Para ser una empresa Socialmente Responsable (ESR) es importante que las iniciativas de la organización pongan en el centro a las personas, tanto a sus colaboradores como a la comunidad. Es vital que todos y cada uno de ellos estén involucrados y conscientes del panorama comunitario para que estos proyectos sean exitosos.
“Eso nos ha ayudado mucho a poder desarrollar iniciativas que sean mucho más robustas para que de esta manera todas las personas tengan mayor entendimiento y sensibilidad”. Así lo manifiesta Jorge Carpio, Gerente de Sostenibilidad y Responsabilidad Social de FEMSA, división Proximidad.
Para estar en sintonía con la actualidad, FEMSA, la organización que da empleo a más de 354,000 personas en 18 países, y reconocida por su innovación en varios programas sociales, acaba de realinear su estrategia para servir a tres ejes principales: gente, comunidad y planeta, consiguiendo tanto valor económico como social.
Eso es crucial para el negocio porque refuerza la replicabilidad y rentabilidad de sus modelos financieros, lo que hace de su economía una versión circular. Por otra parte, para la empresa es fundamental reconocerse como un actor positivo y entregar resultados concretos y medibles a todos sus grupos de interés.
UN GRAN RETO
“Un modelo financiero que vaya detrás de todas las iniciativas, que ayude realmente a ver cuál es el retorno que tiene cada iniciativa y cuál es el impacto social. Esto es un reto muy fuerte para nosotros como organización y para cualquiera allá fuera, el poder medir el impacto social que se está generando”, menciona Carpio.
Cuando se habla de la gente, se incluye la parte del bienestar integral, diversidad, equidad e inclusión, y el tema de derechos humanos y laborales. El segundo eje, el bienestar comunitario, es todo el ámbito del fomento económico y el abastecimiento sostenible, además de los modelos para poder ser replicables.
Y para contribuir en el cuidado al planeta, está la acción por el clima, gestión del agua y economía circular, puntos imprescindibles en tiempos presentes.
La búsqueda por un mejor uso de los recursos es muy puntual: comienza desde los uniformes, utilizan 50 por ciento de fibra de PET reciclado. Una vez que estos lleguen al final de su vida útil, serán utilizados como productos de limpieza, fomentando la economía circular.
También, 68 por ciento de sus tiendas reciben energía renovable, mientras que buscan qué elementos con contenido reciclado pueden utilizar para que las edificaciones sean más sostenibles. Además, 55 por ciento de los materiales que utilizan proviene de origen reciclado, y gracias a los servicios disponibles en OXXO, se disminuye la huella de carbono.
FEMSA Y LAS PERSONAS MAYORES
Desde el punto de vista de la gente, en 2022 lograron beneficiar a más de 6,200 personas mayores. por medio de centros de capacitación; esto incorporándolos en alianza con otras organizaciones para desarrollar habilidades laborales y digitales, pues se han visto vulnerados dentro de un campo de acción social.
Otro de los beneficios que ha evolucionado tiene que ver con la eficiencia en el tiempo de las personas, pues OXXO no es solo una tienda, ahorra el desplazamiento para pagar servicios o hacer transacciones. Esto es un ejemplo de cómo una estructura de negocio más integral tiene un impacto en el entorno social, medioambiental y en el desarrollo económico y de las comunidades.
Dentro de los programas conocidos está el de Redondeo Clientes OXXO que, en más de 20 años, lleva más de 1,500 millones de pesos recaudados y más de 4,100 organizaciones civiles beneficiadas. El año pasado apoyaron a 67 proveedores locales y su meta es que al menos 90 por ciento de sus compras sea a este tipo de proveedores. Las compras locales representan una gran parte de sus compras, y por otro lado también han trabajado en las MiPymes, para producir un valor agregado. Así, se facilitan las condiciones comerciales para que los proveedores se puedan profesionalizar en las diferentes regiones donde opera FEMSA y luego se vayan expandiendo.
OFICINA DE PROYECTOS ASG
El año pasado fue muy importante para la agenda de sostenibilidad de FEMSA porque se creó la oficina de proyectos ASG, ambiental, social y de gobernanza, reforzando su crecimiento como ESR. Esta oficina asiste a la compañía en consolidar los esfuerzos de las iniciativas desde el punto de vista financiero y económico, facilitando una gestión más adecuada.
Entre sus metas para 2030, espera poder ayudar a un millón 300,000 personas a través de acciones comunitarias y permear más en la conciencia de sus colaboradores. También sabe que el entendimiento de estas iniciativas es una estrategia organizacional que se tiene que desplegar de manera transversal para poder producir impactos positivos.
Otra meta es trabajar en desarrollar capacidades de empleabilidad de más de 100,000 personas mayores., y afirman que como organización están dispuestos a probar. Así, se puede cuantificar y medir cuál es el impacto y cuál es la expectativa, para al momento de realizar las correcciones hacerlas más adecuadas.
“Algo que hemos hecho es escuchar mucho a la operación, el trabajar directamente con ellos porque ellos son los que están más cerca de nuestros clientes, que son los que están más cerca de las diferentes iniciativas y de las diferentes expectativas que nosotros tenemos”, puntualiza Carpio. El trabajo entonces tiene una participación más activa, lo cual se ve reflejado en rendimientos sostenibles tanto para sus beneficiarios como para el negocio. N