En México, ser mujer nunca ha sido fácil. Ya sea en la calle, la escuela, el trabajo o el entorno familiar, gran parte de ellas ha sido víctima de actos de violencia que pueden ir desde un fuerte apretón, hasta golpes o agresiones económicas y patrimoniales.
Yliana Vargas, representante de Casa de Apoyo a la Mujer AC León, asociación civil dedicada a tratar casos de violencia contra las mujeres, señala que la violencia de género es aquella «que se ejerce en un sistema de jerarquías impuesto por la cultura patriarcal; es decir, una violencia estructural que se ejerce contra las mujeres en este sistema de poder y subordinación».
Según el Atlas de Género[i], en Guanajuato, 56.24% de las mujeres han sido víctimas de algún tipo de violencia, cifra que es 13 puntos porcentuales mayor a la de la entidad que registra el menor porcentaje del país, que es Chiapas, con 43.53 por ciento.
En realidad, solo el estado de Chiapas tiene un porcentaje menor al 50%, mientras que el estado con más agresiones en contra de mujeres es el Estado de México, donde el 73.5% de ellas ha declarado ser víctima de algún acto de violencia, seguido por la Ciudad de México, donde el 72% de las mujeres han sido agredidas.
En palabras de Yliana Vargas, las mujeres que acuden a la Casa de Apoyo a la Mujer AC León, buscan en su mayoría atención psicológica y entre las causas por las que la solicitan están amenazas, gritos, intimidaciones y malos tratos que muchas veces van acompañados de otros tipos de violencia como la económica o la física (golpes o algún maltrato físico).
«Esto tiene su origen en las relaciones sociales de poder basadas en la desigualdad entre hombres y mujeres. Las mujeres nos enfrentamos a una estructura patriarcal basada en roles sociales y culturales tradicionales, donde se configura las relaciones desiguales y se manifiesta la dominación hacia las mujeres, ejerciendo todo tipo de violencia», asegura.
Según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016 (ENDIREH-2016), de las 2 millones 26 mil 61 mujeres guanajuatenses mayores de 15 años que han tenido o tienen pareja, el 50.8% ha sufrido algún tipo de violencia cuando su cónyuge se enoja.
De ellas, 29.4% ha discutido, le han gritado, ha sido ofendida, insultada o les han aventado objetos, e incluso han sido amenazadas con golpearlas, mientras que al 10.1% las han empujado, jaloneado y la han agredido físicamente.
Fuente: Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016
La misma encuesta reveló también que en Guanajuato el 48.7% de las mujeres guanajuatenses que tienen o tuvieron pareja declararon que su pareja reaccionaba de manera violenta ante algún conflicto, mientras que el 71.3% de las mujeres separadas, viudas o divorciadas fueron agredidas por su expareja en una pelea doméstica. Además, muchas jóvenes guanajuatenses sufren violencia en el noviazgo, ya que el 42% de ellas fue agredida en conflictos con su pareja.
Hay otras formas de vivir
Para la protección y atención de las mujeres de Guanajuato se ha creado el Instituto para las Mujeres Guanajuatenses, el cual busca consensar, coordinar y promover ante la sociedad civil y gobierno, acciones educativas, de investigación y evaluación que permitan emitir recomendaciones y asesorar la toma de decisiones y política pública en el estado.
Este instituto pretende, fundamentalmente, desnaturalizar la violencia de género, en específico, hacia las mujeres, con la finalidad de que disminuyan las diferentes modalidades de violencia existentes, mediante atención gratuita en los diferentes municipios del estado, por lo que se realizan acciones coordinadas con las presidencias municipales para que se logre una comunicación directa con la población.
No obstante, el instituto no es la única entidad trabajando en pro de los derechos de las mujeres; también existen varias organizaciones civiles que laboran para la creación de mejores entornos para el sexo femenino.
«En Casa de Apoyo trabajamos con mujeres atendiendo la problemática de la violencia intrafamiliar. Acuden a nuestra institución mujeres que están en una situación de violencia, generalmente en el entorno familiar: esposo, pareja, expareja, padre, hijo, etcétera», relata Yliana Vargas.
«Con la ayuda del departamento de psicología y el departamento jurídico, las mujeres entran a un proceso donde primero toman conciencia de su situación y, a través del acompañamiento de especialistas, llegan a reconocer que hay otras formas de vivir y adquirir herramientas en sus vidas para la toma de decisiones y encaminar su vida a una vida libre de violencia acompañadas, si es necesario, de un proceso legal y psicológico».
Además, la Organización de las Naciones Unidas para las Mujeres (ONUMujeres) señala que una de sus labores ha sido la creación de un marco normativo en la mayoría de los países para la protección y el respeto a los Derechos Humanos de las mujeres.
Sin embargo, la falta de armonización de estas normas a nivel municipal, estatal y federal; el menoscabo en la aplicación de estas ante actos de violencia, y una nula educación cívica para la convivencia social provocan que las estadísticas no presenten una disminución significativa en los números de víctimas a causa de la violencia de género.
#VivasNosQueremos
Ante el clima de inseguridad que reina en Guanajuato, las acciones para prevenir la violencia de género por parte del gobierno local se ven rebasadas. Yliana Vargas comenta que «si bien se han tomado acciones para disminuir los casos de violencia de género, las cifras y los casos evidencian que las acciones y medidas no están siendo suficientes. Guanajuato está pasando por un contexto de violencia muy fuerte donde no podemos perder de vista que la situación de las mujeres es preocupante y que es un tema en que todas las instituciones tenemos que coordinarnos para atender la problemática».
De no disminuirse, los casos de agresiones a mujeres pueden llegar a ser graves y convertirse en la expresión máxima de la violencia contra las mujeres: los feminicidios.
De 2015 a 2017, en Guanajuato se registraron 39 casos de feminicidios; en 2015 fueron denunciados un total de 18 crímenes con características de feminicidios, en 2016 fueron 11 casos y para 2017 se registraron 10 casos.
Para 2018, los casos de feminicidios fueron al alza, aumentando 90 puntos porcentuales respecto a 2017, y octubre fue el mes más sangriento con cuatro feminicidios registrados durante ese mes.
El Atlas de Género señala que, en Guanajuato, el 2.6% de las mujeres fallecidas fueron víctimas de feminicidio. El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública registró durante 2018 un total de 19 asesinatos de mujeres tipificados como feminicidios en la entidad.
En total, durante 2018, siete mujeres fueron víctimas de feminicidio por arma de fuego, mientras que seis fueron asesinadas con un arma blanca y a seis mujeres más las privaron de la vida con otro objeto.
Como parte de la lucha contra la violencia de género y los feminicidios, en México se ha adoptado la denominada Alerta de Género, un mecanismo que está considerado en la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida libre de Violencia del estado de Guanajuato, que es definida por el gobierno federal como «un mecanismo de protección de los derechos humanos de las mujeres único en el mundo».
Para Yliana Vargas, «la idea es que el estado cuente con recursos técnicos y financieros que permitan que pueda implementar acciones por sí mismo para evitar más feminicidios y la Alerta puede ayudar a mejorar la calidad de vida de la población guanajuatense».
Este mecanismo ha sido aplicado en estados como Jalisco o el Estado de México, donde las agresiones en contra de las mujeres y los feminicidios han llegado a niveles alarmantes; sin embargo, tanto la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), como instituciones pro derechos humanos de los estados mencionados han hablado de la poca efectividad por parte de los elementos de seguridad y las autoridades competentes al momento de su aplicación.
Finalmente, tanto las instituciones estatales como las organizaciones civiles recomiendan a las víctimas de violencia pedir ayuda, pues en muchos casos su podría mejorar con base en acciones que ella misma realice, las cuales pueden ser incluso la diferencia entre la vida y la muerte.
«Si están en una situación vulnerable, es importante que armen una red de apoyo y pidan ayuda. Hay que valorar si están en una situación de riesgo y para saberlo se recomienda que se acerquen a las instancias de atención donde puedan proporcionarles información», recomendó Yliana Vargas a las mujeres guanajuatenses que vivan en una situación de violencia.
[i] Creado en coordinación con ONUMujeres, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI),