La asociación civil “¿Cómo vamos? Nuevo León” consideró que la alternancia en los municipios neoloeneses de Monterrey, Guadalupe y San Pedro Garza García, es porque los ciudadanos pasaron factura a alcaldes cerrados en la rendición de cuentas y demandas de la comunidad.
“En San Pedro, la administración de Mauricio Fernández mostró una actitud de poca apertura para escuchar intereses ciudadanos, tanto de vecinos como de organizaciones civiles”, señaló la asociación.
Ahí el independiente Miguel Bernardo Treviño de Hoyos arrebató la “joya de la corona” al Partido Acción Nacional (PAN) que gobernó por 29 años ininterrumpidos a los sampetrinos, al obtener 47.4 por ciento de los votos, frente a 36.5 por ciento de la panista Rebeca Clouthier Carrillo.
“En el caso de San Pedro, el alcalde mantenía en noviembre una alta aprobación, pero con una acelerada tendencia a la baja: por primera vez dejó de ser el mejor evaluado por la ciudadanía”, señaló la asociación respecto al actual edil, Mauricio Fernández Garza.
“En los casos de Monterrey y Guadalupe, los alcaldes fueron renuentes a participar en ejercicios de rendición y la percepción de los habitantes de sus municipios fue crítica con relación a su gestión”, enfatizó “¿Cómo vamos? Nuevo León”.
En Monterrey el candidato panista Felipe de Jesús Cantú Rodríguez venció al abanderado del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Adrián de la Garza Santos, quien aspiraba a la relección, pero solo obtuvo 28.29 por ciento de las preferencias, ante el 29.18 por ciento del panista; una diferencia de solo 0.9 puntos porcentuales.
“En el caso de la capital regia, donde el actual alcalde con licencia, Adrián de la Garza, compitió por la reelección lo hacía con un nivel de aprobación de su gestión de 42 por ciento”, apuntó la iniciativa ciudadana.
En Guadalupe el panismo neoleonés se anotó otra victoria de la mano de Pedro Garza Treviño, quien rebasó a la priísta María Cristina Díaz Salazar, con una diferencia de 1.5 por ciento; el panista obtuvo 27.3 por ciento de las preferencias, en tanto Díaz Salazar solo alcanzó 25.7 por ciento de los sufragios.
“En Guadalupe, la gestión municipal mantenía un nivel de aprobación de apenas 39% y más de la mitad de la población (53%) consideraba que el Alcalde tomaba la mayoría de las decisiones pensando en intereses particulares o personales y no en el bienestar común”, consideró la organización ciudadana.