Los diputados rusos adoptaron el martes en segunda lectura las enmiendas constitucionales impulsadas por el presidente Vladimir Putin, que incluyen la posibilidad de permitir al jefe del Estado que vuelva a ser candidato a la presidencia.
El texto fue aprobado por 382 votos a favor, 44 abstenciones y ningún voto en contra en la Duma, la cámara baja del Parlamento. La tercera y última lectura tendrá lugar el miércoles e inmediatamente después, el texto será sometido al visto bueno de la cámara alta, el Consejo de la Federación.
Las enmiendas afectarán al sistema político, las garantías socioeconómicas y afianzarán los valores sociales conservadores que propugna el presidente ruso.
Esta primera revisión de la Constitución desde su adopción en 1993, anunciada por sorpresa por Putin, de 67 años, en enero, es considerada además como una forma de preparar al presidente para 2024, fecha en la que culmina su último mandato como jefe de Estado y en teoría ya no podría presentarse a la reelección presidencial.
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Sin embargo, Putin afirmó este martes que será el Tribunal Constitucional el que decida si puede volver a presentarse.
El presidente ruso consideró, ante el parlamento, que es “posible reinicializar” el período que limita a dos los mandatos presidenciales, tras la adopción de la revisión constitucional, a condición de que “los ciudadanos la aprueben” y que “el Tribunal constitucional confirme que ello no es contrario a la ley fundamental”.
Por otra parte, este martes Putin dijo que se opone a la celebración de elecciones legislativas anticipadas, deseadas por muchos diputados en el marco de la profunda reforma constitucional que impulsa el jefe de estado.
Sistema perenne
Estas enmiendas constitucionales, como las que refuerzan prerrogativas del presidente o el rol del Consejo de Estado –órgano hasta ahora consultivo– ya fueron adoptadas de forma unánime por los diputados en enero, en primera lectura.
Vladimir Putin ha sometido desde entonces 24 páginas suplementarias que serán debatidas desde este martes.
Una tercera y última lectura está prevista el miércoles, y el texto sería entonces enviado para su aprobación al Consejo de la Federación, la cámara alta del parlamento.
El texto será luego sometido a “votación popular” por los rusos el próximo 22 de abril.
Para muchos analistas, esta reforma deja a Putin un máximo de puertas abiertas para preservar su influencia y perennizar el sistema que ha construido a lo largo de los últimos 20 años en el poder.
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La reforma del Consejo de Estado fue, al respecto, muy controvertida, pues muchos ven en ella la institución mediante la cual Putin podría mantener el control si es que tuviera que salir del Kremlin.
Las enmiendas refuerzan además ciertos poderes del presidente, que podrá por ejemplo rehusar promulgar una ley adoptada por dos terceras partes de los diputados, o nombrar jueces.
Otra innovación es que los jueves y los dirigentes políticos de nivel federal no podrán poseer una nacionalidad extranjera o un permiso de residencia en otro país.
La oposición, y en particular su líder Alexei Navalni, denunció esta revisión constitucional, y afirmó que el presidente quiere permanecer de forma indefinida en el poder.
“Manifiesto conservador”
Esas afirmaciones fueron rechazadas por Vladimir Putin, quien afirmó la semana pasada que un dirigente que hiciera todo para preservar sus poderes corre el riesgo de “destruir” el país. “Es algo que yo no quiero hacer”, afirmó.
Enfrentado a una caída del nivel de vida en el país, y tras haber impulsado una impopular reforma de las jubilaciones, Putin ha incluído en la Constitución un salario mínimo y jubilaciones reevaluadas según la inflación.
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Otras enmiendas reflejan el conservadurismo del jefe de Estado, como el añadido de la mención de la “fe en Dios” y la definición del matrimonio como la unión de un hombre y una mujer.
Un editorial del diario Vedomosti calificó estas medidas de “manifiesto conservador”, y aseguró que es la herencia que quiere dejar el presidente a las generaciones futuras.
Según el comentarista político Maxim Trudoliubov, en declaraciones a Forbes Rusia, se trata de “codificar a Putin” al crear una estructura política que le sobrevivirá.
Para los analistas, estas medidas sociales y socioeconómicas tienen como objetivo también convencer a los rusos que participen en el “voto popular” de 22 de abril.