La pesadilla de una niña yazidí se inició en 2014, cuando el Estado Islámico (ISIS) la secuestró para venderla en el mercado de esclavos. La pequeña cambió de mano varias veces hasta que, años después, llegó a un campamento de refugiados donde recurrió a los medios sociales para contactar con un familiar.
Temerosa de revelar su pasado, Rosita Haji Baju —hoy de 16 años— optó por recurrir a los medios sociales con la esperanza de localizar a un pariente a quien poner al tanto de su espantosa experiencia.
El tormento comenzó en agosto de 2014, cuando los extremistas tomaron la ciudad iraquí de Mosul y después invadieron la vecina Sinyar. La niña recuerda que ISIS pasó por las armas a los hombres de su comunidad y capturaron a miles de mujeres y niños; incluida la propia Rosita, quien entonces contaba con ocho años.
La niña y su madre fueron a parar a la población de Raqa, Siria, donde ISIS las vendió a un argelino identificado como Abu Islam. Una vez en su poder, un hermano de aquel hombre violó a la madre, quien se quitó la vida poco después.
Con el tiempo, Rosita fue vendida como esclava a distintos amos. Hasta que, en marzo de 2019, tras la derrota de ISIS en Baguz, Siria, la niña (entonces de 13 años) fue enviada a un campamento para refugiados junto con las familias de los combatientes del grupo terrorista.
“TENÍA MIEDO DE QUE MI SOCIEDAD ME REPUDIARA”
“Muchas veces pensé en hablar con el administrador del campamento para hacerle saber que soy yazidí. Pero tenía miedo de que mi sociedad me repudiara”, confesó la joven.
Por otra parte, Rosita se sentía intimidada por las amenazas de los extremistas islámicos, quienes no querían que contara su historia ni revelara su identidad.
En una declaración para la agencia noticiosa Shafaq, Hussein Kuru, director de la Oficina para Asuntos de los Secuestrados Yazidíes en Duhok, Irak, informó que la joven regresará en breve a la región del Kurdistán.
“Tenemos varios operativos para localizar a los secuestrados que aún se encuentran en el campamento de Al-Hawl y otros territorios sirios”, agregó Kuru. “El gobierno federal [iraquí] no contribuye a la liberación de los secuestrados. Aunque hemos pedimos ayuda en múltiples ocasiones, Bagdad no ha tomado medidas”.
El funcionario concluyó: “A la fecha, hemos liberado a más de 3,500 niños y mujeres de un total de 6,400 secuestrados”.
En agosto de 2014, ISIS emprendió una campaña de genocidio en Sinyar, durante la cual asesinó a miles de yazidíes. Mientras, otros cientos de miles huyeron para refugiarse en la región del Kurdistán.
Con el paso de los años, los yazidíes fueron objeto de las atrocidades y las ejecuciones masivas del grupo extremista. ISIS utilizaba mujeres y niñas como esclavas sexuales; secuestraba niños; emprendía conversiones religiosas forzadas; ejecutaba a los varones; y abusaba, vendía y traficaba mujeres y niñas entre las áreas iraquíes y sirias bajo su control. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek).