Cuando colgué el teléfono, ese viernes 17 de junio, mi pensamiento inmediato fue: “Bueno, pues esto arruina mis planes”. Un amigo acababa de decirme que probablemente él había estado expuesto a la viruela del mono. Me quedé impactado. Pero después de leer su mensaje, me tomó al menos dos semanas recuperarme.
Mi principal preocupación era la diversión de la que me perdería: tenía previsto volar a Nueva York para organizar algunos eventos en la Marcha del Orgullo LGBT de la ciudad. Además, se acercaba el fin de semana del 4 de julio.
No estaba preocupado por el dolor o los síntomas todavía. Creo que estaba demasiado confiado o subestimé lo grave que podía llegar a ser.
La primera vez que escuché sobre la viruela del mono fue en abril o mayo de 2022, específicamente, los brotes en Europa y Estados Unidos. Pero no estaba preocupado. Parecía una idea vaga que existía en algún lugar por ahí. Tal vez era una preocupación menor, pero no conocía a nadie que la tuviera, así que realmente no sentí que me afectara.
Supongo que no tomé la idea de la viruela del mono tan en serio como la del covid-19 porque sonaba menos transmisible y no parecía que afectara a tantas personas. Mi propia experiencia de la pandemia fue brutal.
Afortunadamente, cuando contraje el virus, en marzo de 2020, mi caso fue bastante leve. Pero vivía en la Ciudad Nueva York, que se convirtió en el epicentro de la pandemia, así que de marzo a junio de 2020 fue difícil. Estuve en mi apartamento solo durante varios meses.
COMENCÉ A NOTAR LESIONES EN LA PIEL
Luego, en marzo de 2022, me mudé a Los Ángeles. A mediados de junio me había sentido letárgico por un día o dos cuando, el 17 de junio, comencé a notar lesiones en la piel. Ese mismo día recibí una llamada de un conocido diciéndome que era probable que tuviera la enfermedad.
Mencionó que él y algunas personas que conocíamos en Los Ángeles tenían signos característicos del virus y ya se habían puesto en contacto con el Departamento de Salud Pública de California (CDPH, por sus siglas en inglés). Solo estaban esperando la confirmación de su diagnóstico.
Mientras hablábamos por teléfono me revisé y noté algunas lesiones que no había visto antes. En ese momento me quedó bastante claro que probablemente sí tenía la viruela del mono.
Me sentía más cansado que de costumbre, pero no fue hasta el sábado 18 de junio que empecé a sentirme realmente mal. Desarrollé síntomas intensos similares a los de la gripe que aumentaron durante los siguientes cinco días. Tuve fiebre, tos, dolor de garganta, escalofríos en todo el cuerpo y sudores nocturnos.
El mismo día, el CDPH me llamó y me recomendó que me quedara en casa para aislarme, lo cual planeaba hacer de todos modos. Tenía una cita en línea con el consultorio de mi médico para programar una prueba el lunes siguiente.
El CDPH confirmó que tenía viruela del mono el viernes 25 de junio, una semana después de darme cuenta de que podría haber estado expuesto a la infección. Ahora creo que contraje el virus por contacto cutáneo con una persona infectada en Los Ángeles.
LA VIRUELA DEL MONO PROVOCA LESIONES DOLOROSAS
Me emitieron una orden judicial para quedarme en casa. No detalla una fecha en la que ya pueda salir, pero tengo que permanecer aislado hasta que cada una de mis lesiones se haya caído, y tenga piel nueva debajo.
Poco después de confirmar que tenía la infección, mis síntomas parecidos a los de la gripe se aliviaron, pero comencé a desarrollar más y más lesiones en la piel.
Inicialmente, solo aparecieron en mi torso y áreas más sensibles; eran mínimas, yo tenía menos de cinco. No eran tan severas ni estaban tan irritadas. Sin embargo, eso cambió a medida que comenzaron a aparecer más.
Empecé a notar lesiones en mis hombros, piernas, manos y pies. Tres aparecieron en mi cara. Comienzan pequeñas y una vez que crecen, se vuelven rojas y generan comezón. Luego debes esperar a que revienten, se formen costras y finalmente se caigan.
Las lesiones en áreas sensibles fueron severamente dolorosas. Era un dolor constante, sordo y agudo con frecuentes punzadas intensas si me movía en la dirección equivocada o irritaba las heridas.
Llegaron a estar tan mal que no podía dormir durante la noche, así que me recetaron analgésicos narcóticos. 50 mg de Tramadol, más la dosis máxima de paracetamol e ibuprofeno que podía tomar al mismo tiempo, y ungüentos para tratar de aliviar las lesiones más dolorosas, apenas fueron suficiente para dormir. Pero definitivamente no mitigaban todo el dolor.
Hubo varios días en los que fue tan doloroso o simplemente estaba tan fuera de mí mismo por la falta de sueño que no podía trabajar. Eso persistió hasta finales de junio, cuando algunas lesiones comenzaron a sanar y a formar costras.
ES UN JUEGO MUCHO MÁS LARGO QUE EL COVID-19
Ahora es cuestión de esperar. Podré dejar de aislarme cuando todas mis heridas se sequen por completo y se caigan, pero estar solo se está volviendo cada vez más difícil.
El viernes 1 de julio la situación se puso complicada. Habían pasado ya dos semanas desde que supe de mi exposición al virus y todavía estaba en aislamiento. Es un juego mucho más largo que el del covid-19, en términos de aislamiento, y la cuarentena puede volverte loco.
A finales de junio hice un video de TikTok sobre la enfermedad porque sentí la obligación de intentar advertirle a la gente. La parte más dolorosa de mi infección coincidió con el Mes del Orgullo LGBT. Y debido a que esta enfermedad afecta principalmente a hombres homosexuales, estaba realmente preocupado.
Puede que sea uno de los primeros estadounidenses en hablar públicamente sobre la viruela del mono, pero de ninguna manera soy la primera persona en contraerla. Después de publicarlo en redes sociales, una gran cantidad de personas que sufren de esta afección en silencio, de Estados Unidos y de todo el mundo, se acercaron a mí para contarme sus propias experiencias.
Creo que hay una percepción común, principalmente entre los hombres queer, de que esta infección solo se transmite sexualmente. La gente parece avergonzada de decir que la tienen. También me he encontrado con extraños que intentan profundizar en los detalles de mi situación, haciendo preguntas acerca de mi vida sexual. Creo que eso es invasivo, no le debo esa explicación a nadie.
Así que entiendo por qué la gente no quiere hablar al respecto. Estaba indeciso al principio, porque hay una sensación de vergüenza que puede permear, o un estigma.
HE RECIBIDO MENSAJES SUMAMENTE HOMOFÓBICOS
Hay troles en internet que se refieren a la viruela del mono como una “enfermedad de homosexuales” y la usan como pretexto para ofender a otros.
En mi caso, la reacción en línea fue abrumadoramente positiva. Por supuesto, las redes sociales pueden ser terribles, y no fueron pocas las personas que fueron en verdad crueles.
He recibido algunos comentarios y mensajes sumamente homofóbicos. Fue difícil lidiar con los troles que vieron sufrir a alguien y aprovecharon esa oportunidad para empeorarlo.
Luego hubo gente que pensó que estaba mintiendo, o que era parte de una teoría de conspiración, o que había contraído viruela del mono como resultado de aplicarme la vacuna contra el covid-19. Realmente no me enganché mucho con nada de eso.
No creo que el virus de la viruela del mono sea el próximo covid-19. Es muy diferente. Si bien, en teoría, se puede propagar de muchas formas distintas, lo que vemos que predomina en este brote es el contagio a través del contacto directo piel con piel. Generalmente eso implica besar, tener relaciones sexuales o tocar una lesión. El covid-19 se transmite mucho más fácil.
Si tuviera que predecir lo que pasará con la viruela del mono, diría que es probable que sea una experiencia miserable para muchas personas. Pero no creo que cause el mismo daño que el covid-19 ni que detenga a la sociedad. Puedo estar equivocado, pero espero no estarlo. N
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Matt Ford, de 30 años, es actor, escritor y productor audiovisual que divide su tiempo entre Los Ángeles y Nueva York. Puedes seguirlo en redes sociales como @jmatthiasford. Las opiniones expresadas en este artículo son propiedad del autor. Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek.