Cuando el Chapo Guzmán quiso saludar al narcotraficante Rodolfo Carrillo Fuentes después de una reunión en 2004, Carrillo Fuentes “lo dejó con la mano estirada”. Fue ahí que el Chapo decidió que lo mataría, contó el lunes un testigo clave de la fiscalía en el juicio del capo narco mexicano en Nueva York.
Durante casi cuatro horas, en su tercer día de testimonio, Jesús “el Rey” Zambada relató varios asesinatos cometidos presuntamente por el Chapo, acusado de traficar más de 155 toneladas de cocaína a Estados Unidos durante 25 años y que puede ser condenado a cadena perpetua si es hallado culpable.
El Rey Zambada describió al menos siete asesinatos de narcos rivales o policías ordenados supuestamente por el Chapo, así como las guerras con los Zetas, los Carrillo Fuentes del cartel de Juárez y los Beltrán Leyva, que dejaron “cientos de muertos”.
Uno de ellos fue el de Rodolfo Carrillo Fuentes, narco del cártel de Juárez y su esposa Giovanna Quevedo baleado frente a un cine de Culiacán, Sinaloa, en 2004. Sus dos hijos pequeños, a su lado, sobrevivieron.
Según Zambada, tras una reunión entre el Chapo y Rodolfo -hermano menor de los capos narcos Amado y Vicente Carrillo Fuentes, líderes del cartel de Juárez-, cuando el primero quiso saludarlo “Rodolfo lo dejó ahí con la mano estirada”.
“El Chapo estaba enojado” y dijo “que lo iba a matar” porque “no aguantaba más a Rodolfo”, contó el Rey, según el relato de la reunión que le hizo su hermano Ismael “Mayo” Zambada, cofundador del cartel de Sinaloa y coacusado del Chapo.
Este asesinato desató una guerra entre el cartel de Sinaloa y los Carrillo Fuentes, que vengaron la muerte de Rodolfo matando a uno de los hermanos del Chapo, Arturo Guzmán.
El testigo, detenido en México en 2008 y extraditado después a Estados Unidos, también relató cuando el Chapo ordenó supuestamente el asesinato de Julio Beltrán, disidente del cartel de Sinaloa y protegido por la policía de Durango.
Un pistolero que participó en la operación contó al Rey Zambada “que lo habían acribillado a balazos, que le habían cortado la cabeza y que le había quedado colgando por un pedacito”.
También contó de los planes frustrados del Chapo y Mayo para matar a un policía limpio, José Luis Vasconcelos, “un alto mando de la Procuraduría General de la República (…) que no colabora con nadie y no acepta dinero de la droga”. Y del asesinato de un comandante de la SEIDO -la división de investigación de la delincuencia organizada en la PGR- llamado Nemesio que habría recibido millones de dólares de Arturo Beltrán Leyva para matar a los dos jefes del cartel de Sinaloa.
La fiscalía mostró al jurado una foto de la pistola calibre .38 del Chapo, con mango incrustado con múltiples diamantes y sus iniciales. El acusado era generalmente protegido por 30 a 40 pistoleros que usaban rifles tipo AK-47 y hasta bazucas, según el Rey Zambada.
Una telenovela
La defensa del Chapo dijo que Zambada se ha inventado “una telenovela”. “¿Usted sabe lo que es una telenovela? ¿Alguna vez ha escrito una?”, preguntó con ironía al testigo Jesús “el Rey” Zambada, colaborador del gobierno, uno de los abogados del Chapo, William Purpura.
El principal testigo de la fiscalía hasta el momento es el Rey Zambada, que manejaba las operaciones del cartel en Ciudad de México hasta su arresto en 2008 y es hermano del co-fundador del cartel de Sinaloa, Ismael “Mayo” Zambada, que está prófugo y nunca pasó un día en prisión.
Ante el jurado, Purpura le acusó varias veces de mentir y le preguntó cómo es posible que recuerde con exactitud declaraciones que el Mayo o el Chapo hicieron hace 17 años, en 2001, cuando este último y el testigo se conocieron.
“¿Recuerda usted que comió en su cumpleaños hace 17 años?”, preguntó Purpura al Rey. “No, señor”, respondió el testigo, que siempre guardó la calma.
Purpura dijo al Rey que él debía figurar entre los máximos líderes del cartel, si vendía cientos de kilos de cocaína colombiana al Chapo como ha declarado.
Y tomando su foto de un organigrama de la jerarquía del cartel de Sinaloa confeccionado por el gobierno, la sacó de la segunda fila y la colocó al tope de todo, junto a las del Chapo y el Mayo.
Purpura hurgó en aparentes contradicciones del testigo.
Por ejemplo, el Rey culpa ahora al Chapo de los asesinatos de Julio Beltrán y Nemesio, pero hace unos años dijo a fiscales estadounidenses que éstos fueron ordenados por el Mayo, afirmó el abogado. También asegura que un embarque de 20 toneladas de cocaína incautado tras salir de Panamá pertenecía al Chapo, pero hace unos años dijo que era del Mayo y nunca mencionó al acusado.