EN MEDIO DE MÁS de 50 muertes y cientos de hospitalizaciones en Estados Unidos atribuidas a lesiones pulmonares relacionadas con el uso del cigarrillo electrónico o vapeo, y de la recomendación de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) que instan a evitar el uso de cualquier producto de vapeo en tanto no sea plenamente estudiado, ha surgido un nuevo estudio.
Un grupo de científicos descubrió que el vapeo puede provocar el mismo riesgo que el humo del cigarrillo al hacer que los pulmones se vuelvan más susceptibles a las infecciones, y publicaron está investigación a mediados de diciembre en la revista Respiratory Research.
El vapeo es la inhalación de un líquido calentado que toma la forma de un aerosol. Fue introducido en el mercado estadounidense en 2007, y de acuerdo con Euromonitor International, el número de usuarios se ha incrementado de alrededor de 7 millones en 2011 a 41 millones en 2018.
Para llegar a esa conclusión, los investigadores cultivaron bacterias en el laboratorio y las expusieron al vapor de cigarrillos electrónicos y al humo de cigarrillos tradicionales.
Los microorganismos en cuestión, Haemophilus influenzae, Streptococcus pneumoniae, Staphylococcus aureus y Pseudomonas aeruginosa, pueden vivir en los pulmones sin causar problemas.
Sin embargo, estas bacterias pueden provocar “una combinación tóxica de infección e inflamación” en los pulmones de las personas que ya padecen trastornos como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), bronquitis y asma, declaró a Newsweek la Dra. Deirdre Gilpin, de la Escuela de Farmacia de la Queen’s University en Belfast y coautora del estudio.
“Esto puede hacer que los pulmones resulten dañados y que sean incapaces de funcionar adecuadamente”, añadió Gilpin.
Sin embargo, cuando el equipo expuso a las bacterias al humo del cigarrillo y al vapor del cigarrillo electrónico, se volvieron más virulentas o potencialmente perjudiciales, en una forma en que podrían provocar enfermedades como EPOC y asma, explicó Gilpin.
Aunque no lo esperaba, Gilpin encontró que los cambios ocurridos en las bacterias expuestas al vapor del cigarrillo electrónico eran iguales, y en ocasiones, incluso mayores, que los que se observaron con el humo del cigarrillo común.
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“Esto indica que el vapeo podría producir el mismo riesgo que el humo del cigarrillo al aumentar la susceptibilidad a una infección bacteriana”, afirmó.
Sin embargo, también señaló que tanto el vapor como el humo fueron generados de la misma manera en el laboratorio. Pero en la vida real, las personas fuman y vapean en forma distinta, ya que esta última actividad requiere inhalar más profundamente, y los usuarios podrían vapear durante más tiempo en cada sesión.
“Es posible que los efectos que observamos con el vapeo sean mayores en la vida real”, afirmó. Gilpin añadió que en el mercado hay miles de sabores distintos de cigarrillos electrónicos, algunos de los cuales son tóxicos. Es “verdaderamente importante” estudiarlos en el futuro con mayores muestras de pacientes, afirmó.
“Idealmente, instaríamos a las personas, particularmente a los jóvenes no fumadores, a que no comiencen a vapear”, continuó Gilpin. Y sugirió a las personas que tratan de dejar de fumar que utilicen otros métodos.
“Con frecuencia, se dice que vapear es menos perjudicial que fumar”, insistió Gilpin. “Pero ser menos perjudicial no equivale a ser inocuo, y los resultados de nuestro estudio indican que exponer las bacterias pulmonares al vapor puede provocar los mismos riesgos que fumar”.
“Necesitamos urgentemente más investigaciones sobre los efectos a largo plazo del vapeo en los pulmones”, concluyó.
El Dr. Panagis Galiatsatos, profesor adjunto de medicina de atención pulmonar y crítica de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y vocero de la Asociación Pulmonar Estadounidense, que no colaboró en el estudio, comentó el artículo. Al referirse a las bacterias que habitan en los pulmones, dijo a Newsweek que el estudio “nos indica que el vapeo puede comenzar a cambiar el microbioma de nuestros pulmones”.
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“Los microbiomas normales de nuestros pulmones se componen de bacterias que viven en una comunidad ecológica que mantiene una relación simbiótica con nuestros pulmones. Cuando permitimos que aumente la cantidad de bacterias patógenas (por ejemplo, pseudomonas) o que se vuelvan más virulentas, generamos una susceptibilidad al inicio o progreso de la enfermedad”, explicó Galiatsatos.
Al preguntársele si quienes usan cigarrillos electrónicos deberían dejar de fumar, señaló que los médicos deben indicar a sus pacientes “que dejen de fumar, independientemente de si consumen cigarrillos electrónicos o combustibles”.
“Lo que es más importante, cualquier actividad que pueda debilitar las defensas inmunológicas de los pulmones e inclinar el microbioma a favor de las bacterias patógenas hará que quienes realizan dicha actividad se vuelvan más susceptibles de padecer enfermedades pulmonares en el futuro”, indicó Galiatsatos.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek