El conflicto entre Ucrania y Rusia no es nuevo para mí. Nací en la región de Donetsk, y en 2014 acababa de terminar mi licenciatura en la Universidad Nacional de Donetsk cuando comenzamos a ver las tropas separatistas rusas en las calles y escuchar disparos cerca de nuestros dormitorios universitarios. Ahí empezó el miedo.
Cuando has empacado todas tus pertenencias bajo la vigilancia de los soldados comprendes cómo se siente que tu vida esté en manos de otra persona. En este caso, comprendí cómo es vivir con miedo, como un animal. Yo era una mujer creativa e inteligente, pero al estar rodeada de personas armadas sentía que no era nada.
Posteriormente, me mudé a Kiev para terminar mi maestría, y ahora mi familia vive cerca de Donetsk, en territorio ucraniano. Desde luego, los estoy presionando para que se muden, quizás a Kiev o al oeste de Ucrania, pero ha habido conflictos en el Este durante los últimos ocho años. Las tensiones y los soldados han estado presentes todo ese tiempo. Esas son las casas de las personas. Están acostumbradas a vivir ahí y a hacerlo con miedo. Por supuesto, ahora la situación está de nuevo en las noticias internacionales, pero para nosotros no es nada nuevo.
Aunque no estamos viendo cambios físicos en la ciudad de Kiev, hay pánico y presión mental. He visto a muchas personas tratando de mudarse o irse de vacaciones en el extranjero para aliviar el estrés de la situación. Y nadie puede concentrarse en su trabajo. Todo el mundo está pendiente de las noticias, y todos tienen miedo.
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Inicié una empresa en 2016 y actualmente para mí, como lideresa, es un gran desafío apoyar a mi equipo. En nuestra oficina de Kiev tenemos un equipo de 200 personas cuya principal preocupación es si la compañía podrá ayudarles ante la invasión de Rusia.
Entiendo que no todas las empresas pueden hacerlo, pero nosotros tenemos un plan de emergencia para apoyar a nuestro equipo y sus familias. Nos mudaremos al oeste de Ucrania. Ese es nuestro plan B. O trasladaremos nuestro negocio a otro país como parte de nuestro plan C. Desde luego, el plan A es tratar de mantener la calma y trabajar. Deseamos quedarnos en nuestro país y no queremos dejar la ciudad que amamos.
Por fortuna, las finanzas de mi empresa no han cambiado, porque BetterMe es principalmente digital y se enfoca en los mercados estadounidenses y europeos. Desde el punto de vista de los negocios, es una oportunidad para poner a prueba todo lo que sé y lo que he aprendido como lideresa.
Pero, en realidad, siento que estamos en una situación bastante terrible en la que un político de la vieja escuela desea competir con el poder de las armas y no con el de las ideas, de la tecnología o de los productos que podrían mejorar al mundo. No creo que sea malo tener una sana competencia con otros países en algunos sentidos, pero no de esta forma tan tóxica.
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Este miedo lo detiene todo. Yo lo sentí en 2014 y no quisiera que ningún miembro de mi empresa ni de ningún lugar de Ucrania lo sintiera. Pero no puedo cambiar nada, además de dirigir mi empresa y ayudar aportando dinero. No soy un soldado.
Para mí, la mayor tragedia fue que no pude cambiar nada en Donetsk en 2014. Posteriormente, me decidí a fomentar el cambio y a ayudar a mi país creando algo grandioso en los negocios. Quería construir un negocio que en 20 años fuera la más grande compañía de Ucrania, como Nike o Google.
Recientemente, hice una donación de 40,000 dólares a una organización ucraniana sin fines de lucro llamada Fundación Return Alive (Volver con Vida). Junto con otros empresarios de Ucrania, he podido dar apoyo financiero al ejército. Ahora quiero hacer un llamado a otras empresas ucranianas: “Haz negocios, no la guerra”. Pienso que lo mejor que las personas pueden hacer en nuestro país es reforzar la economía, seguir trabajando y apoyar a las empresas y a la industria.
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En este momento, la realidad para nosotros es que nos resulta difícil concentrarnos en nuestro trabajo, pero mi actitud es que leer las actualizaciones noticiosas a cada minuto genera un nivel de pánico y ansiedad y no cambiará nada. Me encontré con lo mismo cuando vivía en Donetsk en 2014. Leíamos las noticias constantemente, esperando escuchar que las fuerzas separatistas rusas se habían retirado de Ucrania, pero eso nunca ocurrió.
Tratamos de hacer todo lo posible para permanecer en Kiev, mantener la calma y seguir trabajando. Cuando las emociones se desbordan, uno no puede reaccionar bien ante una situación crítica. Pero si mi equipo se muda, yo también lo haré.
Ucrania tiene una nueva generación que quiere crear algo mejor, así que mi esperanza es que la situación en Donetsk y Luhansk permanezca al menos como ha estado durante los últimos ocho años, que el conflicto no se intensifique y que podamos vivir nuestras vidas libremente.
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Victoria Repa es fundadora y directora ejecutiva de BetterMe, con sede en Kiev, Ucrania. Para saber más, visita betterme.world. Para saber más acerca de la fundación Return Alive haz clic aquí. Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad de la autora. Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek.