Después de largos meses de pandemia, parece que vemos la luz al final del túnel con la llegada de las vacunas, aunque aún falta un buen tramo por avanzar. El anuncio de la llegada de las vacunas al país es una noticia alentadora, pero no nos adelantemos, la distribución tiene que ser en orden y mientras esperamos nuestro turno, debemos seguir cuidándonos con las medidas preventivas.
En nuestra espera, nos enteramos de que los gobernadores de la Alianza Federalista están presionando al Gobierno Federal para que ellos también puedan adquirir las vacunas contra el COVID-19. Esta semana se reunieron en Tamaulipas y demandaron un cronograma de aplicación, la definición de las fases para la población, los criterios de distribución y el reparto; así como protocolos para prevenir la especulación y el uso clientelar o electoral de la vacuna.
Su argumento es también que desean participar en la inmunización de la población en sus estados y no han desistido en su intento por adquirir la vacuna. Esto representa un problema, porque si en el pasado encontramos actitudes politizantes de la enfermedad, ahora las vamos a encontrar con la cura.
Lo que solicitan los gobernadores causa extrañeza porque nuestro país, a través de la intervención del canciller Marcelo Ebrard, ha firmado acuerdos de precompra con las compañías Pfizer/BioNTech, CansinoBio y AstraZeneca, por lo que, de momento, se tienen compromisos firmados para la compra de 200 millones de vacunas que servirían para cubrir al 92% de la población. Si ya se tiene casi asegurada la cobertura total, ¿para qué se necesita más en estos momentos?
Además, México ha respaldado el mecanismo COVAX de la ONU, que busca que los países tengan un acceso a las vacunas de forma equitativa y justa, sin importar si son países ricos o pobres. Hasta el momento, los países de mayores ingresos han asegurado la compra del 53% del total de las vacunas contra el COVID, aunque sólo representan el 14% de la población mundial; por lo que el acceder a lo que piden los gobiernos de la Alianza Federalista, sería contario a la postura mexicana, que busca asegurar una distribución justa y equitativa para todos los países.
Por otra parte, también está el tema de finanzas, porque los gobernadores han dicho que quieren hacer la adquisición de las vacunas, pero también han señalado que el gobierno no les ha dado presupuestos extras a sus estados durante el manejo de la pandemia. Entonces, ¿con qué recursos van a hacer la compra?, ¿endeudando más a sus estados?
La pandemia ha afectado a la gran mayoría de países en el mundo y, hoy más que nunca, hay que ser solidarios para que todos tengan acceso a la cura. No está mal que los gobiernos estatales quieran tener garantizado el suministro de la vacuna, lo cuestionable es que haya muchos países de la comunidad internacional que no tienen ninguna cobertura para su población y los gobernadores quieran verse beneficiados a expensas de los demás.
Esta pandemia nos ha revelado lo importante que es el apoyo de toda la comunidad y que entre más desunidos estemos, más trabajo va a costar eliminarla, debemos jalar parejo entre todos, porque la crisis no está presente tan solo en una entidad o país, sino que es una crisis mundial. Y, por último, hay que entender que la salud de la población es más importante que cualquier controversia política.
Arturo Ávila Anaya, presidente IBN/B Analitycs y experto en Seguridad Nacional por Harvard (NIS).
@ArturoAvila_mx