MOSCÚ denunció el domingo la “injerencia grosera” de Estados Unidos, que criticó las detenciones masivas de manifestantes en las protestas en Rusia para exigir la liberación del opositor Alexéi Navalni.
“La injerencia grosera de Estados Unidos en los asuntos internos de Rusia es un hecho probado, así como la promoción de falsas informaciones y los llamados a participar a acciones ilegales por parte de plataformas en línea controladas por Washington”, afirmó en Facebook el ministerio ruso de Relaciones Exteriores.
Durante las manifestaciones de este domingo, la policía detuvo a más de 4,400 personas en Rusia y bloqueó el centro de Moscú, sin embargo, las protestas se llevan a cabo en todo el país para reclamar la liberación de Navalni.
También lee: Rusia pide a Biden que EU se reintegre al acuerdo sobre el programa nuclear iraní
Miles de personas desoyeron las advertencias del gobierno y salieron a las calles de varias ciudades rusas, desde Vladivostok a San Petersburgo, en el segundo fin de semana de protestas contra la detención del principal opositor del presidente Vladimir Putin. Coreaban lemas como “¡Libertad!” o “¡Putin es un ladrón!”.
Aproximadamente 1,365 fueron detenidas en Moscú y 962 en San Petersburgo, al igual que unos 82 periodistas, según el último informe difundido por la ONG OVD-Info, especializada en el seguimiento de manifestaciones.
En otras metrópolis rusas, como Krasnoyarsk (Siberia) y Vladivostok (Extremo Oriente), también hubo cientos de detenciones, según la organización.
No te pierdas: Premio Nobel de la Paz exige a Biden que abandone las armas nucleares
Además, la esposa de Navalni, Yulia Navalnaya, fue arrestada cuando se dirigía a la manifestación, indicaron varios medios opositores.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, criticó en Twitter la represión de las manifestaciones mediante el “uso persistente de tácticas brutales” e instó a “liberar a quienes fueron detenidos, entre ellos Alexéi Navalni”.
El ministerio ruso de Relaciones Exteriores no tardó en denunciar estas acusaciones como una “injerencia grosera en los asuntos internos” de Rusia. N