En 10 años de compras, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), delegación de Baja California, adquirió medicamentos hasta 128 veces más caros y celebró contratos con empresas de giros incompatibles con el sector salud.
Entre ellas, la Comisión Federal de Electricidad (CFE), una empresa pública dedicada al sector energético, la departamental Dorian’s y Darma Rem SA de CV, dedicada a la venta y reparación de equipos de cómputo.
Esta última recibió contratos a los meses de haberse formado y a la fecha suma más de 60 millones de pesos en contratos con el gobierno federal, además registra como socia mayoritaria a una beneficiaria de un apoyo social en Tlaxcala.
Adicionalmente, se encontraron casos de tiendas minoristas que vendieron menos de diez productos, pero registraron algunos de los sobreprecios más altos, lo cual indica un problema de planeación y administración de los recursos, según Andrés Castañeda, Coordinador de las causas de Salud y Bienestar en Nosotrxs, asociación civil responsable del Mapeo Nacional de Desabasto de Medicinas.
Los proveedores y sus sobreprecios fueron detectados a partir de datos del portal Compras IMSS, que fueron analizados por la organización PODER en la plataforma QuiénEsQuién.Wiki, para el proyecto “Salud, Dinero y Corrupción“.
En ella se revisan todos los contratos reportados por los 32 estados y el nivel central del IMSS entre 2008 y 2019.
Según ese análisis, el IMSS de Baja California pagó un excedente de 95 millones 479 mil 381 pesos en 15 mil 056 compras de medicamentos con sobreprecio.
“Son señales preocupantes. Los sobrecostos, proveedores extraños que no tienen experiencia, recién formados, hay señales de alarma. Son elementos para poner una bandera amarilla e investigar qué hicieron, qué entregaron, y cómo fue todo el proceso”, opina David Arellano Gault, profesor investigador de la División de Administración Pública para el Centro de Investigación y Docencias Económicas (CIDE).
Darma REM, especializada en cómputo, vende medicina
Una empresa dedicada al diseño de sitios web, comercio electrónico y venta de equipo de cómputo fue creada en 2015 y comenzó a ganar millones de pesos con el IMSS en 2016 como proveedora de medicamentos gracias a la asignación de contratos por adjudicación directa.
La empresa se llama Darma Rem SA de CV, tiene domicilio registrado en Naucalpan de Juárez, Estado de México, y es proveedora en 18 delegaciones del IMSS, incluyendo la de Baja California.
En total, Darma Rem ha conseguido 55 millones 18 mil 109 pesos en contratos con el IMSS, de los cuales, 25 millones 320 mil 493 corresponden a un excedente, según el análisis de sobrecostos de la organización PODER.
En Baja California, Darma Rem fue proveedora de 6 mil 510 unidades de Latanoprost en 2018, un medicamento que sirve para tratar el glaucoma, afección que puede ocasionar la pérdida de la visión. Solo esta venta dejó un excedente de 382 mil 269 pesos.
Darma Rem pertenece a María Maricela Rocha Méndez y Maricela Itze Parada Rocha, madre e hija, respectivamente, quienes viven en Apizaco, Tlaxcala.
La primera trabajó para el IMSS, según información pública en su cuenta de Facebook, y la segunda fue maestra adscrita a la Secretaría de Educación Pública (SEP), mas ya no se encuentra activa, según el Sistema de Información y Gestión Educativa de esa dependencia.
Aunque es la socia mayoritaria de esta empresa que factura millones de pesos, Maricela Itze aparece también como beneficiaria de un apoyo social de 168 pesos entregados por el Municipio de Apizaco en 2018.
Ninguna de las socias respondieron vía telefónica y Facebook a múltiples solicitudes de entrevista sobre este reportaje.
Darma Rem tiene además dos representantes únicos que obtuvieron poderes de cobranza en abril de 2016, pero tampoco fueron localizados en teléfonos de otras empresas que representan.
Esos apoderados se llaman Rigoberto Patiño Sánchez y Tania Villalobos Flores.
El primero representó a Tecnoavances Omega SA de CV, que aparece en una lista de personas físicas y morales sancionadas por la Gerencia Estatal de Puebla, tras incumplir en 2012 con un programa para la restauración de microcuencas en la Zona del Izta-Popo.
Patiño Sánchez también fue beneficiario de contratos federales con la empresa Infusomed SA de CV, otra proveedora que vendió con sobreprecio al IMSS entre 2010 y 2018.
En ese periodo, Infusomed obtuvo 16 millones 559 mil 504 pesos en contratos con seis delegaciones del IMSS, incluyendo la de Baja California. En promedio, vendió medicamentos con un sobreprecio del 115%.
Por otro lado, no se detectaron vínculos entre Tania Villalobos Flores y otras empresas.
En cuanto a Darma Rem, la empresa acumula hasta 63 millones de pesos en contratos federales como proveedora del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Secretaría de la Defensa Nacional, Secretaría de Marina, Hospital Juárez de México y Hospital Regional de Alta Especialidad en Oaxaca, según datos de Compranet, consultados en la plataforma QuienEsQuien.wiki.
De 123 contratos federales que ha recibido a la fecha, 103 se asignaron por adjudicación directa, un tipo de contratación donde la empresa beneficiada no compite con otros proveedores.
“El dato a nivel federal es que arriba del 70% [de las contrataciones] son por asignación directa y como es la inmensa mayoría, es imposible controlar todos los elementos”, dice David Arellano, investigador del CIDE.
CFE, aumentó precios hasta 128 veces
Entre 2009 y 2012, la Comisión Federal de Electricidad vendió unidades de ácido fólico, amlodipino, pravastatina, captopril y losartán, entre otros medicamentos al IMSS de Baja California, con precios que representan hasta 128 veces su valor en el mercado.
El sobreprecio se calculó haciendo un promedio ponderado de todas las compras realizadas para la misma clave del IMSS en el mismo año, de acuerdo a PODER.
Por ejemplo, el ácido fólico tuvo un precio unitario ponderado de 1.13 pesos en 2009, pero el IMSS BC se lo compró a la CFE en 144.67 pesos la unidad, y en el caso de la Pravastatina, una pieza con valor de 7.8 pesos, se compró en 620 pesos con 36 centavos.
En el periodo analizado, la CFE vendió solo 32 productos a la delegación de Baja California, y por esa razón, el excedente alcanzó apenas los 15 mil 810 pesos.
Sin embargo, también le vendió a Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas, Tlaxcala, Campeche y Veracruz Norte. En total, el Instituto pagó 240 mil 112 pesos en sobrecostos a la Comisión.
La CFE no respondió a una solicitud de entrevista o comentario para este reportaje.
Compras emergentes, un problema de planeación
Tiendas minoristas enfocadas en la venta de alimentos enlatados, o de artículos de moda y para el hogar, también vendieron medicamentos con sobreprecio al IMSS de Baja California.
Un caso es el de Factor Sales de México SA de CV, una tienda de comestibles que vendió 21 unidades de medicamentos como la Bromocriptina, metamizol sódico y propafenona, con precios que representan hasta 78 veces su valor, entre 2009 y 2011.
La Bromocriptina, que sirve para tratar la infertilidad, entre otros padecimientos, presentó un costo promedio de 7.41 pesos en 2009, pero el IMSS BC pagó un precio unitario de 579 pesos con ese proveedor.
Otro ejemplo, es el de Dorian’s Tijuana SA de CV que vendió, sin especificar cuál de los tres, una unidad de Pantoprazol, Rabeprazol u Omeprazol, en 2009, en la que aumentó 62 veces su precio.
El IMSS Baja California lo etiquetó como compra emergente, que es cuando el Instituto tiene la necesidad inmediata de adquirir un producto, para dar atención a un derechohabiente, pero no cuenta con él.
En 10 años de compras, el IMSS realizó 286 mil 438 compras de emergencia en todo el país, según PODER.
Si bien, las compras emergentes no garantizan prácticas de corrupción, sí evidencian una falta de planeación y mala gestión de los recursos, dice Andrés Castañeda, coordinador de las causas de Salud y Bienestar en la organización Nosotrxs.
“Probablemente alguien lo necesitaba con urgencia y por eso fue que se hizo esa compra. Es una mala noticia en el sentido de que que no se planeó. No comprar todo lo que se necesita para el año puede generar problemas de sobrecosto”, dice Castañeda, quien señala que las compras emergentes son útiles para garantizar que los derechohabientes tengan acceso a los medicamentos que necesitan.
Sin embargo, este tipo de compras también pueden ser un mecanismo para facilitar fraudes.
“Son las trampas clásicas para que se de la corrupción legal. En México hay mucha corrupción legal”, dice David Arellano Gault, profesor investigador del CIDE.
Para el académico, cuestiones como los sobreprecios, adjudicaciones directas a contratistas de reciente creación o de giros que no corresponden a la naturaleza de un contrato, activan una sospecha de fraude y son prácticas que deberían ser investigadas por auditores forenses, pero dice que son costosas y altamente especializadas, así que en México no son comunes.
“En México estamos en pañales en auditorías forenses”, comenta Arellano.
Explica que son diferentes a las auditorías de desempeño que hace la Auditoría Superior de la Federación, y a las auditorías de procesos que hace el órgano interno de control o contraloría general del estado, porque éstas toman solo una muestra y por protocolo notifican a las dependencias, con anticipación, que van a ser auditadas.
“Muchas personas en México piensan que son auditorías anticorrupción, pero son lo menos anticorrupción que te puedas imaginar. Ahora si tú vas con un auditor de la Secretaría del Estado te va a decir que en estricto sentido todo está legal. Te van a decir que nada en la ley dice que eso está prohibido. Entonces tendrían que hacer una investigación para saber si hay una intención de fondo y esas auditorías no las hacen”, señala.
Al cierre de este reportaje, el IMSS Baja California no respondió a una solicitud de entrevista para obtener su versión sobre los hallazgos de esta publicación.