La policía francesa desmanteló este jueves dos enormes campamentos de migrantes en París, donde vivían al menos 1,600 personas en condiciones precarias, después de que el gobierno aprobara una política de mano dura para recuperar el control de sus fronteras.
Alrededor de 600 policías se desplegaron a las seis de la mañana alrededor de los campamentos, donde los migrantes vivían en tiendas de campaña en plena calle, y en unas horas los redirigieron en autobuses a albergues temporales, donde se estudiará la situación de cada uno de ellos.
Muchos de estos migrantes huyen de la guerra y la miseria en África u Oriente Medio y buscan un lugar para instalarse en Europa. Varios no tienen papeles, otros son refugiados o aguardan una respuesta a su solicitud de asilo.
Awa, una marfileña de 32 años que fue evacuada este jueves, dijo que había estado durmiendo en una tienda de campaña en este campamento de la Porte de la Chapelle, en el norte de París, desde que llegó a Francia hace un año.
“Está lloviendo, hace frío. No sé adónde iré, pero estoy contenta de marcharme porque esta noche tendré un techo”, dijo a la AFP mientras hacía fila para subirse a un autobus, llevando con ella sólo una mochila.
Endurecimiento de la política
Esta operación se produce en un contexto de endurecimiento de la política migratoria francesa y supone la puesta en marcha de un paquete de medidas anunciadas el miércoles por el gobierno.
“Queremos recuperar el control de nuestra política migratoria”, dijo el miércoles primer ministro Edouard Philippe, quien anunció un paquete de 20 medidas que incluye el desmantelamiento de todos los campamentos en el noreste de París, donde se calcula vivirían unas 3,000 personas, “antes de fin de año”.
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El gobierno de Emmanuel Macron, quien ha emprendido un claro giro a la derecha en materia de inmigración, anunció además un plan para establecer desde el próximo año cuotas de inmigrantes económicos en función de las necesidades de cada sector.
Asimismo, restringirá el acceso a la atención médica gratuita para los solicitantes de asilo recién llegados y a los sin papeles que no obtuvieron el estatuto de refugiado, salvo en casos urgentes, alegando que hay demasiados abusos del sistema.
Patrullas y controles
La evacuación de los dos campamentos busca también, según la policía, frenar una situación de “delincuencia” que se estaba instalando.
Datos oficiales apuntan que ha habido 213 agresiones en este sector limítrofe a la periferia norte de París desde principios de año.
“No puedo permitir una situación tan peligrosa como esta. Todo esto no puede durar”, dijo el jefe de policía de París, Didier Lallement, presente durante la evacuación.
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Un tercer campamento, también en el norte de París, donde viven al menos 1,000 migrantes en condiciones insalubres, también será evacuado en las próximas semanas.
No es la primera vez que las autoridades evacuan estos campamentos, que proliferan en las calles de París desde la crisis migratoria de 2015, pero éstos siempre se han vuelto a constituir.
Para evitar que se reconstituyan, la policía patrullará la zona 24 horas al día para realizar controles y desplegará un dispositivo de “video-patrullas”. Además no descarta proceder a detenciones en “centros de retención si es necesario”, indicó la comisaría de policía de París.
El gobierno francés afirma que busca “mejorar la acogida de quienes tienen derecho al asilo” y expulsar de “manera más rigurosa” a los migrantes económicos que no tienen derecho a este estatuto.
Según datos oficiales, las solicitudes de asilo a Francia aumentaron en un 20% en 2018, mientras que en promedio han disminuido en el resto de Europa.
Ciudadanos de países considerados seguros, como Albania y Georgia, figuran respectivamente en el segundo y tercer puesto en demandas de asilo, detrás de los afganos.