Un informe de mayo del Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) detalla que las condiciones de los migrantes en un centro de detención de Texas eran tan malas que los agentes fronterizos temían motines, por lo que se mantenían armados incluso en áreas donde usualmente no lo hacían.
Según información de la Oficina del Inspector General del DHS citada por el medio NBC News, los migrantes estaban hacinados en celdas que superaban cinco veces su capacidad, había personas retenidas fuera de las celdas y todos debían compartir las únicas cuatro regaderas disponibles.
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Los miembros de la Patrulla Fronteriza se mantenían armados dentro de áreas de espera porque estaban preocupados por la posibilidad de motines, aun cuando ellos suelen dejarlas en cajas de seguridad, señala el reporte.
Entre las condiciones expuestas en el texto está que una celda para 35 personas estaba ocupada por 155, con un solo baño y lavamanos. El lugar estaba tan lleno que los migrantes no podían acostarse y la temperatura alcanzaba más de 26 grados Celsius.
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Según la información oficial, los agentes fronterizos reportaron llevar migrantes al hospital cinco veces al día, se enfrentaron con casos de resfriado, varicela e incluso trataron a 75 migrantes por piojos en un solo día.
Las malas condiciones hacia personas migrantes y menores migrantes fueron exhibidas la semana pasada, aunque Kevin McAleenan, secretario interino del DHS, afirmó que esas acusasiones no tenían fundamento.
En cambio, comentó que las condiciones en la estación de Clint en Texas era “limpia y bien manejada”.
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Con información de NBC News