DE TIEMPO Y CIRCUNSTANCIAS
LA ANDANADA de descalificaciones que el presidente ha proferido en contra de la máxima casa de estudios de México parece, a primera vista, un error de cálculo político, pero a López Obrador se le puede acusar de muchas cosas, menos de ser cándido políticamente. Hay quien lo describe como el animal político más grande de los últimos tiempos. Yo difiero, pero sí creo que su capacidad política supera con mucho a sus otras capacidades.
Hoy su discurso contra la UNAM polariza a los universitarios con una serie de acusaciones. No lo detiene el hecho de ser exalumno de esta, ni de que haya sido un gran sector de los universitarios quienes lo llevaron al poder. Hoy decide romper con ellos. Si usted es universitario de seguro que lo dicho en las mañaneras ha encendido sus recuerdos de estudiante. Quizá le vino a la memoria alguna marcha para defender causas justas o libertades universitarias. Está lejos el 68, pero en aquel movimiento comenzó el fin de la dictadura de partido. Los logros universitarios han sido indiscutibles, y han cambiado a México para bien.
La universidad es fruto del esfuerzo de muchos mexicanos, y goza de un reconocimiento mundial. El QS World University Rankings la sitúa entre las 105 mejores universidades del mundo. De modo que es un ejemplo de universidad en el país, el continente y el mundo. Así, las acusaciones presidenciales de haberse convertido en una universidad neoliberal carecen de fundamento, pues la pluralidad ha reinado en ella desde los tiempos de José Vasconcelos.
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¿Qué es entonces lo que mueve al presidente para combatir a su propia alma máter?
El presidente es un agudo observador político. Su esquema de las mañaneras mantiene una constante: selecciona un objetivo y comienza a denostarlo, puede ser un funcionario, un medio de difusión o una institución; alguien se convierte en receptor de sus descalificaciones e injurias. Comienza por buscar un foco de conflicto y le achaca las causas a su víctima, así, va construyendo un clima adverso. Esto, por un lado, le permite, si desgasta lo suficiente a su objetivo, modificarlo de raíz.
Así descalificó al Seguro Popular, a las estancias infantiles y a un abanico de instituciones a las que ha borrado del mapa, consiguiendo centrar sus funciones y acumular poder; por el otro lado le da espacio de maniobra al distraer la atención de los problemas nacionales que no encuentran soluciones en su administración.
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Hoy el problema es que, en agosto, la economía tuvo su mayor contracción en 15 meses, y los datos de septiembre marcan que la tendencia de recuperación ha cambiado. No debemos perder de vista que en 2019 la economía crecía a un ritmo de 2.5 por ciento anual, y el candidato AMLO prometió llevarnos a un crecimiento del 6 por ciento anual; pero, como presidente, AMLO convirtió el crecimiento prometido en una contracción del 8.5 por ciento. La recuperación de la economía estadounidense hizo que la nuestra comenzara a recuperarse. Se atisbaba un crecimiento de hasta un 6 por ciento, pero esto no se hará realidad, pues la tendencia se ha contraído drásticamente en agosto.
Esto se debe en parte a errores administrativos de su gobierno. Por un lado, el cambio en la legislación laboral, que condena al outsourcing, es una de las grandes causas, y por otro lado, el repunte en la tercera ola de covid-19, que en un país que no promueve el uso de medidas de seguridad, por la obstinación presidencial, ha sido enorme.
UNAM NEOLIBERAL
El problema económico jala como hilo de cuenta al de salud, y surgen dentro de él las muertes excesivas por covid-19, los pacientes con cáncer y sin medicinas, y los pacientes que por la saturación hospitalaria murieron sin una atención médica adecuada. Las cuentas dentro del hilo traen consigo la desesperación de los padres de los niños con cáncer, pues sus hijos mueren por una criminal falta de medicinas que se debe por entero al gobierno lopezobradorista, y todas estas muertes incrementan los índices de defunciones, llevándolos a un número cercano al millón de muertes, por encima de la expectativa de mortandad promedio que se esperaba en el tiempo que lleva AMLO en el gobierno.
Pero este conjunto de problemas sociales y económicos han pasado a segundo plano; lo importante ahora es que la UNAM se ha convertido en neoliberal. Su cálculo electoral, al parecer, supone que el estudiantado universitario, ese que hace tres años lo llevó al poder, se ha percatado de su ineficacia y en las últimas elecciones le volteó la espalda. Hoy los ataca e intenta desgastarlos, y si bien no podrá desaparecer a la universidad como hizo con otras instituciones, tratará de meter, desde la presidencia, la mano en su estructura, sin preocuparse por violar la autonomía universitaria.
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La afrenta parece buscar la aprobación del gran número de ciudadanos sin educación universitaria en el país; muchos de los cuales reciben ayuda de alguno de los programas clientelares del presidente. Desprestigiar a los universitarios será una pequeña revancha para aquellos que no alcanzaron educación superior, y habrá de reforzar la intención de voto al presidente.
El primer mandatario no ve el riesgo de que se le voltee el chirrión por el palito. Desde el principio de su administración las cosas no le han salido bien: prometió que la economía crecería al 6 por ciento anual y logró que se contrajera un 8 por ciento; prometió renovar el sistema de salud y logró desarticularlo; prometió mejorar las condiciones económicas de los más pobres y logró que aumentara en un 7 por ciento el número de pobres y, de entre estos pobres, los que estaban en pobreza extrema aumentaron en 24 por ciento; prometió mejorar el sistema laboral y el reporte más reciente denuncia un aumento de medio millón de desempleados, y así todas sus buenas intenciones, si es que lo fueron, han terminado en desastres.
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Hoy al inicio de la segunda mitad de su administración tuvo la feliz idea de adelantar los tiempos de la sucesión presidencial. Esto acelerará el desgaste natural del presidente. Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard ya hicieron público su deseo de llegar a la presidencia. De entre los muchos interesados en ocupar la presidencia puede que haya quien quiera alimentar el conflicto universitario en una agenda contraria a la del presidente y, entonces, el balance de votos, que ya no le es tan favorable, podría ir contra sus deseos electorales; si esto sucede estará de más buscar culpables.
Recientemente el agudo comentarista noticioso de Latinus, Víctor Trujillo, en su personaje de Brozo hizo alusión a la tendencia presidencial a buscar culpables. En la lista de causantes de nuestros desastres estaban: Calderón, Peña Nieto, España, los empresarios, los medios de comunicación, las organizaciones no gubernamentales y una larga lista.
Esta vez la culpable del desastre será la Universidad Nacional. Lo que no está claro es si este desastre lo sufriremos solamente nosotros o si además se llevará a nuestro presidente entre las patas.
VAGÓN DE CABÚS
La ley de ingresos para 2022 fue aprobada, y en ella las organizaciones no gubernamentales perdieron la facultad de ofrecer una donación de impuestos a sus benefactores. Ahora seremos los ciudadanos quienes con dinero de nuestro peculio podremos apoyarlas. Esto le quitará recursos a una serie de organismos que de verdad veían por los más necesitados. El gobierno, si bien no crea impuestos, elimina deducciones y libertades. N
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Salvador Casanova es historiador y físico. Su vida profesional abarca la docencia, los medios de comunicación y la televisión cultural. Es autor del libro La maravillosa historia del tiempo y sus circunstancias. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.