Hace unos 10,500 años, humanos de la isla de Madagascar usaron herramientas de piedra en un ave elefante gigante. Pero, cuando cortaron y rasparon los huesos, esos humanos primitivos hicieron más que destazar un cadáver. También dejaron evidencias que reescribirían nuestra comprensión de la migración humana temprana.
En la revista Science Advances, un equipo de científicos escribe que, probablemente, los cortes se hicieron más de 6,000 años antes del periodo propuesto para la ocupación humana de Madagascar. Investigaciones previas sugerían que la humanidad llegó a la isla hace 2,500 a 4,000 años.
“El uso de herramientas en huesos frescos deja patrones inconfundibles cuando los cuchillos desbastan la superficie ósea para arrancar la carne o herramientas grandes para cortar ligamentos y tendones, y separar las extremidades”, explicó James Hansford, autor del estudio y estudiante doctoral en la Sociedad Zoológica de Londres, en entrevista con Newsweek.
Hansford sus colegas detectaron nuevas evidencias mientras examinaban huesos desenterrados hace casi una década en Christmas River (Ilaka), en el sur de Madagascar. Ese sitio arqueológico es pródigo en reliquias de megafauna antigua; en otras palabras, abundan los fósiles de animales gigantes. Además de los huesos de aves, el fechado con radiocarbono ha revelado restos de otros animales que también datan de hace unos 10,000 años, incluidos un hipopótamo y un cocodrilo.
“Me sorprendió la antigüedad de los huesos”, manifestó la autora Patricia Wright, de la Universidad de Stony Brook, Nueva York. “Se encontraban a 15 metros de profundidad y todos ocupaban un mismo estrato, así que me alegré de que hubiéramos descubierto todo un ecosistema que fue preservado en esa capa gris [del pantano]”.
Wright agregó que la ubicación del sitio apunta a que los humanos que cortaron los huesos habían estado en Madagascar desde hacía algún tiempo. “El sitio está en el centro de [la isla], de modo que no se trató de un grupo transitorio de navegantes que se hizo a la mar después del festín. Para llegar a ese sitio, habrían tenido que caminar semanas desde la costa”.
Si bien los humanos debieron coexistir con estos grandes animales en diversas épocas a lo largo de los milenios, la rápida expansión de los asentamientos humanos, iniciada hace unos 1,000 años, condujo a “cambios drásticos en el hábitat y a la extinción de la megafauna”, añadió Hansford.
Aunque es la primera prueba arqueológica de ocupación humana en la isla, Wright señaló que las evidencias coinciden con las tradiciones orales de Madagascar: “El folclore habla de pueblos antiguos”, comentó, agregando que, en las escuelas, los niños escuchan relatos de personas pequeñas que vivieron en la isla. “Sin embargo, antes de la evidencia que presentamos ahora, esa tradición nunca se había confirmado”.
Con todo, el apasionante descubrimiento plantea más interrogantes de las que responde. “Aquellos humanos debieron valientes y astutos para destazar a una poderosa ave de tres metros, como esta. Pero ¿por qué desaparecieron sin dejar rastro?”, pregunta Wright. “Según las evidencias genéticas recientes, las personas que hoy viven en Madagascar no conservan vestigio alguno de esos humanos primitivos”.
“No sabemos quiénes fueron esos humanos, de dónde vinieron ni adónde pudieron haber ido”, añadió Hansford.
Por lo pronto, Wright pretende regresar en busca de restos de esos antiguos humanos, o del tipo de herramientas de piedra que usaron para destazar al ave gigante. Hansford espera que su estudio desencadene “nuevas e interesantes investigaciones sobre el pasado de Madagascar”. Y confía en que la exploración del pasado permita que los conservacionistas protejan el futuro de la isla.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek