En una clínica rural de India, los gritos de dolor resuenan en el bloque quirúrgico mientras Kajal, bajo una fuerte sedación, espera turno para su esterilización femenina, el primer método de planificación familiar en el país.
“La anestesia no habrá hecho efecto todavía”, dice un asistente médico ante la clínica de Bhoodbaral, en el norte del país, donde mujeres con la cabeza cubierta con pañuelos coloridos esperan para someterse a una ligadura de trompas. Este procedimiento, no exento de peligro en los centros médicos de la India rural, dura unos 50 minutos.
Kajal, de 25 años, y su marido Deepak apenas llegan a final de mes con sus tres hijos y decidieron que ella se sometiera a una esterilización. La opción de una vasectomía para él, que dura unos 10 minutos, estaba descartada.
“Pienso que me haría más débil”, dice Deepak, quien trabaja en una fábrica.
India va camino de convertirse en el país más poblado del mundo, según las estimaciones de la ONU publicadas el miércoles. A mitad de este año contará con más habitantes que China, cuya población disminuyó el año pasado por primera vez desde 1960.
Este país de Asia fue el primero en adoptar la planificación familiar como política oficial en 1952. Sin embargo, después de una campaña de esterilización de los hombres en los años 1970 notoriamente impopular, el acento se puso sobre las mujeres.
Aunque los hombres tienen la opción de recurrir a una vasectomía no invasiva, las mujeres como Kajal son a menudo incitadas por los profesionales médicos del gobierno a someterse a la operación, con una compensación en especies que equivale a unos 25 dólares.
“UN HOMBRE NO PIERDE SU VIRILIDAD CON LA VASECTOMÍA”
Según Poonam Muttreja de la oenegé Population Foundation of India, los recelos expresados por Deepak son moneda corriente en esta “sociedad muy patriarcal”.
“El mito (de la vasectomía) más expandido entre hombres y mujeres es que un hombre pierde su virilidad”, dice Muttreja a la AFP.
“Es simplemente una creencia. Pero la creencia es la realidad para la gente” en India, explica la mujer. “La gente cree equivocadamente que la vasectomía sin bisturí conduce a la impotencia”, confirma el doctor Ashish Garg, superintendente médico del centro de salud de Bhoodbaral. “Es tabú”, añade.
Desde abril de 2022 a marzo de este año, más de 180 mujeres contra solo seis hombres se esterilizaron en este centro. Los centros de esterilización son numerosos en India, particularmente en las vastas zonas rurales donde viven dos tercios de su población y donde la calidad de los procedimientos quirúrgicos flojea.
El año pasado, cuatro mujeres murieron y otras nueve tuvieron que ser hospitalizadas tras una esterilización en el estado meridional de Telangana. En 2014, al menos once mujeres fallecieron tras una esterilización en un centro en el estado central de Chhattisgarh.
LA ESTERILIZACIÓN FEMENINA PUEDE CAMBIAR CON UNA MEJOR EDUCACIÓN
Según Muttreja, el gobierno debe hacer más para promover la contracepción. “Es una píldora mágica”, dice esta activista, que también subraya la necesidad de convencer a los hombres de esterilizarse.
Harbir Singh, habitante de Bhoodbaral de 64 años, no da el brazo a torcer. Para él, la vasectomía priva a los hombres de la “fuerza” que necesitan para trabajar y alimentar a la familia.
“El hombre debe salir y traer dinero (…) Las mujeres hacen la comida y se quedan en casa”, asegura. Esta mentalidad no cambiará si no es con voluntad política y una mejor educación, estima Poonam Muttreja.
“Invertir en la salud y la educación reduce los costes económicos para la familia pero también para el país”. N