EL CÁNCER de mama es el tipo de cáncer más común, con más de 2,3 millones de casos en 2020, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De acuerdo con las cifras del organismo de salud, cerca de una de cada 12 mujeres enfermarán de cáncer de mama a lo largo de su vida, siendo este tipo de cáncer la principal causa de mortalidad en las mujeres; en 2020, alrededor de 685,000 mujeres fallecieron como consecuencia de esa enfermedad.
La enfermedad se origina en las células del revestimiento (epitelio) de los conductos (85 por ciento) o lóbulos (15 por ciento) del tejido glandular de los senos. Al comienzo, el tumor canceroso está confinado en el conducto o lóbulo (in situ), donde generalmente no causa síntomas y tiene un mínimo potencial de diseminación (metástasis).
Con el paso del tiempo, este cáncer in situ (estadio 0) puede progresar e invadir el tejido mamario circundante (cáncer de mama invasivo), y a continuación propagarse a los ganglios linfáticos cercanos (metástasis regional) u a otros órganos del organismo (metástasis distante). Cuando una mujer muere de cáncer de mama, es como consecuencia de la metástasis generalizada.
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El tratamiento del cáncer de mama puede ser muy eficaz, en particular cuando la enfermedad se detecta temprano. A menudo el tratamiento consiste en una combinación de extirpación quirúrgica, radioterapia y medicación (terapia hormonal, quimioterapia y/o terapia biológica dirigida) para tratar el cáncer microscópico que se ha propagado del tumor mamario a través de la sangre. Por consiguiente, ese tratamiento, que puede impedir la progresión y diseminación del cáncer, salva vidas, explica la OMS.
ALCANCE DEL PROBLEMA
En 2020, en todo el mundo se diagnosticó cáncer de mama a 2,3 millones de mujeres, y a fines del mismo año, 7,8 millones de mujeres a las que en los anteriores cinco años se les había diagnosticado cáncer de mama seguían con vida, lo que hace que este cáncer sea el de mayor prevalencia en el mundo.
Se estima que, a nivel mundial, los años de vida perdidos ajustados en función de la discapacidad (AVAD) en mujeres con cáncer de mama superan a los debidos a cualquier otro tipo de cáncer. El cáncer de mama afecta a las mujeres de cualquier edad después de la pubertad en todos los países del mundo, pero las tasas aumentan en su vida adulta.
Entre las décadas de 1930 y 1970, la mortalidad por cáncer de mama mostró pocos cambios. Las mejoras en la supervivencia empezaron en los años 1980 en países que contaban con programas de detección precoz combinados con diferentes tipos de terapias para contener la enfermedad invasiva.
LOS SÍNTOMAS
Los síntomas más comunes del cáncer de mama son la aparición de un nódulo o bulto en la mama, de consistencia pétrea, cambios en el tamaño o contorno de la mama, cambios en la piel de la mama, aparición de úlceras, heridas, rojeces, hundimientos en el pezón o la mama, dolor en la mama o el pezón al palparlos.
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Así como aparición de un nódulo o bulto en la axila, es importante recalcar que la mayoría de bultos en el pecho son benignos y no cancerosos y no suponen un riesgo a corto plazo, explica Roche.
No obstante, la OMS indica que existen diversas razones por las que se desarrollan nódulos mamarios, que en su mayoría no son cáncer. Hasta el 90% de las masas mamarias no son cancerosas. Entre las anormalidades no cancerosas del seno figuran las masas benignas como los fibroadenomas y los quistes, así como las infecciones.
CÁNCER DE MAMA EN HOMBRES
El cáncer de mama afecta en su mayoría a mujeres, sin embargo también puede llegar a manifestarse en hombres. Algunos de los factores de riesgo principales que favorecen su aparición son: La edad (los hombres de más de 50 años tienen un mayor riesgo de manifestarlo).
Así como las mutaciones genéticas y antecedentes familiares, el sobrepeso y la obesidad, el seguimiento de algunos tratamientos como radioterapia o terapia hormonal y ciertas afecciones médicas, explica Roche.
Se calcula que el 1 por ciento de los casos diagnosticados afecta a varones. “En el caso de los hombres esta patología se manifiesta a través de bultos en la zona, irritación o inflamación de la piel de la mama, secreción del pezón, dolor al palpar o hundimientos en el pecho o el pezón”, señala la farmacéutica.
REPERCUSIÓN MUNDIAL
Entre el decenio de 1980 y 2020, en los países de ingresos elevados la mortalidad por cáncer de mama normalizada por edades se redujo en un 40 por ciento. Los países que han tenido éxito en sus esfuerzos por reducir la mortalidad por cáncer de mama han logrado una reducción anual del 2 por ciento al 4 por ciento. Si la mortalidad anual mundial consiguiera reducirse en un 2,5 por ciento, entre 2020 y 2040 se evitarían 2,5 millones de muertes por cáncer de mama.
Las estrategias para mejorar los resultados relativos al cáncer de mama dependen del fortalecimiento primordial de los sistemas de salud para suministrar los tratamientos que ya se sabe que son eficaces. Esos tratamientos también son importantes para manejar otros tipos de cáncer y otras enfermedades no transmisibles (ENT) no neoplásicas. Una excelente estrategia, por ejemplo, es disponer de itinerarios de derivación fiables desde los establecimientos de atención primaria de salud a los hospitales de distrito y los centros oncológicos especializados.
La creación de esos itinerarios de derivación coincide con el planteamiento que se requiere para manejar los casos de cáncer del cuello uterino, de pulmón, colorrectal y de próstata. Con este fin, el cáncer de mama es una enfermedad de referencia a la hora de crear itinerarios para el manejo de otras enfermedades, explica la OMS.
El “Mes de Sensibilización del Cáncer de Mama” se conmemora en todo el mundo cada octubre, aumentando la atención y el apoyo prestados a la concientización, detección temprana, tratamiento y cuidados paliativos. N