El presidente Trump había planeado construir su estrategia de campaña en una economía fuerte. Sin embargo, la pandemia ha arrojado por la ventana ese manual de estrategias.
Este anuncio de campaña de Trump es un retroceso a una época que es difícil de recordar ahora. Titulado “El luchador”, presenta a votantes afroestadounidenses y latinos elogiando la economía sana de Estados Unidos creada por el presidente Donald Trump. “Vean nuestra economía, vean lo que él ha hecho. ¿Cómo podrías no apoyar al presidente?”, pregunta una mujer afroestadounidense que porta una gorra roja de MAGA (“Make America Great Again”).
El anuncio resumía qué iba a hacer la estrategia de campaña de Trump: enfatizar en el desempleo bajo, el aumento en los sueldos y un fuerte mercado bursátil. También era un intento de aumentar el apoyo para Trump entre los votantes minoritarios, un rumbo que la campaña telegrafió en su anuncio del Super Bowl al publicitar la reforma de justicia penal.
El equipo de Trump creía que un repunte en el voto afroestadounidense sobre el 8 por ciento que obtuvo en 2016, incluso de apenas 13 a 15 por ciento en 2020, convertiría lo que de otro modo sería una contienda reñida en una derrota electoral. El tema en general, dijo el administrador de campaña Brad Parscale, era obvio para un presidente que presidía con paz y prosperidad: “Nada dice ‘victoria’ como el presidente Donald Trump y su historial excelente de logros para todos los estadounidenses”.
Pero ahora, 2020 es la elección del coronavirus. Cómo maneja Trump la crisis —y cómo perciben que está manejando la crisis— posiblemente determine si es reelegido. El administrador de campaña Parscale dice que 1,000 millones de dólares han sido destinados a transmisiones y publicidad digital este año. Esa cifra, dicen los ejecutivos de campaña, no ha cambiado, muy superior a la operación austera de 2016.
Lo que ha cambiado casi de la noche a la mañana es el tipo de anuncios que la campaña ahora planea transmitir. Uno ya ha sido editado, titulado “Comandante en jefe”, el cual retrata a Trump como un presidente en tiempos de guerra dando lo que Andrew Clark, portavoz de campaña, llama un “liderazgo tranquilo y firme en un tiempo de crisis”. Presenta imágenes en blanco y negro de Trump y sus asesores de la fuerza especial contra el coronavirus en el salón de estrategias mientras un narrador alaba su “liderazgo decisivo”. Otro anuncio muestra a Joe Biden llamando “xenofóbica” a la decisión de Trump de prohibir los viajes a China.
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“Esa decisión, dicen los expertos, salvó miles de vidas estadounidenses”, recita el narrador.
El presidente, desde el comienzo de sus sesiones informativas diarias sobre el COVID-19, ha visto aumentar los índices de aprobación de su gestión. Una encuesta de Gallup publicada el 24 de marzo mostraba que 49 por ciento de los encuestados aprobaba la actuación en general de Trump, la calificación más alta de su presidencia. Un 60 por ciento dijo que aprobaba el manejo de Trump de la crisis. Por ahora, las sesiones informativas diarias de Trump sobre el coronavirus están atrayendo una cantidad enorme de espectadores: 12.2 millones de espectadores por cable vieron la del lunes 23 de marzo —una cifra enorme para la televisión por cable— mientras que millones más lo vieron en las televisoras principales.
Confirme se desarrolla la crisis, Trump está consiguiendo, en la jerga de las campañas, cantidades vastas de “medios obtenidos”, y mientras los consiga, la campaña cree que puede administrar sus anuncios (“medios pagados”) hasta que los espectadores de las sesiones informativas empiecen a disminuir. La campaña también cree que la imagen de Trump no parando de hablar desde la Casa Blanca se contrasta, en beneficio suyo, con las pláticas que Biden ha dado desde el sótano de su casa en Delaware. “Son irrisoriamente patéticas”, dice un ejecutivo de campaña de Trump quien no estaba autorizado para hablar oficialmente.
Este momento en una campaña redefinida pasará pronto. El debate dentro de la campaña de Trump es si debería y a qué grado transmitir los numerosos anuncios negativos que tiene o está planeando, contra la idea positiva del “Comandante en jefe”, para el cual la campaña planea varios anuncios más. El tema de los anuncios negativos directo: Biden no está a la altura del cargo, especialmente no ahora, en medio de una crisis.
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Un anuncio hecho público el 12 de marzo empieza con Biden tartamudeando en la campaña —“solo podremos ganar esta reelección, perdón, solo podemos reelegir a Donald Trump”— y termina con un narrador diciendo: “Se requiere un hombre duro para cambiar a Washington. Se requiere a Donald Trump”. Otro anuncio posiblemente reutilice un anuncio hecho público el año pasado en el que se burlaba de los precandidatos presidenciales demócratas por levantar las manos cuando les preguntaron si sus planes de salud asegurarían a los inmigrantes indocumentados. El nuevo anuncio hará un acercamiento a Biden, mientras levanta sumisamente su mano también.
VIRUS ENGAÑOSO
Es posible, aunque todavía no se ha decidido, que Trump autorice el hacer públicos más anuncios negativos más temprano que tarde, porque los supercomités de acción política (PAC) demócratas están atacándolo por su manejo del coronavirus. Priorities USA está en medio de un bombardeo de anuncios con valor de 6 millones de dólares en estados indecisos claves machacando a Trump por haberle restado importancia al virus al principio. Han llamado la atención de Trump: el 26 de marzo, su campaña amenazó con demandar a televisoras locales que lo transmitieran, diciendo que afirma falsamente que Trump llamó un “engaño” al virus.
Los ejecutivos de campaña se burlan rutinariamente de Biden por lo que él ha dicho sobre cómo habría manejado el virus, argumentando que mucho de lo que él ha propuesto, Trump ya lo ha hecho. “El plan de Biden es radical, reciclado y demasiado tardío”, dice el portavoz Clark, y ese mensaje posiblemente pronto se convierta en un anuncio.
Conforme el virus infecte más personas en los siguientes dos meses, se intensificarán los ataques de los Súper PAC demócratas al manejo inicial de Trump de la crisis. La campaña de Trump producirá más anuncios dirigidos, en especial destinados a distritos indecisos en estados indecisos, reiterando que él se movió con rapidez para restringir los viajes a China, cuando los demócratas y la prensa nacional estaban obsesionados con acusar a Trump por el asunto de Ucrania. “Eso se siente como un siglo diferente ahora”, dice un asesor político de alto rango de la Casa Blanca quien no está autorizado para hablar oficialmente. “Pero créeme que se lo vamos a recordar a la gente”.
La campaña de Trump está usando una compañía llena de egresados de la controvertida Cambridge Analytica. Esa es la compañía de extracción de datos que durante el último ciclo electoral recopiló los datos personales de millones de perfiles de Facebook sin su consentimiento y los usó para propósitos de publicidad política. La compañía busca dirigir anuncios y acciones de mercadotecnia con base en los “detonantes motivacionales conductuales” de un individuo, como lo dijo el presidente de la compañía, Matt Oczkowski.
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Si la crisis del coronavirus se aligera en algún momento antes de la elección, espera que la campaña de Trump ataque a Biden en los estados en disputa del Midwest que el presidente ganó la última vez, pero en los que se piensa que Biden es fuerte en este ciclo. El asunto en el cual el Equipo Trump piensa que él es vulnerable: China. Biden ha hecho una serie de declaraciones durante esta campaña minimizando la amenaza competitiva de China. Dado que el virus evolucionó allí, la postura suave de Biden con respecto a China se ve problemática para él. Dependiendo de cómo progrese la pandemia, el equipo de Trump posiblemente cocine un par de anuncios retratando a Biden como un ingenuo ante Pekín.
Pero los ejecutivos de campaña subrayan que el curso del coronavirus dictará la estrategia de campaña, incluidas la publicidad y mercadotecnia. “Hicimos todo tipo de planes el año pasado sobre lo que haríamos este año [en la campaña]. Para lo que nos sirvió”.
La campaña de Trump espera que para el otoño pueda transmitir anuncios promocionando el éxito del comandante en jefe al manejar la crisis, a la par que atacaría a Biden en asuntos tradicionales como la inmigración, el comercio y la salud. Tal vez hagan resurgir el anuncio con la dama afroestadounidense con una gorra de MAGA. ¿Estarán en posición de hacer eso? “Tu parecer es tan bueno como el nuestro”, dice el asesor político de la Casa Blanca.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek