El ciclo solar del Sol, de 11 años de duración, está gobernado por la alineación de los planetas, y los científicos han descubierto que las fuerzas de marea de Venus, la Tierra y Júpiter influyen en el campo magnético del Sol. Este descubrimiento ayuda a explicar por qué el Sol sigue este ciclo tan regular, algo que los investigadores no habían logrado explicar del todo.
El Sol recorre un ciclo solar cada 11 años, y su actividad aumenta y disminuye durante ese periodo. Durante el punto más alto de su actividad, denominado máximo solar, suelen aparecer más manchas solares en la superficie del astro. Este periodo también se relaciona con un mayor número de emisiones, con un incremento en las erupciones solares y en las eyecciones de masa coronal, sucesos que tienen un impacto en la Tierra. En este momento, nos encontramos en el punto mínimo del ciclo, donde la actividad se encuentra en su punto más bajo.
En un estudio publicado en la revista Solar Physics, investigadores del instituto alemán independiente Helmholtz-Zentrum Dresden-Rossendorf (HZDR) señalaron que han encontrado pruebas que muestran la función de los planetas en el ciclo solar.
Las fuerzas de marea de Venus, la Tierra y Júpiter producen un impulso gravitacional que puede provocar cambios en el plasma de la superficie del Sol. Estas fuerzas tienen su máxima intensidad cuando se produce una máxima alineación de estos tres planetas, algo que ocurre una vez cada 11.07 años.
Los investigadores compararon observaciones de la actividad solar durante los últimos 1,000 años con la alineación planetaria, y encontraron que ambos factores están estrechamente ligados. “Existe un nivel de concordancia sorprendentemente alto”, dijo en una declaración Frank Stefani, autor principal del estudio. “Lo que vemos es un paralelismo completo con el curso de 90 ciclos. Todo apunta a un proceso sincronizado”.
Aunque las fuerzas son demasiado débiles para modificar directamente lo que ocurre en el interior del Sol, los investigadores piensan que podría existir un mecanismo indirecto que da como resultado la relación entre el ciclo solar y la alineación planetaria que ellos observaron. Afirman que un efecto físico que puede cambiar la conducta de un líquido o plasma, conocido como inestabilidad de Tayler, podría ser el responsable.
La inestabilidad de Tayler puede reaccionar ante pequeños cambios en las fuerzas de marea, y un cambio menor provoca perturbaciones en el Sol. Mediante el uso de modelos y simulaciones computarizadas, los investigadores descubrieron que el impulso producido por la alineación de los tres planetas fue suficiente para provocar los cambios observados. Esto significa que los planetas parecen ser la causa de los ciclos solares, si bien de una manera indirecta, concluyó el equipo.
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Ahora, planean averiguar si otras fuerzas más débiles podrían tener una función en la dínamo solar. Al comprender mejor lo que impulsa la actividad del Sol, los investigadores podrían mejorar sus pronósticos del clima espacial y, posiblemente, incluso los cambios relacionados con el clima en la Tierra; por ejemplo, se piensa que un amplio período de actividad solar débil en el siglo XVII fue un factor que contribuyó a una mini-era del hielo en Europa.
Los científicos piensan que el próximo ciclo solar, denominado Ciclo 25, estará “por debajo del promedio”, y se pronostica que el próximo máximo solar (que ocurrirá entre 2023 y 2026) tendrá entre 95 y 130 manchas solares, en comparación con un intervalo típico de entre 140 y 220. Si bien es bajo, sigue siendo más alto que los ciclos solares 21 al 24.
En una declaración de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, Lisa Upton, física solar de la Corporación de Investigación de Sistemas Espaciales, señaló: “Esperamos que el Ciclo Solar 25 sea muy similar al Ciclo 24: otro ciclo bastante débil, precedido por un largo y profundo mínimo. La expectativa de que el Ciclo 25 será comparable con el Ciclo 24 en cuanto a su tamaño, significa que la constante reducción de la amplitud del ciclo solar, vista desde los ciclos 21 a 24, ha llegado a su fin, y no hay ninguna indicación de que nos estemos acercando totalmente a un mínimo de la actividad solar de tipo Maunder”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek