Un grupo de científicos diagramaron la forma en que la cabeza de un bebé cambia durante el parto para aprender más sobre el proceso conocido como amoldamiento de la cabeza del feto.
En comparación con otros mamíferos, la pelvis humana no está configurada de una forma que facilite particularmente la expulsión de la cabeza del bebé. Para lograr que pase a través de la pelvis, los huesos de la cabeza fetal pueden montarse unos sobre otros o acercarse entre sí.
Desde hace mucho tiempo, los científicos han sabido que esto ocurre, pero únicamente se habían obtenido imágenes una vez, de acuerdo con el equipo que llevó a cabo este nuevo estudio, publicado en la revista PLOS ONE.
Para saber más acerca del moldeamiento de la cabeza fetal, los científicos reclutaron a siete mujeres embarazadas de entre 23 y 34 años de edad, de quienes se esperaba que tuvieran partos vaginales saludables.
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El equipo utilizó técnicas como la obtención de imágenes por resonancia magnética (IRM) en 3D para graficar la forma en que se modifica la cabeza de un feto entre el período anterior a la labor de parto, a las 36 y 39 semanas, y en la segunda etapa de la misma, que comienza cuando el cérvix se dilata y da como resultado el parto. Las exploraciones se llevaron a cabo mientras las mujeres descansaban y antes de que comenzaran a pujar.
Ninguno de los nuevos bebés mostró una superposición de los huesos craneales mientras estaban en el vientre. Sin embargo, la cabeza y el cerebro de los siete fetos cambiaron en algún grado durante la segunda etapa de la labor de parto. Asimismo, la cabeza de cinco de los bebés volvió a su forma normal una vez que nacieron. Esto mostró lo flexible que es la cabeza de un bebé, escribieron los autores.
Del número total de niños, cinco de ellos nacieron por vía vaginal, mientras que los otros dos nacieron por cesárea de emergencia, debido a que la cabeza del bebé era demasiado grande para atravesar la pelvis de la madre.
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Los autores afirman que estos hallazgos podrían ser usados algún día para crear labores de parto virtuales en las que podrían detectarse los posibles riesgos del parto antes de que éste suceda.
Olivier Ami, de la Universidad de Auvergne en Clermont Ferrand y coautor del estudio, declaró a Medical Express: “Durante el parto vaginal, la forma del cerebro fetal experimenta una deformación en distintos grados según la medida de superposición de los huesos del cráneo. El moldeamiento del cráneo fetal deja de ser visible después del parto en la mayoría de los recién nacidos. Algunos cráneos aceptan la deformación (flexibilidad) y permiten un parto fácil, mientras que otros no se deforman fácilmente (rigidez)”. En la mayoría de los casos, la cabeza del bebé recuperará su forma normal por sí misma. Pero si ese órgano permanece deformado para cuando el niño cumple los seis meses de edad, es posible que un médico le prescriba un casco diseñado para aliviar la presión y modificar la forma de la cabeza.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek