Imagina que trabajas en el mismo barrio en el que vives. Imagina que en ese mismo barrio, a 15 minutos, están las escuelas de tus hijos y los médicos con los que asistes a tu revisión rutinaria cada tres meses. Imagina que el cine se halla cruzando el parque en el que todos los domingos te reúnes con la familia a jugar futbol y comer bocadillos.
Para quienes habitan las grandes urbes latinoamericanas este juego imaginario no es tarea sencilla. Según cifras del Inegi, en 2019, en la Ciudad de México más de 2.5 millones de ciudadanos tardaban más de una hora en trasladarse de sus casas a sus lugares de trabajo. Este exceso de tiempo en traslados no solo perjudica al medioambiente, también afecta la calidad de vida de las personas que no tienen tiempo de recreación, convivencia familiar, ocio o, incluso, de recibir asistencia médica adecuada.
Ante esta problemática, el científico francocolombiano Carlos Moreno impulsa la propuesta de la “ciudad de los 15 minutos”, basada en favorecer la proximidad y la accesibilidad para una mejor calidad de vida para los habitantes de México y América Latina. Moreno dice que, en estos tiempos, “todo el mundo tiene un reloj en el celular o en la muñeca, pero nadie tiene tiempo”.
En el marco del Smart City Expo Latam Congress 2022, que se realizó en Mérida, Yucatán, Carlos Moreno habla de la posibilidad de “conciliar dos aspectos: una vida más sostenible frente al cambio climático para disminuir las emisiones de CO2, producidas fundamentalmente en las ciudades por el transporte y los edificios, y aumentar la calidad de vida”.
MODELO DE TRABAJO A DISTANCIA
A lo largo de los años, los trabajadores han escuchado esperanzados sobre nuevas empresas que implementan un modelo de trabajo a distancia. Google fue una de las primeras firmas en el mundo en ofrecer a sus empleados un horario de trabajo flexible e híbrido en el que permitían a sus miembros trabajar desde casa algunos días de la semana.
Otros negocios más conservadores no cedieron a este modelo, hasta que fueron orillados a ello cuando se inició la pandemia, en 2020.
El trabajo desde casa ha llevado a los seres humanos a redescubrir ciertas proximidades. “Esta propuesta ha tenido mucho éxito porque hemos mostrado que es posible disminuir las distancias obligadas intensificando nuestra actividad económica y social. Esto quiere decir que podemos ofrecer en cortas distancias muchos más servicios. Y ofrecer en esos servicios economía y empleo local, interacciones sociales y una ciudad más descentralizada”, explica el profesor asociado de sistemas complejos e innovación en la Universidad de París IAE-Panteón Sorbona.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, dice que la ciudad de los 15 minutos “es el big bang de la proximidad”. Así, París es una de las ciudades que ya están implementando este modelo de reordenamiento en su localidad. Otras son Buenos Aires, Barcelona, Detroit, Melbourne y Milán.
SEIS SERVICIOS PRINCIPALES
En palabras de Carlos Moreno, la ciudad del cuarto de hora (y también su proyecto hermano, “El territorio de media hora”, pensado para las zonas de menor densidad) gira en torno a seis servicios principales que deben de ser accesibles a pie o en bicicleta:
- Hábitat de mejor condición utilizando mejores materiales de construcción y habilitando más zonas verdes.
- Trabajo híbrido en el que se mezcle la parte presencial con la distancia.
- Incentivar el comercio local, empleo local, servicios locales y circuitos cortos que permitan abastecerse de una manera más sana disminuyendo los viajes a los grandes centros comerciales.
- Ofrecer mucha más cultura, más educación, cines, exposiciones de arte y otras actividades recreativas para que la cultura genere vínculos sociales.
- Acceso a la salud física y mental en las proximidades.
- Tener acceso a un descanso en espacios públicos más familiares, resistentes al clima, con más agua y más flores. Además de generar espacios seguros para los niños.
En una primera lectura, la ciudad de los 15 minutos puede generar algunas dudas: ¿propiciará el aumento de la ya existente segregación que existe en nuestras grandes ciudades? ¿Recibirán distinta calidad de cultura, salud o cuidados las personas dependiendo de la localidad en la que vivan?
Carlos Moreno explica que no se trata de encerrar a las personas en un perímetro de 15 minutos, sino que la transformación que se pretende es de la vida en la ciudad y no de la ciudad en sí misma.
CIUDADES FRACTURADAS
“Nuestras ciudades ya son segregativas, están fracturadas. Tenemos el centro histórico, el centro corporativo, las zonas culturales, los barrios ricos y los barrios pobres. Ya estamos en una segregación que ocasiona que en los barrios públicos no haya servicios de salud, de educación o de cultura, y mucho menos hay servicios que les permitan a sus habitantes disfrutar del espacio público. Lo que queremos es romper con esta segregación para que estos barrios tengan servicios que no tienen”, explica.
El experto agrega que hoy en día en América Latina —que es el continente más urbanizado del mundo— se necesitan cuatro generaciones para cambiar de categoría social. “Esa es la expresión más concreta de la segregación”, asegura.
Moreno se detiene para recordar las distintas ciudades latinoamericanas que ha visitado a lo largo de su vida, y destaca que es importante reintegrar en la vivienda materiales orgánicos de buena calidad y la estética para que el hábitat no sea solamente un alojamiento.
El académico, originario de Tunja, Colombia, considera que algunas ciudades de México y Latinoamérica han sido desarrolladas sin planificación. “Cuando la gente no solamente se aloja en metros cuadrados, sino que vive en la ciudad, esta se enaltece y avanza en calidad.
MEJOR CALIDAD DE VIDA
“Entonces, para que los habitantes vivan su ciudad tienen que contar con zonas verdes, educación, comercio, cultura y salud. Eso es lo que da una mejor calidad de vida”. Moreno asegura que el derecho a la ciudad no es el simple hecho de tener acceso a metros cuadrados, sino a servicios esenciales que “dignifican la calidad humana”.
En un barrio como el que imaginábamos al inicio del texto la vida social sucedería con quienes cohabitan nuestra localidad. “El tejido humano no es macroeconómico, una zona corporativa en tu ciudad solo beneficia a una clase social que tiene acceso a esa clase de trabajos, pero no regenera el tejido urbano.
“Necesitamos una economía regenerativa y esa es una de proximidad: de barrios, de servicios, de generación de empresas, de vínculos entre empresas, en la cual la tecnología se impulsa y en la que se puede crear esa posibilidad de hacer un cambio social”.
Un proyecto tan ambicioso como este no puede suceder de manera vertical. Es una cuestión sistémica en la que tienen que participar gobiernos (con proyectos para crear nuevas centralidades), el sector privado (descentralizando el empleo) y los ciudadanos (dejar de comportarse de una manera que no es sostenible).
El científico, quien desde hace 43 años vive en Francia, habla de este acercamiento holístico y dice que “no puedes proponer acceso a un empleo local si no mejoras la educación, si no accedes a la ciencia y la tecnología”.
REGENERAR LA ECONOMÍA
Continúa: “Si así fuera, los hijos de los pobres estarían condenados a ser choferes de camión, y las hijas de los pobres estarían condenadas a hacer los servicios del hogar. El cambio se produce cuando estamos en capacidad de regenerar una economía porque introducimos elementos que antes no eran accesibles.
“Hoy en día sin educación de proximidad no es posible, porque solamente aquellos que se pueden pagar un colegio que les accede a conocimiento son los que irán después a las torres corporativas, pero no están dentro de la ciudad”.
Como seguramente ya supones para este momento, el medioambiente es inmediatamente favorecido por la ciudad de los 15 minutos. Y es que, según explica Carlos Moreno, “los dos elementos principales de perturbación del medioambiente vienen de las ciudades: el transporte y la calidad de los edificios”.
Imagina que no necesitas utilizar tu coche por días enteros porque todo lo puedes hacer cerca de casa, caminando por corredores verdes que están interconectados y de los que puedes disfrutar mientras te tomas un pequeño descanso en medio de tu jornada laboral. Para Carlos Moreno, la ciudad del cuarto de hora no tendría por qué ser solo un imaginario, puede y “debe transformarse en una realidad”.
LA CIUDAD DE LOS 15 MINUTOS GENERA:
- Más sociabilidad
- Más relación con mis lugares de trabajo
- Más viabilidad ecológica
- Más viabilidad económica
- Más equidad social. N