EN LOS ÚLTIMOS 15 años, el porcentaje de mujeres adultas víctimas de trata ha disminuido de 70 a 50 por ciento. Sin embargo, los niños se han convertido en el nuevo blanco de los traficantes y se calcula que un tercio de los afectados por este delito son menores de edad, según el Reporte Global de Trata 2020, de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
El informe mundial, recientemente presentado, también muestra que los traficantes se dirigen especialmente a los sectores más vulnerables de la población, como los migrantes y las personas sin trabajo, por lo que aventura que la recesión inducida por el COVID-19 expondrá a más personas al riesgo de trata.
En 2018, 148 países reportaron alrededor de 50,000 víctimas de trata de personas. Aunque la cifra no es representativa del número de casos ignorados y sin denuncia, los datos disponibles permiten identificar que se registró un cambio en la tendencia del perfil de víctimas.
De cada diez víctimas detectadas a escala mundial, aproximadamente cinco eran mujeres adultas y dos eran niñas. En tanto que un tercio de las víctimas totales detectadas fueron niños, tanto mujeres (19 por ciento) como varones (15 por ciento). Los hombres adultos ocupan 20 por ciento.
No te pierdas: ‘La mala noche’: el fenómeno de la trata de personas y las esclavas sexuales
La explotación sexual sigue siendo el motivo más común del tráfico, pero la proporción de personas que son objeto de trata para el trabajo forzoso ha crecido del 18 al 38 por ciento entre los casos detectados. Más recientemente se han detectado más víctimas con fines de delincuencia forzada.
La edición actual del reporte de UNODC se publica a dos décadas de que se presentara el “Protocolo de las Naciones Unidas para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños”.
En la introducción del documento, Ghada Waly, directora ejecutiva de UNODC, advierte que, a escala mundial, el número de personas condenadas por cada 100,000 habitantes se ha triplicado, desde 2003, cuando entró en vigor el protocolo.
“No podemos permitir que la recesión pandémica revierta este progreso o ponga a más mujeres, hombres y niños en peligro de ser perseguidos”, subraya.
El análisis del informe identifica que los delincuentes se dirigen a víctimas de hogares extremadamente pobres, familias disfuncionales o personas abandonadas. En los países de bajos ingresos, los niños representan la mitad de las víctimas detectadas y son principalmente objeto de trata para trabajos forzados (46 por ciento). En los países de ingresos más altos, los niños son objeto de trata principalmente con fines de explotación sexual, delincuencia forzada o mendicidad.
También lee: Día Mundial contra la trata de personas
“Al igual que con las crisis económicas anteriores, es probable que el fuerte aumento de las tasas de desempleo provocado por la pandemia de COVID-19 aumente la trata de personas, especialmente en los países que experimentan las caídas más rápidas y persistentes del empleo”, señala el informe.
El análisis revela lo poco que se valora a las víctimas en el mercado ilícito del tráfico. Los traficantes comercializan a las personas como mercancías, en un valor monetario calculado en 200 dólares.
“La amplia aceptación cultural del trabajo infantil puede ser un terreno fértil para los traficantes. Es más fácil explotar a los jóvenes cuando la gente está acostumbrada a enviar a sus hijos a trabajar fuera de casa. En tales entornos, las víctimas de la trata de niños pueden estar ocultas a la vista”, refiere el documento.
La detección de niños víctimas de trata con fines de explotación sexual se concentra principalmente en América Central y el Caribe y Asia oriental. En África subsahariana se ha traficado a niños para trabajar en plantaciones, minas y canteras, granjas, como vendedores en los mercados y en las calles. En el sur de Asia se ha traficado a niños de hasta 12 años para trabajar en hornos de ladrillos, hoteles, la industria de la confección y la agricultura.
También se ha informado de trata de niños con fines de trabajo forzoso en las plantaciones de América del Sur.
Los migrantes constituyen una parte significativa de las víctimas detectadas en la mayoría de las regiones del mundo: 65 por ciento, en Europa occidental y meridional; 60, en Oriente Medio; 55, en Asia oriental y el Pacífico; y 50 por ciento, en Europa central y meridional.
Los migrantes víctimas de la trata de personas con fines de trabajo forzoso son explotados en una variedad de sectores económicos, incluidos la agricultura, la construcción, la industria pesquera, la minería, el comercio callejero y la servidumbre doméstica. N