Ayer, en una charla virtual con Manuel A. Junco1 por asuntos relacionados con la política española, surgió una frase: “Es increíble la falta de decencia en la política”. El asunto aplica con la visita del presidente mexicano al presidente estadounidense el pasado 8 de julio.
Esta resultó para el mexicano un triunfo redondo. En 30 minutos la alquimia política transformó un discurso vejatorio en un florero de adjetivos laudatorios. Trump, que en su primera campaña dijo que los mexicanos que llegan a Estados Unidos son gente con problemas, rateros, violadores, traficantes, pandilleros y “bad hombres”, ahora, en un discurso al más puro estilo de venta inmobiliaria, dijo que, entre su gobierno y México, hay una relación tremenda, de gran respeto y amistad afianzada por el turismo, el comercio, la historia y la cultura.
De pronto los “bad hombres” del universo trumpiano transmutaron en una “increíble comunidad de ciudadanos mexicoestadounidenses”; los violadores ahora “elevan a la comunidad norteamericana”, y los criminales “fortalecen a sus iglesias y enriquecen cada atributo de la vida norteamericana”. Gracias a las palabras mágicas de Trump los mexicanos dejaron de ser flojos y se convirtieron en “trabajadores dedicados, gente increíble y grandes hombres de negocios que poseen un gran porcentaje de pequeñas empresas”. Ni Merlín, el mago, podría superar este hechizo.
Yo quedé perplejo ante el cambio, y aún no hablaba el presidente mexicano, que en 2017 escribiera el libro Oye, Trump.
El discurso de AMLO fue otro florilegio. A Trump, a quien otrora adjetivara como “un canalla que se expresa de los mexicanos como Hitler y los nazis de los judíos”, hoy le agradeció el “ser cada vez más respetuoso con nuestros paisanos mexicanos” y “tratarnos como lo que somos, un país y un pueblo digno, democrático y soberano”. A Trump, que dos días antes se fotografió y se paseó frente al muro fronterizo que López Obrador calificó de “monumento a la hipocresía y la crueldad” y “obra opresiva”, le agradeció el comportarse con nosotros con gentileza y respeto. Aludió a los agravios del pasado, y los disolvió con el peso de una relación que debemos cuidar echando pelillos a la mar, y concentrándonos en lo medular, que es nuestra gran amistad.
AMLO también se refirió a dos episodios de nuestra historia en los que la amistad de los estadounidenses nos permitió surcar la tormenta. Estos fueron la Intervención Francesa, en la que el republicano Abraham Lincoln le dio dinero, armas y hasta soldados estadounidenses a Juárez para expulsar a Maximiliano, y la expropiación petrolera, en la que el demócrata Roosevelt apoyó a Cárdenas en la sentencia expropiatoria contra las compañías europeas. La miel brotaba de los labios del tabasqueño, que cerró su discurso agradeciendo de nuevo al magnate, y echando vivas a Estados Unidos junto con el clásico ¡viva México!, repetido tres veces, en la Casa Blanca.
EVENTO CRUCIAL PARA TRUMP Y PARA AMLO
Si usted vio los discursos, no pudo menos que extrañarse de que lo que oía. Textos y discursos anteriores, de ambos presidentes, se fueron al caño. Que la relación sea buena es positivo para ambos gobiernos; pero que se construya a base de mentiras puede ser peligroso. Sin embargo, los contrasentidos toman sentido en los momentos de provecho político.
El evento es crucial para Trump y para AMLO. El primero se ha rezagado en las encuestas por una serie de errores, que van desde una aventura con una estrella pornográfica y demandas de acoso sexual, hasta un proceso de destitución por haber abusado de sus poderes presidenciales. Sume usted sus expresiones racistas al minimizar la protesta por el asesinato de George Floyd, el incongruente e insensible manejo de la pandemia de COVID-19, que ha traído una recesión económica que puede llegar a convertirse en un desastre en el país vecino, y la reciente publicación del libro Too Much and Never Enough, de la autoría de su sobrina, Mary L. Trump, quien describe al presidente estadounidense como un hombre inseguro, megalomaniaco, opresor, irrespetuoso e insensible, fruto de una relación enferma con su padre, dentro de una familia perversamente disfuncional.
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Mary, la autora, define a Trump como “el hombre más peligroso del mundo”.
Todo esto y algo más hacen que el presidente estadounidense pierda terreno aceleradamente en el tablero de la reelección.
El voto hispano en esta coyuntura es muy importante, y para atraerlo qué mejor que llamar al presidente mexicano para que venga a decirle a sus paisanos que el “presidente Tron” es lindo, generoso, rejpetuoso e incapaz de abusar del débil.
La presencia de AMLO fue tan importante, que el equipo de campaña de reelección ya hizo de su discurso una bandera, y lo están transmitiendo a la comunidad latina.
López Obrador, por su parte, enfrentaba una caída continua en popularidad debido a tres causas: la crisis sanitaria disparada por el coronavirus, la crisis de inseguridad y a la crisis económica.
El mandatario estadounidense sabía que AMLO estaba débil y lo convocó a una reunión. De la reunión, la prensa estadounidense dijo: “En México Trump aplica la ‘política Sinatra’ My Way (A mi manera)”. Sin embargo, el efecto no ha impactado las encuestas electorales y, hasta el martes 14, estas aún daban una ventaja a su contrincante, Joe Biden, de 10 puntos porcentuales.
El mexicano también vio la debilidad de su contraparte, y para aceptar la cita pidió, como muestra de cariño, la cabeza de César Duarte, el exgobernador de Chihuahua, que de inmediato fue apresado y extraditado. Con esto tiene dos cartas para taparle el ojo al macho, Duarte y Lozoya, con las que podrá decir, de aquí a la elección en el Congreso, que está cumpliendo la promesa de acabar con la corrupción del sexenio anterior. Aunque la corrupción de los cuatroteros comience a parecerse a la de Peña Nieto.
…PERO LOS ÍNDICES REPUNTARON
Cumplidas las condiciones, López Obrador asistió a un encuentro peligroso, que de salir bien podía rendir pingües ganancias para ambos, y tuvo un resultado inmediato. Sus índices repuntaron.
La apuesta de nuestro presidente es que Trump se reelija, esto se convertirá en un capital político que le permitirá pedir apoyo cuando más lo necesite: en el primer semestre de 2021; y de paso que el gringo no se meta si es que, Dios no lo quiera, hubiera alguna irregularidad en la votación de julio del próximo año.
Andrés Manuel se juega entero por Trump. Es necesario apuntar que su par canadiense, Justin Trudeau, apuesta en contrario, y si la suerte le juega un revés al presidente yanqui, serán los demócratas los que obtengan el poder y le cobrarán a AMLO los desaires. El cobro se materializaría en el primer semestre de 2021, cuando la crisis económica en México haga estragos y arrastre a las otras dos crisis, la de salud y la de seguridad.
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El problema económico lo define claramente el exsecretario de Hacienda Carlos Urzúa, en una entrevista con El País el 2 de julio, donde expresa que la recaudación nacional no alcanza para enfrentar los problemas y que la inversión pública es insuficiente, por lo que es vital la inversión privada. Las acciones de López Obrador y de su equipo en materia económica han ahuyentado la confianza. Esto redujo drásticamente la inversión privada; por otro lado, la falta de sensibilidad en cuanto a las condiciones del mercado en la pandemia está matando al sector formal. Esto se traducirá en falta de empleo y de consumo, que devendrá en falta de recaudación, y esta, en falta de dinero en la Federación. El resultado será una falta de dinero para los estados. De modo que se viene un enfrentamiento entre los gobiernos estatales y el gobierno federal, que aunado a las condiciones económicas de los ciudadanos traerá un panorama muy complicado en el año electoral. López Obrador tendrá que guardar, en el baúl de lo inservible, su aversión por los préstamos y se verá obligado a pedir más dinero2. Ahora falta que se lo quieran dar cuando lo solicite.
Pero eso es en el futuro mediato; lo importante es que en el inmediato están cercanos los discursos, y que se mencionó cómo México y Estados Unidos juntos están peleando contra la pandemia, y que Estados Unidos tiene la tasa de mortalidad mas baja del mundo o casi.
Al tiempo que esto se ha dicho, Estados Unidos es el centro geográfico de la pandemia y están repuntando las muertes en su territorio; en tanto, en México la muerte rompe sus propios récords todos los días.
Pero, entiéndelo, eso en verdad no importa, lo de veras importante es que Andrés Manuel repuntó en las encuestas, y que Donald Trump es su cuate, y que su cuate está contento.
—¿Y los muertos y las mentiras?
—¿Qué te digo? El provecho político le da sentido a cualquier contrasentido.
—De verdad, Manolo, que es increíble la falta de decencia en la política.
VAGÓN DE CABÚS
Ciudad de México ha abierto la economía. Esto es bueno. Tenerla cerrada solo empeoraba las cosas. Solo que la ha abierto en un momento en el que los contagios están muy por arriba de cuando la cerraron por primera vez, y aún no hay tratamientos confiables en el país. Lo primero es usar el cubrebocas al salir siempre. Hay varios tratamientos que, si se toman al principio de la viremia, son efectivos. Entérese de los síntomas. Si ustedes buscan en Newsweek México, en la columna De tiempo y circunstancias, la correspondiente a “Vivir la epidemia”, encontrarán la sintomatología mas común. Es importante que a los primeros síntomas acudan con su médico e inicien tratamiento. Como siempre, les deseo la mejor de las suertes.
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- Manuel A. Junco es articulista de El País y un extraordinario artista gráfico español.
- Se estima que han ingresado préstamos por más de 2,000 millones de dólares. Gran parte vino etiquetada para la pandemia, pero se están destinando a otros programas.
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Salvador Casanova es historiador y físico. Su vida profesional abarca la docencia, los medios de comunicación y la televisión cultural. Es autor del libro La maravillosa historia del tiempo y sus circunstancias. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.