Enrique Peña Nieto estuvo este lunes en la ciudad de Ensenada para inaugurar con el gobernador del estado, Francisco Vega, una planta desaladora que comenzará a operar en cuatro semanas y que de acuerdo al gobierno estatal, resolverá el déficit de agua en este puerto.
Francisco Vega apuntó que el estado atraviesa la mayor sequía de los últimos 100 años y que en particular, los habitantes de Ensenada no disponen de agua las 24 horas del día, por lo cual, comenzaron a construir esta desaladora en 2014. Misma que se suma a las de Rosarito, Isla de Cedros y San Quintín.
Con esta nueva desaladora, que tuvo un costo total de $987 millones de pesos, será posible suministrar 250 litros por segundo, aunque Roberto Ramírez de la Parra, director general de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) prometió duplicar esa cifra en la segunda etapa del proyecto.
“Para estados como Baja California, Baja California Sur y Sonora, la única fuente de abastecimiento no futura, presente, empieza a ser el mar”, dijo Ramírez de la Parra, aunque el reportaje “Abundancia en tiempos de sequía”, publicado en la primera edición de Newsweek en Español Baja California, reveló que el problema en esta península no es la escasez del agua sino la mala distribución del agua del Río Colorado.
Ensenada no tiene agua y Tijuana compra la que a Mexicali le sobra.
Según esa edición, los volúmenes de agua que se asignaron a las ciudades no han sido actualizados desde 1974.
Peña Nieto también observó durante esta visita que la distribución del agua no es proporcional a la población y a su demanda a lo largo de México.
“En la región centro-norte vive prácticamente el 77% de la población y esta región apenas tiene un abasto del 33% del agua que tiene nuestro país. En el sur-sureste de México, vive el 33% de la población total del país y hay una disposición del 77% del agua disponible en toda la geografía nacional”, dijo Peña.
Agregó que por eso prometió la construcción de una desaladora para Ensenada en 2012, cuando era todavía candidato a la presidencia de México.
Según el gobernador, ésta garantiza 30 años de agua para el puerto.
“El abastecimiento total [considerando otras fuentes y obras complementarias] será de 980 litros por segundo, con lo cual se resolverá el déficit de agua del puerto de Ensenada”, prometió Kiko Vega.
La visita de Peña Nieto se dio en un ambiente controlado, entre simpatizantes que le pedían selfies, aplaudían y gritaban su nombre en celebración. Trabajadores de gobierno del estado y de los ayuntamientos también aprovecharon para saludarlo, felicitarlo y tomarse fotos. Mientras tanto, los medios de comunicación fueron acordonados en un área sin posibilidad de salir, lo cual impidió aprovechar el momento para cuestionar al dirigente y al gobernador.
En las afueras del evento, algunos ciudadanos se instalaron con cartulinas y un megáfono para protestar contra el gobierno de Peña, pero también del gobernador del estado, Francisco Kiko Vega e incluso, del alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum.
Caso contrario a lo que se vio en el evento, donde algunas familias acudieron por invitación y vitorearon al Presidente de la República, con el mismo entusiasmo que este obtuvo de sus seguidores en temporada de campaña, cuando buscaba ganar ese cargo.
La planta desaladora que reveló Peña Nieto, acompañado por autoridades locales y estatales, fue un compromiso que asumió para el estado de Baja California seis años atrás.
Uno más será la entrega del Hospital Materno Infantil en la ciudad de Tijuana, a donde dijo, espera acudir antes de que termine su sexenio.