Texas se convirtió en el primer estado de Estados Unidos en rechazará el reasentamiento de nuevos refugiados, luego de que la administración del presidente Donald Trump otorgara la facultad de hacerlo a los gobiernos locales.
Este viernes, el gobernador del estado fronterizo, Greg Abbott, dijo que Texas rechazará el reasentamiento de nuevos refugiados porque el estado debe dedicar sus recursos a los texanos, migrantes y refugiados que ya se encuentran en el estado.
“Texas ha destinado más de lo que debería a ayudar al proceso de reasentamiento de refugiados y es consciente de que otros estados están en condiciones de asumir estos esfuerzos”, dijo Abbott en una carta dirigida al secretario de Estado, Mike Pompeo, y publicada en los medios de comunicación estadounidenses.
En la misiva, Abbott señaló que Texas ha recibido refugiados que otros estados del país.
“Además de aceptar refugiados durante todos estos años, el Congreso ha dejado a Texas para que se ocupe de problemas migratorios desproporcionados como resultado de un sistema federal de inmigración que no funciona”, escribió.
El gobernador también declaró que esa decisión no impide a los refugiados visitar Texas una vez que se hayan establecido en otro estado.
“Tampoco impide que un refugiado venga más tarde a Texas después de establecerse inicialmente en otro estado”. “Texas ha aportado más de su parte en la asistencia al proceso de reasentamiento de refugiados y aprecia que otros estados estén disponibles para ayudar con estos esfuerzos”.
Texas, el segundo estado más grande de Estados Unidos en población, ha reasentado a cientos de miles de refugiados desde la década de 1980.
La administración Trump ha puesto severos obstáculos a la aceptación de los extranjeros que huyen de desastres y de la opresión, así como otros migrantes y solicitantes de asilo, y Abbott ha apoyado sus políticas duras.
También lee: La acción inmigratoria de Trump en números
En septiembre, el Departamento de Estado estableció que el país sólo podría aceptar un máximo de 18,000 refugiados en el año fiscal que comenzó el 1 de octubre, frente a los 30,000 del año anterior y el nivel más bajo en más de tres décadas.
En el año fiscal 2016, el último de la anterior administración del presidente Barack Obama, el país aceptó a 85,000 refugiados.
También en septiembre, Trump comunicó a los estados y localidades que debían dar un consentimiento explícito para reasentar a los refugiados, que según la administración con frecuencia se convierten en una carga para los servicios sociales.
Este viernes, poco antes de la fecha límite del 21 de enero establecida para la realización de esa declaración, el Departamento de Estado señaló que 38 de los 50 estados habían anunciado que estaban abiertos a reasentar a refugiados.
Según World Relief, una organización que se ocupa de los refugiados, otros cuatro estados también se comprometieron con el reasentamiento, y más de 90 ciudades y condados se declararon dispuestos a hacerlo.
Varios grupos de defensa de los refugiados han impugnado la decisión de Trump de otorgar a los estados y localidades la capacidad de prohibir la aceptación de refugiados, alegando que viola la Ley de Refugiados de 1980.
Los opositores demócratas de Texas fustigaron a Abbott por su decisión.
El gobernador ha dado muestras de “intolerancia y xenofobia”, dijo el congresista Joaquín Castro.
Con información de NBC News y AFP