarnos con calma a conversarlo con profesionales del tema.
EL MIEDO A PERDER ES NATURAL
El miedo a perder es una emoción humana natural, que hemos desarrollado para la sobrevivencia. Para crecer y desarrollarnos en la sociedad actual, es fundamental trascender los mecanismos de sobrevivencia.
Por esta razón es vital aprender a gestionar nuestros impulsos más primitivos, nuestras emociones más viscerales y convertir todo eso en decisiones razonables e inteligentes, tengas poco o tengas mucho. N
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Joselyn Quintero es especialista en neurofinanzas, autora de varios libros, conferencista y directora de Armonía F. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad de la autora.