Un turista israelí de 46 años, secuestró durante casi una hora a una trabajadora de una casa de cambio en Venecia.
El hombre, que estaba de vacaciones en la ciudad italiana, entró a una casa de cambio cercana al emblemático puente del Rialto para cambiar 100 euros.
Cuando le dieron el dinero, enfureció por la suma recibida y pidió cancelar la transacción para recuperar su dinero. Al informarle que no podía cancelar la operación, perdió los estribos y se encerró en el edificio junto con la empleada.
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Un policía le dijo a CNN que el hombre, “bajó las persianas y evitó que la mujer saliera de su local durante más de media hora”.
La empleada, que se encontraba consternada y muy asustada, llamó de inmediato a los carabinieri (policía local) que acudieron a su ayuda.
El turista fue arrestado por secuestro y no se le devolvió su dinero.
Otros casos
Éste no es el único caso de mal comportamiento de los turistas en Venecia, una de las ciudades más visitadas del mundo.
En el verano, dos turistas alemanes fueron multados con 950 euros y expulsados, cuando fueron sorprendidos haciendo café junto al puente del Rialto.
En septiembre, dos turistas checos fueron atrapados nadando desnudos en un canal cerca de la Plaza de San Marcos. Fueron multados con 3,000 euros cada uno.
También, imágenes de una turista golpeando a un gondolero se volvieron virales.
Turismo masivo
La pequeña ciudad italiana es uno de los ejemplos más claros de los efectos negativos del turismo masivo.
Uno de estos efectos es el de la gentrificación, que significa la expulsión de los habitantes de un barrio o de una ciudad debido a que ya no pueden costear vivir allí.
La aparición de plataformas como Airbnb hace que se encarezca la vivienda debido a los altos costos de alquiler y obliga a los vecinos a mudarse para que lleguen personas con mayor poder adquisitivo o gente que solo viene de paso, como los turistas.
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Cada año Venecia lidia con la expulsión de sus propios habitantes –que según predicciones de demógrafos, para 2030 ya no habrá residentes de tiempo completo–.
El aumento de precios y el encarecimiento de servicios básicos como vivienda, agua, comida y transporte ha hecho insostenible el vivir allí.
Hasta ahora las autoridades no han podido encontrar una solución para la gentrificación y la grave situación a la que se enfrenta no solo Venecia, sino otras grandes capitales del mundo como Barcelona, Roma, Nueva York, París, Berlín y la Ciudad de México.
Con información de CNN y The Independent.