A medida que se acercan las elecciones en Israel, la Franja de Gaza es escenario de “un peligroso juego”: disparo de cohetes por un lado, represalias militares y millones de dólares entregados por Catar al territorio palestino.
En el marco de un acuerdo de tregua negociado por responsables de la ONU y de Egipto, Catar –emirato del Golfo que mantiene privilegiadas relaciones con el Hamas y contactos con Israel– entrega millones de dólares de ayuda, cada mes a los gazatíes.
Pero Israel ha tardado últimamente en aprobar la entrada de ese dinero a Gaza.
Para elevar la presión pero sin hacer peligrar la tregua, se lanzaron cohetes desde Gaza, sin que el movimiento islamista Hamas los reivindicara, opinan los expertos.
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“Hamas quiere enviar un mensaje a Israel para que se aplique el acuerdo, y también un mensaje a Catar y Egipto para que presionen a Israel”, afirma a la AFP Jamal Al Fadi, profesor de Ciencias políticas en la universidad de Gaza.
Tras un mes de calma, los disparos desde Gaza –enclave controlado por el Hamas, y donde viven dos millones de personas bajo bloqueo israelí– se reanudaron a mediados de agosto. Ni el Hamas ni su aliado Yihad Islámica reivindicaron los ataques.
A estos disparos se añadieron intentos de infiltración en Israel de palestinos armados, a veces con lanzacohetes.
Cada vez, Israel replica abriendo fuego contra los que intentan infiltrarse, o bombardeando “sitios” de Hamas, a quien atribuye la responsabilidad de los disparos de cohetes, al ser quien manda en Gaza.
“Es el juego del gato y el ratón” ilustra Al Fadi, para quien tanto el Hamas como el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu necesitan mantener la tregua.
Hamas quiere servirse de las elecciones para que se acelere la implementación del acuerdo de tregua, que incluye medidas para ampliar la zona de pesca de los gazatíes en el Mediterráneo y el suministro de electricidad.
Netanyahu quiere mantener una relativa estabilidad antes de las legislativas del 17 de septiembre, aunque manteniendo la idea de una amenaza latente desde Gaza.
Tensión en Gaza
El domingo, después de la distribución del dinero por parte del enviado especial de Catar, volvieron a resonar los cohetes.
Según el ejército israelí, tres cohetes fueron lanzados desde Gaza. Dos fueron interceptados y el tercero cayó en un descampado cerca de Sderot, sin causar víctimas, pero obligando a anular un concierto.
Tras esos disparos, Israel redujo de mitad sus entregas de combustible, lo que se traducirá por una reducción del número de horas de electricidad disponible en Gaza, donde la corriente se limita ya a 10 horas por día.
Los incidentes continuaron este martes: la aviación israelí bombardeó un puesto de vigilancia de Hamas tras el impacto de un obús lanzado desde Gaza.
Estado de alerta
La Franja de Gaza se encontraba en “estado de alerta” el miércoles tras los atentados con bombas del martes por la noche en los que murieron tres agentes de policía, lo que aumenta la tensión en este enclave palestino dirigido por Hamas.
Según el Ministerio del Interior, dos policías murieron y otra persona resultó herida en el barrio de Tal al Hawa en la ciudad de Gaza. Otro agente perdió la vida y dos personas sufrieron heridas en un segundo ataque cerca de la costa en esta misma localidad.
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El portavoz del ministerio, Iyad al-Bozm, indicó que los servicios de inteligencia locales identificaron dos hombres “que hicieron estallar sus cargas en dos retenes de la policía en Gaza”.
Por otra parte, Ismail Haniya, jefe del politburó de Hamas, aseguró que: “Los atentados pretenden afectar la estabilidad de Gaza y solo sirven a los intereses de Israel“.
“Pedimos a la población que se una a nuestros servicios de seguridad y que los apoye para restablecer el orden”, añadió en un comunicado.
Estos atentados se producen después de que intercambios de disparos de misiles palestinos y represalias israelíes hacen temer desde mediados de agosto una nueva escalada entre Hamas y el ejército israelí, antes de las elecciones legislativas en el estado hebreo del 17 de septiembre.