El pasado lunes, presidentes de México y de Estados Unidos sostuvieron su primera reunión bilateral. Este tipo de reuniones tienen gran relevancia porque ambos países necesariamente tienen que ir de la mano para dar solución a temas conjuntos, como la migración, la cooperación en materia de seguridad, el nuevo tratado comercial y los planes de desarrollo económico para el sur de México y Centroamérica, aunque distan de ser los únicos.
Otros temas también requieren de la atención, son los que tienen que ver con la vacuna y el COVID-19. La crisis de salud reveló que para salir más rápido de ella es necesario estar unidos. Incluso en la reunión de ayer se mencionó que ambas naciones son más fuertes y seguras cuando trabajan juntas. Además, por gran la integración económica que existe entre ambas naciones, la recuperación económica sólo se podrá lograr con la cooperación de los vecinos, en caso contrario, no sólo sería desigual, sino que también representaría un problema para todos.
Tras la reunión se emitió un comunicado en conjunto en el que señalaban que lo temas que se tocaron fueron el de las vacunas y la crisis sanitaria, el cambio climático y el tema de la migración, el cual cobra relevancia por el beneficio que puede tener para los connacionales y es que antes de la reunión, el presidente López Obrador había adelantado que haría la propuesta de una nueva versión del programa Bracero.
Este posible nuevo acuerdo no únicamente contemplaría a los trabajadores del campo, sino que permitiría que los mexicanos se inserten en otras labores, como en el sector servicios. Y es que actualmente el 20% de los connacionales que trabajan en los Estados Unidos se desempeñan en labores del campo, pero cada vez tienen una mayor presencia en otros sectores, como el de la construcción, el transporte, el educativo, e incluso el sector financiero.
Un programa que permita que los mexicanos laboren en el país vecino por la vía legal, podría beneficiar a millones de trabajadores. Baste recordar que el programa Bracero, el cual fue un acuerdo binacional que permitió el cruce temporal y legal, logró beneficiar a alrededor de 4.5 millones de trabajadores mexicanos, es decir, 209 mil por año. Este programa comenzó en 1942 y terminó en 1964 y por su duración y magnitud, es el ejemplo más importante en el mundo de los programas de trabajadores temporales.
Las dos naciones necesitan de la cooperación en múltiples aspectos, pero especialmente en este tema. Afortunadamente, la agenda de Joe Biden es diferente a la que tenía Donald Trump, por lo que ha mostrado una mayor coincidencia en el tema migratorio con el presidente López Obrador. Ambos mandatarios han mostrado insistencia en la necesidad de promover el desarrollo económico de la zona, especialmente en el sur del país y en Centroamérica para evitar la migración irregular y los riesgos que ésta conlleva.
En la relación entre los dos países, la historia está ahí para recordarnos que unidos somos mejores en cualquier situación. Incluso durante los desastres naturales como el huracán Katrina en Nueva Orleans, o el sismo de 2017 en México, siempre nos hemos apoyado, por lo que es importante que las naciones dejen de ver únicamente por los intereses propios, como en los temas energéticos y de las vacunas, y se den cuenta de que somos parte de un engrane en el que debemos caminar juntos para lograr salir de esta crisis lo más rápido posible. Como ayer se mencionó, no somos los vecinos perfectos, pero el trabajo conjunto entre las dos naciones será la única manera para hacerle frente a cualquier desafío.
Arturo Ávila Anaya, presidente IBN/B Analytics y experto en Seguridad Nacional por Harvard (NIS).
@ArturoAvila_mx