“No tengo tiempo, me piden una inversión muy alta, el retorno de mi capital es a largo plazo, no estoy seguro de que funcione”, son algunos de los argumentos que obtengo de los clientes que se acercan para encontrar consultoría sobre cómo iniciar como un negocio.
Los anteriores comentarios no son pretextos, son factores cotidianos en la rutina y preocupaciones de quienes hoy buscan invertir su capital, sin embargo, son cuestiones que tienen respuesta a través de un modelo que ofrece mayor certidumbre, y seguridad por la reputación que este sector ha construido. Y, ¿De qué modelo de negocio les hablo? El de las franquicias.
Además de atender los principales “peros” a la hora de decidir dónde colocar nuestro capital, la franquicia brinda beneficios tangibles y conocimientos especializados, los cuáles buscaré platicarles.
Comencemos por establecer que las franquicias son acuerdos comerciales pactados entre el franquiciante (dueño de una marca establecida) y el franquiciatario (dueño de una nueva ubicación o unidad del negocio).
El primero transfiere su conocimiento, experiencia y marca al segundo, quien opera el negocio bajo una identidad y estándares establecidos, como los mecanismos de no competencia.
Dicho esto, y teniendo en cuenta que se puede invertir con la mira en ocupar cualquiera de estas dos posiciones fundamentales, procedo a detallar las ventajas para el franquiciante.
Esta figura, dueña de la marca, puede gozar de una rápida expansión y acceso a nuevos mercados al abrir nuevas unidades en diferentes áreas geográficas. Además, amplía su alcance comercial mediante la visibilidad, un concepto clave que engloba al reconocimiento y al valor que tanto busca con una empresa.
Por otro lado, existen beneficios indirectos, como la capitalización del talento en la que los franquiciatarios aportan su dedicación y capacidades para hacer crecer el negocio, así como un menor riesgo financiero al ser el franquiciatario quien asume la mayor parte en los costos de inversión.
Que exista un menor riesgo para el franquiciante no necesariamente implica probabilidades de fracaso en quien decide apostar su capital de inversión en una franquicia, y a continuación detallo el porqué.
Quien decide adquirir una franquicia obtiene una oportunidad de emprender con una marca ya establecida en el mercado, aprovechando el prestigio y la trayectoria de la misma, aumentado sus posibilidades de éxito.
Y esto se complementa con el soporte y asistencia obtenible a través de orientación y capacitación en operaciones, marketing y gestión gracias, principalmente, a los manuales en donde se aprecia “el ABC” para operar el negocio. Hay que añadir que la probada fórmula de negocio y el respaldo del Franquiciante disminuyen los riesgos asociados con iniciar un nuevo negocio independiente al tener acceso a herramientas de marketing y sistemas operativos eficientes ya establecidos.
En FranquiciaT hemos convertido negocios en franquicias exitosas, que han alcanzado un gran éxito y han dejado una huella en el mercado.
Desde FranquiciaT te invitamos a explorar esta opción y descubrir cómo el modelo que brindan las franquicias puede ser el catalizador para el crecimiento que tanto deseas.
Denisse Diez, CEO de Diez y Asociados
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