LOS PAÍSES de la Unión Europea informaron este viernes sobre la prohibición de un aditivo para alimentos ampliamente utilizado, conocido como colorante artificial E171 en las etiquetas, luego que el regulador europeo cuestionara su seguridad.
El colorante E171 contiene nanopartículas de dióxido de titanio y se usa comúnmente en una amplia gama de productos de consumo, incluidos medicamentos y cosméticos.
La prohibición se refiere al uso del aditivo en alimentos, donde sirve principalmente como agente blanqueador y abrillantador en dulces, chicles, salsas blancas y glaseado de pasteles.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), con sede en Italia, descubrió en mayo que existía el riesgo de que las nanopartículas pudieran dañar el ADN, y no se pudo establecer un nivel seguro para su consumo.
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La prohibición entrará en vigor a principios de 2022, según un comunicado de la Comisión Europea, así se dará paso a un período de eliminación gradual de 6 meses después del cual se aplicará una prohibición completa de los productos alimenticios, señala el comunicado.
El dióxido de titanio se utiliza como colorante en una serie de productos como chicle, pasteles, complementos alimenticios, sopas y caldos.
La comisaria Stella Kyriakides, a cargo de Salud y Seguridad Alimentaria, dijo: “La seguridad de nuestros alimentos y la salud de nuestros consumidores no es negociable. Hoy, actuamos con decisión con nuestros Estados miembros, sobre la base de una ciencia sólida, para eliminar el riesgo de un producto químico utilizado en los alimentos”.
El Consejo Superior de Salud de Bélgica considera al dióxido de titanio como un “posible carcinógeno”, y Francia lo prohibió el año pasado como aditivo alimentario durante un año. Los investigadores habían establecido que podría causar lesiones precancerosas en ratas.
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El Reglamento prevé que el dióxido de titanio permanezca por el momento en la lista de aditivos autorizados para permitir su uso en medicamentos como colorante. Una de las razones de esa decisión es evitar la escasez de medicamentos que contengan el colorante, ya que esto podría afectar la salud pública, la salud animal y el bienestar.
La sustitución del dióxido de titanio también requerirá la investigación y prueba de alternativas adecuadas para garantizar que la calidad, seguridad y eficacia de los medicamentos no se vean afectadas negativamente.
En el proyecto de Reglamento se prevé una cláusula de revisión según la cual la Comisión debe reevaluar la situación dentro de los 3 años posteriores a la fecha de entrada en vigor del Reglamento, sobre la base de una evaluación actualizada por parte de la EMA.
“Esto da una señal clara de que la industria farmacéutica debe hacer todo lo posible para acelerar la investigación y el desarrollo de alternativas para reemplazar el dióxido de titanio en productos nuevos y ya autorizados, y para presentar los cambios necesarios en los términos de las autorizaciones de comercialización en cuestión”, indica. N