Los viajeros hacia China deberán presentar una prueba de COVID-19 negativa, antes de poder embarcar en un avión, anunció el martes Pekín.
La medida se aplica a todos los pasajeros, independientemente de su nacionalidad. En la práctica, por el momento se dirige principalmente a los ciudadanos chinos.
La prueba de COVID, realizada no más de cinco dias antes del vuelo, debe ser presentada en el caso de extranjeros ante una embajada o consulado de China, explicó la Administración de Aviación Civil de China.
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Desde finales de marzo, China ha prohibido la entrada de extranjeros, salvo en casos especiales. La prioridad del gobierno es limitar la llegada de personas con COVID-19.
Desde el inicio de la epidemia se han registrado más de 2,000 casos denominados “importados”.
La mayoría correspondió a chinos que regresaban a sus hogares, en medio de una epidemia que sigue siendo virulenta a nivel internacional.
Rebrote en Xinjiang
En la región noroccidental de Xinjiang, se registró un nuevo brote de SARS-CoV-2 con 17 nuevos contagios registrados el sábado 18 de julio según la Comisión Nacional de Sanidad del país.
En la capital de Xinjiang, Urumqi, con 3,5 millones de habitantes, se han impuesto nuevas medidas de confinamiento, la suspensión del metro y los servicios de transporte público; así como la cancelación de vuelos.
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También, se ha empezado una campaña masiva de pruebas para tratar de contener el rebrote, ésta comenzará en los edificios donde se han reportado los nuevos casos y, con el tiempo, cubrirán toda la ciudad, dijo el jefe del comité de salud local, Zhang Wei.
Se pidió a los habitantes de Urumqi que no abandonaran la ciudad a menos que fuera absolutamente necesario.
Con información de EFE y AFP.