El bastón cayó… ella palideció, sabía lo que le esperaba. Estaban los dos en la misa dominical del mediodía. No fue su culpa, sólo se cayó el bastón, no pasó nada más, pero sin importar las miradas ajenas, aquel viejo hombre comenzó a recitar el rosario sin letanías religiosas más bien, lleno de maldiciones hacia la mujer que por más de cincuenta años le ha tenido que soportar su “mal genio”. Al terminar la celebración y el culto, ella lo tomó del brazo y lo llevó a comulgar…
¿El divorcio? ¡Impensable! No a estas alturas de la vida, cuando ya soportó todo tipo de vejaciones, humillaciones, golpes e insultos… y es que ella, de falda larga y sin una pizca de pintura en su rostro parece resignada a una cruda realidad que de milagro no la ha matado, ahora sigue viva sólo gracias a sus hijos que la defienden de vez en vez….
“Nueve feminicidios al día en México” rezaba hace no más de tres meses la prensa nacional mientras que la mujer de larga falda seguía y sigue siendo una víctima en potencia y en riesgo real de convertirse en una más de las 55 mil mujeres que han sido asesinadas en el país en los últimos treinta y cuatro años.
Rociadas con ácido, desmembradas, aniquiladas de forma salvaje por celos, por odio o por rencor, así están muriendo cada vez más mujeres en este país en el que se comete un feminicidio cada 160 minutos.
La violencia de género se ha convertido ya en una situación de alerta y de emergencia nacional; en Aguascalientes existen mil 171 investigaciones ministeriales abiertas por delitos contra la familia en un periodo de enero a junio 2019.
De estos casos, mil 065 son de violencia familiar y sólo 7 han sido denunciados como violencia de género en cada una de sus modalidades, una cifra mínima si se toman en cuentan todas y cada una de las víctimas que permanecen en silencio.