DE TIEMPO Y CIRCUNSTANCIAS
«Como católico estoy contra el aborto; como presidente de los franceses considero necesaria su despenalización»: Valéry Giscard D’Estaing
EN SEPTIEMBRE, la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró que es inconstitucional criminalizar el aborto en México. Ello abrió la puerta a legalizar la práctica del aborto en nuestro país. Actualmente solo en cuatro entidades es legal: Ciudad de México, Hidalgo, Oaxaca y Veracruz.
Los grupos contrarios han intensificado su actividad, y desde la Cámara de Senadores hasta el café del barrio, el tema se ha discutido apasionadamente.
La controversia es alrededor del respeto a la vida humana y a los derechos del individuo. Con el agravante de que en este caso se trata de dos individuos cuyos derechos colisionan; por un lado, está la mujer que ha concebido sin proponérselo, y por el otro, el producto cuya identidad legal se encuentra en el centro del debate.
Una forma de simplificar el análisis es separar los conceptos. Estudiar las diferentes facetas del problema para normar criterios desde diferentes enfoques; pero sin dejar a un lado el hecho de que la óptica contemporánea se modifica constantemente por los avances científicos.
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Comencemos por el ámbito religioso, cuya postura es inamovible. En esta perspectiva, la vida es patrimonio de la divinidad, pues solo los dioses son capaces de dar el don de la vida, y la divinidad condena la intromisión humana al interrumpir el ciclo vital. La creencia de que la vida era patrimonio exclusivo de los dioses fue cierta hasta hace no mucho tiempo, pero los humanos, mediante técnicas de clonación, en las que partiendo de un óvulo y ácido desoxirribonucleico crean individuos idénticos, y de secuenciación, en las que a partir de equipos de laboratorio se enlazan aminoácidos y se obtienen organismos capaces de reproducirse, cuestionan el criterio de que la vida es un don exclusivo de la divinidad. Ahora los humanos experimentan con la generación de organismos vivos. La vida ha pasado de ser un “fenómeno divino” a un fenómeno biológico.
En la faceta filosófica: el individuo tiene el derecho fundamental de la vida. En el proceso celular que va de la fecundación del óvulo al nacimiento de un ser humano la pregunta de fondo es: ¿cuándo se considera que existe un individuo?
La respuesta requiere establecer un criterio, y esto no es nada fácil. Lo más fácil es decir que existe un individuo desde el momento en que el espermatozoide fecunda al óvulo y comienza la multiplicación celular en el huevo o zigoto; sin embargo, hay casos en los que la fecundación se da en condiciones peculiares, como cuando se fecunda a los óvulos en el laboratorio. El huevo o zigoto así creado requiere de una serie de condiciones para sobrevivir. Estas no son posibles en el laboratorio; la primera de ellas es que el huevo se adhiera a la pared del útero y comience a alimentarse y crecer. Es ahí donde se considera que comienza el embarazo. Entre la primera y la decimosegunda semana el producto es llamado embrión; después de la decimosegunda semana se le llama feto.
DOS ENFOQUES CONTRAPUESTOS
El Colegio de Bioética nos dice que, en la primera etapa del embarazo, la del embrión, aun no se ha desarrollado un sistema nervioso y por tanto ni el huevo ni el embrión se pueden considerar como un individuo biológico. Este es uno de los criterios para despenalizar el aborto entre la primera y la decimosegunda semana del embarazo.
Estos dos enfoques de la materia que nos ocupa son contrapuestos, pero existen otras facetas que no son menos importantes, como la salud física y mental tanto de los padres que habrán de concebir un hijo no deseado como de los hijos que habrán de resultar de la gestación.
Otro aspecto del problema está en los derechos de la mujer, su dignidad, su privacidad y la capacidad de esta para decidir sobre un evento en muchas ocasiones accidental por la falla del método anticonceptivo. La organización Human Rights Watch se concentra en esta faceta y promueve el derecho de la mujer a decidir.
La cantidad de embarazos no planeados en Europa es del 43 por ciento1 del total. Esto comprende tanto el embarazo entre adolescentes como el de mujeres solteras adultas, y parejas cuyas mujeres fueron fecundadas sin haberlo programado.
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En México la estadística se centra en menores de edad. Nuestro país está en el primer lugar mundial de embarazos de adolescentes. Datos del Consejo Nacional de Población (Conapo) establecen que en 2020 se registraron 373,661 nacimientos de madres menores de 18 años.
El Instituto Guttmacher, organización dedicada a la planeación del embarazo, estima que a escala mundial en los países de ingresos bajos hay más de un 90 por ciento de embarazos no planeados; y en los de ingresos medios, más del 60 por ciento de los embarazos no fueron planeados. Médicos Sin Fronteras, por su parte, anota que cada año mueren 22,000 mujeres por abortos inseguros, y una gran parte de estas muertes se da en América Latina.
Es claro que, en muchos casos, la llegada de un nuevo bebé, aunque no esté planeado, puede ser motivo de alegría, pero en otros, un sinnúmero de factores que van desde la capacidad económica de la madre o la pareja hasta la incapacidad emocional de estos complican todo el proceso. Las consecuencias afectarán predominantemente a los hijos no deseados.
LOS HIJOS Y LAS CONSECUENCIAS
Los estudios sobre las consecuencias en la salud física y mental en los hijos no deseados no abundan, pues resulta difícil tanto diseñarlos como darles seguimiento. Sin embargo, en Praga, en República Checa, una investigación con madres a las que se les había negado la posibilidad de abortar reveló que los niños presentaban problemas de comportamiento, un bajo aprovechamiento académico, también una mayor incidencia de efectos negativos en la relación madre-hijo que en la relación madre-hija. Esta observación se invierte en la relación con el padre. Lo anterior va asociado con una dificultad en el establecimiento de relaciones sociales en la etapa adulta.
En otro estudio sobre hijos no deseados, patrocinado por el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, el Dr. Robert Kaestner, del Colegio Bernard M Barusch, reporta incrementos en la mortalidad infantil, el maltrato a los infantes y un decremento en los niveles de desarrollo mental y fisiológico.
En México, la senadora María Lilly del Carmen Téllez se manifiesta vehementemente contra el aborto y critica la decisión de la Suprema Corte. Sin embargo, al haber definido una legislación permisiva al aborto, lo que la Suprema Corte abordó no fue un problema religioso ni filosófico, sino un problema de salud pública que lleva intrínsecas estas facetas y muchas más.
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Ningún país con sanciones penales para el aborto ha logrado con ello que las mujeres dejen de abortar. La penalización del aborto lo único que logra es que las mujeres acudan a prácticas inseguras, y con ello pongan en riesgo su vida.
Una posición sensata al respecto fue la que Valery Giscard d’Estaing adoptó siendo presidente de Francia, cuando se reunió con el papa Juan Pablo II, quien le pidió no legalizar el aborto.
D’Estaing respondió: “Yo soy católico, pero soy presidente de la república de un Estado laico. No puedo imponer mis convicciones personales a mis ciudadanos… Lo que tengo que hacer es velar para que la ley se corresponda con el estado real de la sociedad francesa… Juzgo legítimo que la Iglesia católica pida a aquellos que practican su fe que respeten ciertas prohibiciones. Pero no es la ley civil la que puede imponerlas, con sanciones penales, al conjunto del cuerpo social… Como católico estoy contra el aborto; como presidente de los franceses considero necesaria su despenalización”.
Al despenalizar el aborto, la SCJN fue sensible a este criterio y, en consecuencia, ha velado porque la ley se corresponda con el estado real de la sociedad mexicana.
VAGÓN DE CABÚS
La tan traída y llevada reforma eléctrica es un retroceso en muchos sentidos. El principal es que atenta contra la libertad de elegir un proveedor de energía eléctrica. Esto no es nuevo, el viejo PRI cobijaba muchos monopolios, entre ellos, el de la energía eléctrica, pero también estaba Telesistema Mexicano, que tuvo durante muchos años el monopolio televisivo; Pemex, con el monopolio de distribución de gasolina, y el propio PRI, que tenía el monopolio político del país.
Si se aprueba esta reforma veremos un retroceso en cadena de nuestro sistema de libertades. N
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1. Datos del Instituto Guttmacher.
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Salvador Casanova es historiador y físico. Su vida profesional abarca la docencia, los medios de comunicación y la televisión cultural. Es autor del libro La maravillosa historia del tiempo y sus circunstancias. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.