Los dirigentes europeos lograron en la madrugada del viernes un acuerdo para alcanzar la neutralidad climática en la Unión Europea (UE) para 2050, aunque sin el compromiso de Polonia, uno de los principales contaminantes, a ponerlo en marcha.
“Acuerdo sobre neutralidad climática para 2050”, anunció el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, nueve horas después del inicio de las discusiones de los mandatarios, quienes enfrentaron las reticencias de los países del Este.
Nadie quería dar su brazo a torcer. Este objetivo es el eje conductor del Pacto Verde desvelado la víspera por la Comisión Europea y, su adopción, envía una “señal fuerte”, según Michel, a la comunidad internacional en plena COP25 en Madrid.
Pero los países del Este, más dependientes de energías fósiles, temen un mayor impacto de esa transición verde en sus economías y en sus mercados laborales, por lo que pedían que se tuvieran en cuenta sus situaciones particulares.
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Y lo consiguieron. La declaración de la cumbre, adoptada por unanimidad, apoya el objetivo de la neutralidad carbono para 2050, precisando que un país, en referencia a Polonia, no se compromete a aplicarlo aún y que revisarán su caso en junio.
República Checa y Hungría lograron por su parte introducir en la declaración una referencia a la “energía nuclear”, a la que se oponían Luxemburgo y Austria, en un párrafo sobre la soberanía de cada país a decidir su combinación energética.
El primer ministro checo, Andrej Babis, se felicitó así de haber “convencido” a los líderes de que la energía nuclear, que calificó de “energía limpia”, es su camino para la “neutralidad climática”.
Sin embargo, los enviados de los 28 países del bloque no han logrado ponerse de acuerdo sobre si la nuclear es una energía verde y, por tanto, susceptible de beneficiarse de un tratamiento fiscal especial.
“Emergencia climática”
Con este acuerdo, debilitado por la exención de Polonia, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, puede empezar a desarrollar en los próximos meses su Pacto Verde, anunciado como la “nueva estrategia de crecimiento”.
“El Consejo Europeo adopta un compromiso importante sobre el hecho de que vamos a cambiar por completo nuestra política energética”, celebró la canciller alemana, Angela Merkel.
Los dirigentes subrayaron así el “mecanismo de transición justa” previsto para ayudar a los países a llevar a cabo esa transición y “tomaron nota de la intención” de Von der Leyen de proponer un impuesto sobre el carbono para productos importados.
Iniciada a las 15:00 hora local, el clima consumió la mayor parte de las discusiones de los dirigentes, a quienes poco antes activistas de Greenpeace les habían llamado la atención sobre la “emergencia climática” en una acción en Bruselas.
La financiación era “el punto más complicado” en el debate sobre clima, reconoció una fuente europea, pero los dirigentes europeos prefirieron pasar de puntillas sobre otro polémico asunto, el presupuesto de la UE para el período 2021-2027, que deberá plasmar esa ambición climática.
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Para avanzar en la adopción de ese presupuesto, que está llamado a contaminar las cumbres a lo largo de 2020, los líderes encargaron a Michel liderar las negociaciones, después del rechazo que generó la propuesta de la presidencia pro témpore del bloque.
Finlandia propuso 1,087 billones de euros de presupuesto para el período 2021-2027, equivalente al 1,07% de la renta nacional bruta de cada país, contra el 1,114% propuesto por la Comisión Europea, pero no acabó de convencer.
Los líderes no se ponen de acuerdo sobre si aumentar o disminuir las contribuciones de cada país en un presupuesto que no contará en principio con un contribuyente neto, el Reino Unido, por su retirada del bloque.
Además, ese presupuesto debe tener en cuenta las nuevas prioridades como el clima, la defensa o la protección de fronteras, por lo que algunos países piden recortes en las tradiciones políticas en agricultura y cohesión, algo impensable para otros.
La última cumbre europea de 2019 registró la ausencia del primer ministro británico, Boris Johnson, quien, según los sondeos, se alzaría con una mayoría aplastante en las elecciones legislativas celebradas este jueves en su país.
Ante la imposibilidad de sacar adelante en su Parlamento el acuerdo de divorcio cerrado con la UE, Johnson convocó estos comicios para intentar desbloquear la situación a menos de dos meses del Brexit, previsto el 31 de enero.
Los mandatarios europeos prevén llamar el viernes, en el segundo día de cumbre, a iniciar “lo antes posible” la negociación sobre la futura relación comercial con el Reino Unido, según un borrador de declaración.