En su primera conversación en profundidad con un medio de América, el primer ministro
polaco, Mateusz Morawiecki, reflexiona sobre Rusia, Biden, las grandes empresas
tecnológicas y la perspectiva de un “Estados Unidos de Europa”.
BAJO el liderazgo del primer ministro Mateusz Morawiecki, Polonia ha dado un giro decididamente nacionalista, por lo que ha recibido grandes elogios por parte de muchos conservadores occidentales y el desprecio de algunos progresistas. Al igual que muchos de los demás países miembros del Grupo de Visegrad (una alianza de cuatro países del centro de Europa) y de la Iniciativa de los Tres Mares (una coalición de 12 países de la Unión Europea rodeados por los mares Báltico, Adriático y Negro), Polonia se encuentra en el cruce de caminos entre el núcleo centrado en Europa Occidental/Alemania, que está a favor de la Unión Europea, en su parte occidental, y del gran paraguas de la influencia de la Rusia de Vladimir Putin en su parte oriental.
Josh Hammer, editor de opinión de Newsweek, y el periodista polacoestadounidense Matthew Tyrmand se reunieron en Varsovia con el primer ministro Morawiecki hace unos días. Miembro del partido nacional conservador Ley y Justicia, Morawiecki se desempeña como primer ministro de la República de Polonia desde el 11 de diciembre de 2017.
La siguiente conversación, que ha sido editada por motivos de espacio, es la primera entrevista profunda que Morawiecki concede a un medio estadounidense desde que asumió el actual cargo.
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—Comencemos con la economía. La economía polaca ha crecido a un ritmo constante, prácticamente sin ninguna contracción desde 1989. Sin embargo, hay nuevos desafíos que amenazan a las economías de la eurozona, los cuales se relacionan estrechamente con el crecimiento económico de Polonia. En su opinión, ¿cómo esta posicionada la economía de Polonia en términos generales conforme comenzamos a salir de la pandemia de covid-19?
—Para ser precisos, se produjo una gran contracción entre 1989 y 1991, una gran recesión. Y luego, desde 1991, hubo un crecimiento constante hasta la pandemia de covid-19 y la recesión relacionada con ella. Sin embargo, nuestra caída, nuestra recesión, fue una de las menos profundas de la Unión Europea. Esto se debe a un uso muy valiente de “escudos anticrisis”, como los llamamos, es decir, un escudo financiero. Se produjo en el intervalo de 10 a 12 puntos porcentuales del PIB, de esa magnitud.
“Hemos conservado los puestos de trabajo. Ahora mismo tenemos el nivel más bajo de desempleo de la Unión Europea. Y hemos ayudado a las empresas a atravesar las temporadas más difíciles de 2020. Y actualmente, estas empresas han conservado su participación de mercado, han mantenido su capacidad de expandirse, su capacidad de exportar, y estamos viendo ahora mismo una muy sólida recuperación.
“Así que estoy feliz con respecto a la perspectiva de la economía polaca para los próximos años. El país está muy bien preparado ahora, en esta fase después del covid-19, para aumentar las inversiones y, en particular, también las exportaciones y el consumo local”.
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—Hablando de la Unión Europea, han pasado cinco años desde que el Reino Unido votó a favor de su salida de ese organismo, y han pasado menos años desde su salida real. Sin embargo, las fisuras en la cohesión de la Unión Europea permanecen, y los esfuerzos de armonización de mano dura que han salido de Bruselas siguen catalizando el disenso de electorados nacionales en lugares como Italia y España. ¿La Unión Europea puede mantenerse en un camino que sea más armonioso y que aliente una mayor integración entre las naciones? ¿O la volatilidad política en Europa continental después del brexites una característica permanente de la política continental europea?
—Si queremos que Europa sea una superpotencia, no debemos esperar que haya un “Estados Unidos de Europa”, porque nunca será exactamente así en mi imaginación. Hay 27 países y varios más estrechamente alineados que no pertenecen a la Unión Europea, pero todos ellos tienen sólidas identidades, herencias culturales, idiomas y tradiciones. Pero no solo eso, también tienen su propia naturaleza, por decirlo así.
“Así que, para que Europa sea fuerte, tiene que ser una ‘Europa de patrias’. No puede ser una sola superpotencia porque, si fuera así, habría fricciones y tensiones que crecerán aún más que si quienes están en Bruselas, Berlín o París trataran de presionar a los demás hacia ese estado. Sin embargo, en lugar de simplemente pensarlo, creo que esta es la única forma en que la Unión Europea puede convertirse en una superpotencia en lugar de ser simplemente un supermercado para diferentes bienes y servicios.
“Debemos ser capaces de desarrollar una estrategia común hacia el mundo exterior y hacia las potencias mundiales, en particular, las de Oriente, que ponen en riesgo nuestro desarrollo. Y también en nuestras relaciones comunes, particularmente, con la comunidad trasatlántica. Podemos ser una superpotencia, pero sin que esto signifique un tipo de filosofía que deje contentos a todos, que es algo en lo que parecen creer algunos eurócratas de Bruselas.
“Por otra parte, creo firmemente en la estrategia europea con respecto a los riesgos externos provenientes del mundo musulmán, de China y Rusia. Y para esto, desde luego, necesitamos una alianza muy sólida con Estados Unidos”.
—Centrándonos específicamente en Europa Central y Oriental, ¿cómo ve usted el hecho de que la Iniciativa de los Tres Mares tome forma para convertirse en un contrapeso político y económico más potente ante los estados históricamente más desarrollados de Europa Oriental? Asimismo, ¿cómo ve la relación entre los miembros de la Iniciativa de los Tres Mares frente a la amenaza inminente de Putin y Rusia en su flanco oriental?
—Al contrario de algunas afirmaciones hechas particularmente sobre los Tres Mares de Europa occidental, no considero que la iniciativa se oponga a la unidad y a la fortaleza de la política de la Unión Europea. Opino que es al contrario, pues es el “pulmón faltante” de Europa, como dijo Juan Pablo II. El pulmón occidental está en un costado, mientras que el pulmón oriental no está tan bien desarrollado.
“Para que se desarrolle mejor, necesitamos conectividad entre el norte y el sur, infraestructura en el norte y el sur, de la que carecemos. En Europa tenemos interconexiones bien desarrolladas entre oriente y occidente en términos de infraestructura, energía, caminos, vías férreas, etcétera. No tenemos lo mismo de Escandinavia a Grecia, y para Polonia, que se encuentra en el centro de esta geografía y es el país más grande de todos los que comparten los Tres Mares y de aquellos que probablemente formarán parte de ese grupo en el futuro, este es un eslabón perdido en la arquitectura estratégica y de defensa, debido a que [Polonia] es, al mismo tiempo, el flanco oriental de la Unión Europea y el flanco oriental de la OTAN, por lo que está geográficamente más expuesta y en riesgo.
“Al desarrollar esto [la Iniciativa de los Tres Mares] y al complementarla con la infraestructura faltante, vamos a fortalecer la presencia de la Unión Europea en la comunidad trasatlántica. Así que fortalecer esta dimensión, en lugar de combatirla, está en favor de los intereses de Estados Unidos, y en favor de los intereses de Europa Occidental”.
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—Centrándonos un poco más en Rusia, ¿qué puede hacer colectivamente la Unión Europea sobre la invasión rusa y la amenaza de ese país, ya sea en forma directa mediante violaciones físicas de fronteras soberanas, o también indirectamente, mediante la guerra cibernética, campañas de desinformación, juegos de espías, etcétera?
—Tenemos que ser constantes y pacientes con respecto a nuestra política hacia Rusia debido a que la estabilidad de la política estratégica de Rusia es un desafío para nosotros y para la Unión Europea, donde los gobiernos cambian con mucha más frecuencia que en Rusia, y donde existen distintos puntos de vista sobre ese país. Cuanto más alejadas de oriente estén las personas, tanto menos perciben a Rusia como una amenaza.
“A pesar de ello, por una parte, pudimos generar una visión común de sanciones hacia Rusia por ocupar la Península de Crimea y el área de Donbas. Por la otra, seguimos tratando de persuadir a Rusia, o más precisamente, de disuadir a Rusia, de comportarse agresivamente en su propia actividad estratégica. Y desde nuestro punto de vista más estratégico, Rusia podría ser un obstáculo para que China crezca y expanda más su influencia y poder en todo el mundo. Pero para que esto suceda, tendríamos que tener a una Rusia verdaderamente pacífica y no agresiva, lo cual no es fácil de imaginar”.
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—¿Y qué hay sobre Bielorrusia? Obviamente, Bielorrusia está en las noticias ahora mismo, pues la situación poselectoral en ese país ha llevado a una escalada en la demostración de fuerza implícitamente apoyada por Putin. ¿Cuáles son sus reflexiones sobre Bielorrusia y el presidente Alexander Lukashenko, y cuál es la política de Polonia con respecto a Bielorrusia?
—Fue un suceso bastante desafortunado en el periodo poselectoral de Bielorrusia. De hecho, admiro verdaderamente a la sociedad bielorrusa por su obstinada y paciente resistencia hacia lo que ocurre en Minsk y en Bielorrusia. Desde luego, viven en gran medida bajo la sombra de Rusia, y esa es la razón por la que esto es tan complicado, debido a que Lukashenko no solo representa a Lukashenko, sino que tiene un sólido apoyo de Rusia.
“Habiendo dicho esto, hemos condenado en forma enérgica y colectiva el acto de secuestrar aquel avión [el 23 de mayo, Bielorrusia obligó a un vuelo de Ryanair que iba de Grecia a Lituania a aterrizar en Minsk y arrestó a un pasajero, el periodista disidente Roman Protasevich] que, por cierto, estaba y sigue estando registrado en Polonia. Y no hubo ningún país, ningún Estado miembro de la Unión Europea, que haya dudado sobre las sanciones que todos hemos acordado imponer en la más reciente reunión del Consejo Europeo”.
—Hablemos de energía y del Nord Stream 2 [gasoducto de exportación que va de Rusia a Europa a través del Mar Báltico]. Muchos conservadores estadounidenses están entre sorprendidos y simplemente enfadados de que el presidente Biden lo haya dejado pasar mientras que, simultáneamente, bloqueara el gasoducto Keystone XL que va de Canadá a Estados Unidos. Desde el punto de vista de Polonia, ¿qué es lo que se puede y se debe hacer con respecto a esta táctica evasiva alrededor de la seguridad energética del centro de Europa? Parece que Alemania ha hecho una especie de trato faustiano con Rusia al mismo tiempo que encabeza una carga contra Bruselas a favor de la devolución del poder soberano a una mayor parte de Europa. En particular, ¿qué se puede hacer acerca de Nord Stream 2?
—En Polonia estamos muy decepcionados particularmente por el reciente cambio de postura de Estados Unidos, debido a que, en los últimos años, hemos trabajado codo a codo con el gobierno estadounidense para detener o ralentizar el desarrollo del Nord Stream 2. Y fue hasta hace muy poco cuando el gobierno estadounidense cambió su punto de vista al respecto, con falsas esperanzas de que esto ayudará a reparar las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea. Bueno, Alemania no es la Unión Europea. Alemania es Alemania y tiene sus propios intereses, y da la casualidad de que sus intereses coinciden bastante con los de Rusia.
“Sin embargo, no coinciden con los intereses trasatlánticos. Así que Alemania está en un rumbo de colisión con la estrategia trasatlántica en relación con sus propios intereses energéticos. Y con esto no solo me refiero a la importación de gas estadounidense. Ese no es verdaderamente el tema principal aquí. El tema principal es que, al detener el Nord Stream 2, no solo tratamos de impedir que los rusos acumulen fondos para su desarrollo militar y su política agresiva. Y estábamos teniendo bastante éxito hasta hace poco. Entonces, un cambio de esa naturaleza fue muy decepcionante, y no solo para Polonia, sino también para muchos países europeos”.
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—¿Cuál cree usted que fue la motivación del gobierno de Biden para hacer esto? Es un giro de 180 grados, es un cambio importante con respecto a la política del gobierno de Trump acerca de este tema. Y se destaca particularmente porque este giro de 180 grados ocurre después de hablar con mucha dureza sobre Rusia y señalar un compromiso para unas sólidas relaciones trasatlánticas entre Estados Unidos y toda Europa.
—Creo que se trata de un análisis muy simplista de la Unión Europea y de una esperanza por reparar las relaciones con la Unión Europea a través de Alemania. Sin embargo, Polonia tiene una función más activa en la defensa del flanco oriental de la Unión Europea, que es, al mismo tiempo, el flanco oriental de la OTAN. Asimismo, Polonia es probablemente la única nación de toda Europa que es, al mismo tiempo, totalmente proeuropea y proestadounidense. Así que somos una piedra angular natural para integrar estas dos dimensiones, lo cual es muy importante desde el punto de vista de la psicología política, así como para la economía.
“Entonces, lo que acaba de ocurrir va en detrimento de una más profunda unidad trasatlántica; ahora, Rusia tendrá un fuerte instrumento en sus manos para dividir aún más los intereses trasatlánticos y utilizar sus armas contra Ucrania y Bielorrusia. Ahora, nada va a detener [a Rusia] de incursionar aún más profundamente en Ucrania, debido a que el sistema de gasoductos, es decir, el de Ucrania, muy pronto se volverá obsoleto una vez que el gasoducto Nord Stream 2 esté completamente establecido y sea totalmente funcional”.
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—¿Cómo logró usted una de las principales políticas sociales progresistas en la Unión Europea con el programa 500-Plus [estipendios para familias crecientes], la política de vivienda para construir unidades habitacionales más accesibles para hacer que más personas viven en apartamentos, etcétera, sin crear un déficit presupuestario?
—Esto se logró realmente al aplicar herramientas muy modernas de tecnología de la información en nuestro Ministerio de Finanzas. Se realizó utilizando inteligencia artificial y algoritmos del tipo del aprendizaje máquina, que luego hemos implementado de manera general en relación con nuestras oficinas fiscales. Así que requerimos cierta capacitación y desarrollo de tecnologías de la información, y después lo hemos aplicado en todo el sistema.
“De esta manera, no solo fuimos capaces de aumentar notablemente la cantidad de comprobantes fiscales, sino que, al mismo tiempo, hemos disminuido la tasa de impuestos para las empresas. Por ejemplo, para las pequeñas y medianas empresas, la tasa es de 9 por ciento. En cuanto al impuesto sobre la renta, hemos disminuido la tasa de 18 a 17 por ciento, y ahora tendremos un mayor complemento libre de impuestos, uno de los complementos libres de impuestos más grandes de toda Europa. Esto va de la mano con la reparación del sistema fiscal, que antes era muy problemático”.
—Pasemos a hablar ahora de las grandes empresas tecnológicas: Polonia ha sido el país líder en los últimos meses. El gobierno polaco ha diseñado leyes que impondrían penalizaciones financieras a las grandes empresas estadounidenses de tecnología y redes sociales si imponen medidas de censura que violen las leyes locales o la Constitución de Polonia, la cual es una constitución comprometida con los ideales de la libertad de expresión. ¿Cuál es el estado actual de esas leyes? ¿Cuándo espera usted que podamos verlas en acción?
—Bueno, actualmente quien establezca esas reglas es realmente el amo del destino de la sociedad y de los estados nación. Así que ahora, las plataformas y las redes de comunicación y la propiedad intelectual son aún más importantes que la tierra y los edificios y las líneas de montaje de tecnología y todos los materiales que se invierten en la creación de esos entornos digitales. Y esa dinámica no hace más fácil la comprensión de elementos de las partes móviles del complicado e interdependiente rompecabezas económico que es nuestra era moderna.
“A esto se debe que sea mucho más difícil comprender quién establece las reglas en la actualidad, debido a que ya no son los gobiernos quienes pueden tener esta competencia sobre el establecimiento de reglas.
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“En particular, las grandes corporaciones internacionales del área del mundo digital con mucha frecuencia establecen reglas que son favorables para ellas mismas, y que no siempre producen un bien social. Y esta es la razón por la que los estados ahora deben ser muy activos para eliminar la censura y los poderes monopólicos de esas empresas.
“Esto aún se encuentra en proceso en el parlamento polaco, y el gobierno del país trabaja a través de la legislatura local, pero estamos muy decididos a que esto funcione, ya sea junto con Bruselas, o por nuestra propia cuenta si es necesario.
“Estamos en diálogo con la Comisión Europea en dos aspectos de esta área. Uno de ellos se refiere al tema de la libertad de expresión y de la eliminación de la censura. El otro tiene que ver con la recaudación de impuestos a las empresas en los países donde hacen negocios, de manera que les impidamos irse a paraísos fiscales como Luxemburgo, Chipre o Suiza para evitar pagar en absoluto, o pagar muy pocos impuestos en esos paraísos fiscales, porque pienso que el hecho de que las grandes empresas tecnológicas minimicen su carga fiscal de esta manera no es sostenible para nuestras economías”. N
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek