En los países avanzados o de ingresos medios, las inundaciones son más mortíferas a medida que crece la brecha entre pobres y ricos, según un estudio publicado este lunes 17 de abril en la revista Nature.
El estudio analizó las inundaciones que afectaron a esos países entre 1990 y 2018 y que causaron pérdidas humanas. Los países pobres, no incluidos en este estudio, siguen sufriendo las tasa de mortalidad más elevadas durante las inundaciones.
Sobre una muestra de 67 países, los investigadores demostraron que los que muestran la mayor disparidad de ingresos son los que han tenido más víctimas durante episodios de inundaciones. Las diferencias de ingresos entre ricos y pobres aumentaron durante el periodo de 1990 y 2018 en tres cuartas partes de esos 67 países.
Ese índice de correlación ya había sido demostrado en casos aislados, “pero esta comparación entre países nos permite ahora afirmar que se trata de un modelo”, explica a AFP Sara Lindersson, estudiante de doctorado de la universidad de Uppsala (Suecia) y coautora del estudio. Ese vínculo se repite sea cual sea el producto interno bruto (PIB) por habitante o el nivel de exposición a las inundaciones.
LA POBREZA INFLUYE EN LAS SEQUÍAS Y PANDEMIAS
En los barrios donde se concentran la mayoría de servicios, las infraestructuras son adaptadas a la posibilidad de inundaciones. Cuando en 2005 el huracán Katrina devastó el estado de Luisiana, en Estados Unidos, buena parte de las 1,800 víctimas habitaban en un barrio pobre de mayoría afroamericana de Nueva Orléans. Esto cerca de los diques que se hundieron a causa de la inundación.
Los autores reconocen que ante todo lo importante es reducir la diferencia entre ricos y pobres. “Si no conseguimos corregir el factor subyacente de la vulnerabilidad, es decir la pobreza y las desigualdades, no podremos nunca acabar” con el problema, explica Sara Lindersson.
Los investigadores piden a la comunidad científica a tener en cuenta el factor de desigualdad de ingresos en el estudio de riesgos. Esto porque no solamente infuyen en las inundaciones, sino en otro tipo de catástrofes como las sequías o las pandemias.
Los climatólogos insisten que el cambio climático aumenta las posibilidades de episodios meteorológicos extremos. Pero otros estudios, como el Centro de Datos Internacional sobre Desastres, señalan a su vez que el número de víctimas en términos globales a causa de inundaciones, incendios o sequías se ha reducido en prácticamente un 99 por ciento en los últimos 100 años (1920-2020). N