Debido a la delincuencia en la región, en la junta auxiliar de San Buenaventura Tecaltzingo -perteneciente a San Martín Texmelucan-, operan Vecinos Vigilantes quienes salvaguardan a la población, sin embargo, debe saber que el jueves autoridades y el ejército intentaron desarmarlos.
Esta acción provocó inconformidad por parte de los lugareños, quienes cuestionaron su actuar.
Dijeron que lamentablemente la policía municipal sea insuficiente para atender el tema de la seguridad y que el desarmar a estos grupos deja a la ciudadanía a la deriva ante la inseguridad.
El caso es que a través de una asamblea, los pobladores de esta junta auxiliar mencionaron que seguirán apoyando a los integrantes de lo Vecinos Vigilantes, quienes pretenden trabajar en conjunto con las autoridades de seguridad en beneficio de la sociedad.
Al mismo tiempo, mencionaron que buscarán apoyar a estos grupos que actualmente suman más de 200 hombres y jóvenes que realizan rondines de vigilancia las 24 horas del día.
Se dijo además que para evitar alguna situación que comprometa la operación de estos grupos se buscará un acercamiento con el Consejo Ciudadano a fin de que puedan ser asesorados.
CUMPLEN CINCO AÑOS
Aun cuando la imagen del vecino vigilante pudiera parecer relativamente nueva, dentro del municipio, es importante dar a conocer que estos grupos operan desde hace poco más de cinco años, surgiendo primeramente en la junta auxiliar de San Rafael Tlanalapan, en Texmelucan.
Debe saber que la actuación y puesta en marcha de estos grupos en buena parte de la demarcación se dio luego de que el gobierno del Estado en 2015 les restara facultades a las comunidades a quienes, además de quitarles el registro civil, desconoció la operación de las policías auxiliares quienes realizaban rondines de vigilancia y coadyuvavan con el municipio.
No obstante, al quedarse desamparadas las comunidades surgieron grupos de hombres quienes se organizaron para evitar que la delincuencia provocara mayor estrago entre la población.
El caso es que armados con tubos, palos, bats e incluso armas de fuego, en poblaciones como San Francisco Tláloc -perteneciente a Tlalancaleca-, la población instauró las ahora guardias civiles justamente para evitar el trasiego de combustible, principal “dolor de muelas”.
Ahora bien, debe saber que en Chiautzingo, por usos y costumbres en las comunidades también existen las llamadas guardias comunitarias quienes también han buscado frenar la delincuencia.
Y si nos vamos cerca –también dentro de San Martín–, en San Agustín Atzompa, la organización de la gente permitió en 2018 aseguran a dos presuntos ladrones quienes se salvaron de ser linchados.
Finalmente es importante dejar en claro que en el caso de Texmelucan existen poco más de 200 grupos que realizan las labores de vigilancia, pues el municipio carece de personal policiaco para poder apoyar a las juntas auxiliares quienes han estado a merced de la delincuencia.